Un informe revela graves carencias de seguridad en el accidente que causó la muerte de un trabajador de Ership
Riesgos laborales
El bufete de Ramón Dávila ha encargado un estudio que afirma que la puerta corredera no pasaba las revisiones pertinentes y que se había deteriorado por el paso del tiempo
El operario, de 48 años, murió por una compresión torácica al caerle encima la puerta corredera
El pasado 13 de octubre Juan Carlos Cabeza Posada se disponía a cerrar la puerta corredera de su centro de trabajo tras acabar su jornada laboral en la empresa Ership sin saber que ese gesto repetido tantas veces le costaría la vida. La pesada puerta corredera se salió de sus raíles y cayó sobre Juan Carlos, que falleció a causa de la compresión torácica por el gran peso que le provocó además una insuficiencia respiratoria aguda.
Ahora, el bufete de abogados de Ramón Dávila ha encargado un informe técnico que afirma que la puerta se encontraba en mal estado de conservación, sin el mantenimiento necesario, por lo que hace responsable del suceso a la empresa.
En dicho informe, al que ha tenido acceso este diario, se explica que el trabajador debía abrir y cerrar la puerta de manera manual, es decir, el trabajador empujaba o tiraba de la hoja de la puerta, que se deslizaba por un raíl, por medio de dos ruedas que incorporaba en su marco inferior.
Según figura en el informe, para cerrar la puerta el trabajador tiraba de ella, acompañándola en su movimiento. Al impactar el tope de la puerta con el pilar este se rompió, por lo que el movimiento de la puerta no se detuvo, es decir, no actuó de tope, y debido a la inercia del movimiento la puerta se salió del carril y volcó hacia el exterior del centro de trabajo, cayendo encima del trabajador y provocándole la muerte por compresión torácica.
Ramón Dávila, abogado que representa a la familia del fallecido, de sólo 48 años de edad, entiende apoyado en el informe que “la causa inmediata del accidente es la falta de sistema de seguridad que impidiese que la puerta saliese del carril y se desplomara hacia donde estaba el trabajador”.
En el informe técnico que Dávila utilizará para apoyar la responsabilidad de la empresa en el accidente se detallan graves incumplimientos en el sistema general de prevención de riesgos laborales. Entre ellos está la desinformación de los trabajadores sobre los riesgos y las medidas preventivas que debía adoptar durante la apertura y cierre de la puerta. Además, considera que la tarea encomendada a este trabajador no era adecuada, puesto que no tenía la cualificación y experiencia necesaria. También consideran que no existían las revisiones periódicas obligatorias o eran insuficientes e inadecuadas, y que no se habían identificado los riesgos que han acabado materializando el accidente. Desde el bufete de Dávila se insiste en que el informe habla de un mantenimiento preventivo “inexistente o inadecuado, con falta de realización de las revisiones periódicas obligatorias conforme establece el apartado 5 del artículo 5 del Real Decreto-1215/1997”.
Recuerda el informe que “al deslizarse la puerta sobre raíles, suele convertirse en práctica habitual la realización de un fuerte impulso inicial para vencer la resistencia inicial al deslizamiento de la hoja de la puerta. Si la velocidad que alcanza la hoja de la puerta en su desplazamiento llega a ser importante por el impulso realizado se produce un choque brusco del tope con el pilar, circunstancia que motiva y que puede acelerar el deterioro de la unión soldada del tope de seguridad de la puerta”.
Los abogados que están llevando el caso recuerdan que la empresa Ership había sido denunciada por “carencias” en las medidas de prevención y seguridad ante Inspección de Trabajo. De hecho, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de los Puertos (CETP) indicó que “la empresa de logística Ership había sido denunciada ante la Inspección de Trabajo”. Carlos Tejada, coordinador de CETP, añadió que, además, está estudiando personarse como acusación a raíz de la investigación que se lleve a cabo para depurar responsabilidades penales, además de la denuncia y obligada investigación de los hechos por la citada Inspección de Trabajo”.
El fallecido tenía 48 años y era vecino de Puerto Real. Una de las hipótesis que se trabajan es que pudo fallecer en la noche del miércoles al terminar la jornada laboral, siendo su propia esposa quien se encontró con el cadáver tras dirigirse a la empresa al extrañarse de que su marido no hubiera vuelto a casa.
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