La vergüenza de La Janda
Dos carreteras tercermundistas lastran a la comarca jandeña
Miles de personas se juegan la vida a diario en dos carreteras infames que llevan años esperando la inversión de la Junta: la que une Paterna y Medina Sidonia y la del Castaño, en Benalup
La Janda/No es ninguna exageración. En la comarca de La Janda miles de personas se juegan la vida a diario transitando por dos carreteras autonómicas que presentan un estado deplorable y que llevan muchos años esperando un arreglo integral por parte de la Junta de Andalucía que continúa sin llegar.
En una de esas carreteras, la Paterna-Medina Sidonia (A-389), se espera que las máquinas empiecen a actuar a principios del año que viene, a lo más tardar. En la otra, la llamada carretera del Castaño que une Benalup-Casas Viejas con la autovía Jerez-Los Barrios, ni siquiera eso se espera, porque por no haber no hay aún ni proyecto de reforma redactado. Y si la sociedad civil ya se movilizó en Paterna y Medina para presionar y convencer a la Junta de la necesidad de arreglar los ocho kilómetros que separan a ambas poblaciones, en la localidad benalupense es ahora cuando se está empezando a gestar un movimiento similar, aunque en este caso liderado por todos los partidos políticos que conviven en este municipio jandeño.
Unas grietas descomunales en la calzada, mojones que en teoría deberían señalar puntos kilométricos pero que aparecen arrancados y sin visibilidad alguna, ni el más mínimo atisbo de arcenes, curvas cerradas en las que no se intuye nada de lo que puede venir en sentido contrario, unas ondulaciones en el asfalto que parecen dispuestas a plantar cara a las suspensiones más modernas de todo turismo que ose circular por esta carretera, terraplenes en ambos márgenes que en algunos casos desembocan en un precipicio que impone, zonas muy estrechas en las que se hace obligatorio circular a poca velocidad para dejar paso a los vehículos que vienen en sentido contrario, y carteles, muchos carteles advirtiendo de la existencia de un peligro detrás de otro. Eso es, a grandes rasgos, todo lo que tiene que superar cualquier conductor que quiera llegar a la autovía Jerez-Los Barrios (A-381) a través de la A-2226 o carretera del Castaño, que es la salida sur de Benalup-Casas Viejas.
Cuentan que no hace muchos años esta carretera convencional de doble sentido llegó a tener una intensidad media diaria (IMD) de más de 1.000 vehículos al día. Y esa cifra no sorprende porque, por un lado, esta carretera es usada los días laborables por centenares de benalupenses que trabajan en el Campo de Gibraltar y que se desplazan en vehículo bien en solitario o bien en grupo, cuando se trata de una misma cuadrilla de trabajadores de la construcción. Pero es que además no se puede olvidar que los fines de semana y festivos la vía adquiere un claro tinte turístico, con la presencia de muchas personas que circulan por esta carretera del Castaño atraídas por la belleza del embalse del Celemín, por las dos zonas recreativas –una privada y otra pública– que hay en este entorno natural o por el singular Tajo de las Figuras. Y todo ello sin olvidar a los benalupenses que residen en el núcleo rural de Las Lagunetas –unas 200 personas– y que solamente cuentan con esta vía de comunicación para llegar a Benalup.
Los datos oficiales dicen que en los últimos años esta IMD de la carretera del Castaño ha ido bajando de manera progresiva, tanto por la influencia de la crisis económica, que lamentablemente redujo el número de benalupenses empleados en la comarca campogibraltareña en el sector de la construcción, como por el hecho de que otros habitantes de Benalup, hartos de la peligrosidad de esta carretera, han terminado desistiendo de tomar este enlace directo con el Campo de Gibraltar y han optado por otra alternativa más larga pero más segura como es la A-2228 o la carretera de Alcalá, como es conocida en Benalup. Esta última vía parte igualmente desde la localidad benalupense y conecta con la Jerez-Los Barrios a la altura del kilómetro 42 de la autovía, a la altura del Cedefo de Alcalá de los Gazules. La carretera del Castaño desemboca mucho más adelante de la A-381, a la altura de su kilómetro 65, es decir, más cerca de Los Barrios.
Entre la carretera del Castaño y la Paterna-Medina hay muchas diferencias. Pero la más destacada de ellas es quizás que el alto índice de siniestralidad que presenta la segunda de estas vías de comunicación no la registra, ni por asomo, la carretera que parte de Benalup en dirección a la Jerez-Los Barrios. En la carretera del Castaño, es verdad, hay muchos casos de turismos que se salen de la calzada para terminar deslizándose por los terraplenes y, de manera muy especial, son numerosos los neumáticos que terminan pasando a mejor vida debido a las enormes grietas que presenta el asfalto. Pero accidentes mortales realmente ha habido muy pocos, quizás porque, a diferencia de lo que sucede en la Paterna-Medina, en este caso la presencia de camiones, trailers y autobuses es muy reducida, ya que el protagonismo del tráfico rodado lo asumen casi al cien por cien entre los turismos y las motocicletas.
Esta menor incidencia de la siniestralidad, y el hecho de que no haya habido protestas ciudadanas, concentraciones y cortes de carretera pueden haber provocado que la administración que tiene la competencia sobre esta carretera del Castaño, que es la Junta de Andalucía, no se haya decidido aún a agilizar este proyecto de reforma integral o, al menos, que no se haya decidido a acometerlo en su tramo más conflictivo.
Y es que, para ser exactos, la Consejería de Fomento sí ha adecuado ya un tramo de esta A-2226. En concreto ha realizado estas obras en los primeros 4,2 kilómetros de una vía que cuenta con una longitud total de 22,4 kilómetros. Es decir, que faltan aún 18,2 kilómetros por arreglar.
La fase ya remodelada se inició en los últimos meses del anterior Gobierno socialista en la Junta, a finales de 2018, y fueron completadas ya con el Gobierno de coalición PP-Ciudadanos al frente del Ejecutivo autonómico. Con un presupuesto de 3,73 millones de euros, estos trabajos, desarrollados en poco más de un año, han permitido modernizar la carretera del Castaño en su tramo inicial que parte de Benalup y que salva a través de un puente el río Barbate. Pero lo que queda por hacer es mucho y se supone además que será muy costoso porque buena parte de la carretera atraviesa el Parque Natural de Los Alcornocales, lo que obligará a asumir muchas medidas correctoras de protección del medio ambiente. Pero lo peor es que el inicio de esas obras que faltan no se vislumbra en el horizonte. Al respecto, la Junta se limita a afirmar que no había un proyecto de construcción previo, que la actuación en esta carretera del Castaño está actualmente en fase de redacción del proyecto y que la idea es que posteriormente se pueda planificar el arreglo integral de esta vía de comunicación pero por fases.
Estas explicaciones oficiales no parecen haber convencido mucho a la clase política de Benalup, tanto es así que todos los partidos de esta localidad se han unido para impulsar una plataforma que busque presionar a la Junta para que priorice el arreglo de esta carretera del Castaño.
Este periódico reunió esta semana al alcalde de Benalup, el socialista Antonio Cepero, y a representantes de todos los partidos con representación municipal: María José Tirado, portavoz del Grupo Socialista; Herminia Moguel, concejal del PP; Manuel Moguel, portavoz de AxSí; y María José Grimaldi, portavoz de IU y primera teniente de alcalde por mor del pacto de gobierno que socialistas e izquierdistas cerraron en este Consistorio jandeño en junio del año pasado.
De esa reunión lo que ha quedado constatado es que la unidad política surgida en Benalup en torno a este asunto parece, al menos de momento, sincera. Ni desde las filas socialistas se sube en exceso el tono de voz contra un PP que ha cumplido ya un año al frente de la Junta, ni desde las filas populares se contraataca arremetiendo contra los anteriores gobiernos socialistas. Así, el regidor, del PSOE, afirma que ha pedido expresamente a la dirección de su partido que no utilice la reclamación de esta carretera como un ariete contra la Junta, mientras que la concejala del PP reclama al nuevo Gobierno andaluz que no busque excusas en el pasado. "Lo que le pedimos a la Junta es que no meta este proyecto en un cajón, que se comprometa a hacer esta obra y que vaya invirtiendo en el Castaño cuando vaya pudiendo", reflexiona Herminia Moguel.
La carretera del Castaño lleva muchos años sin arreglarse pero en Benalup se quiere poner un punto y seguido y mirar solamente al futuro. "Lo único que perseguimos es que la Junta incluya esta obra en sus próximos Presupuestos, que sepamos su calendario y su presupuesto", resumen unos políticos benalupense que no dudan en afirmar que mientras esta carretera mantenga su actual estado deplorable “este pueblo estará manco”.
Dicen desde todos los grupos municipales que el objetivo es que, cuando esta plataforma ciudadana pro carretera del Castaño eche a andar, los políticos abandonen la cabecera. Y aclaran que organizar manifestaciones y cortar carreteras "es una opción más pero no puede ser la primera medida a tomar". Bien al contrario, plantean una recogida de firmas inicial que esté apoyada por al menos el 80% de los más de 7.000 vecinos que viven en Benalup.
En la lucha por su carretera la sociedad benalupense va muchos capítulos por detrás de lo que pelearon Medina Sidonia y, sobre todo, Paterna de Rivera, por la suya. Ahí sí que hubo cortes de tráfico para reclamar la reforma integral de estos ocho kilómetros de la A-389, una de las carreteras convencionales más peligrosas que se localizan actualmente en la provincia de Cádiz.
Hace ya muchos años la Junta modernizó la A-389 en el tramo comprendido entre Paterna y Arcos y sobre todo la carretera que conecta Medina Sidonia con Vejer, que a partir de ahí fue rebautizada como la A-396. Pero el tramo Medina-Paterna quedó en el olvido. "Fue una marginación, una discriminación a Paterna en toda regla", opina José Luis González, uno de los dos taxistas que operan en la localidad paternera. González, con muchos años de experiencia al volante, pone el énfasis en la peligrosidad evidente de este pequeño tramo de la A-389. "Los que vivimos de esto no le tenemos miedo a ninguna carretera, pero sí respeto. Y a la vista de cómo está todos los días el tráfico en la Paterna-Medina, pocas cosas pasan para la peligrosidad tan extrema que encierra", explica este taxista.
Si en la carretera del Castaño mandan sobre todo las grietas en el asfalto y las ondulaciones del firme, en la Paterna-Medina el peligro lo marcan los cambios de rasante que te dejan a ciegas y sobre todo la estrechez de una vía que apenas alcanza los cinco metros de ancho y por donde muchas veces coinciden dos camiones, uno en cada sentido de la marcha.
El último accidente de consideración se produjo a mediados del pasado mes de diciembre. Un coche chocó con un camión y la mujer que conducía el turismo no perdió la vida de milagro. Pero después de ello no han sido pocos los camiones y turismos que han terminado saliendo de la vía.
Precisamente, varias personas accidentadas fueron las que impulsaron en septiembre de 2018 la plataforma ciudadana que unió a numerosos colectivos de Paterna y Medina para arrancar el compromiso de la Junta de que iba a reformar esta importante vía de comunicación. El alcalde de Medina Sidonia, Fernando Macías (IU), aplaude los logros obtenidos por esa plataforma. "Nosotros lo único que dijimos era que este tema no podía ser politizado, que teníamos que ir todos juntos, y se consiguió. Y a la Junta lo que le trasladamos fue que había que concebir esta carretera como la unión natural entre las comarcas de La Janda y la Sierra".
La A-389 nace en el término municipal de Medina, en la rotonda en la que se ubican una gasolinera y las ventas El Jilguero y Pascual. Sus primeros metros no están mal, hasta que se pasa por debajo de la Jerez-Los Barrios. A partir de ahí, y a la altura de la Venta El Sacrificio, empieza el infierno, un puñado de kilómetros que se hacen insufribles hasta que se ven al fin las primeras edificaciones de Paterna.
El andalucista Andrés Díaz, alcalde desde el año pasado de la localidad paternera, afirma que si esta carretera aún no se ha modernizado "ha sido porque los políticos de aquí no se movieron como era necesario". Ahora considera que todo ha cambiado. "La nueva Junta está cumpliendo con nosotros. Han hecho este proyecto de reforma en un tiempo récord de apenas seis o siete meses y yo estoy convencido de que cumplirán su palabra y las obras podrán comenzar a principios del año que viene para que esté terminadas en un año o año y medio", reflexiona este regidor de AxSí que gobierna en Paterna en coalición con el PP.
Eso sí, lo que no admitirá de ningún modo Andrés Díaz es que se sigan haciendo parcheos. "En los años anteriores la Junta se limitaba a echar capas y capas de asfalto, cuando el problema de esta carretera es su estrechez. Y con tanto asfalto lo que han ido haciendo es elevar cada vez más la altura de la carretera dejando unos terraplenes muy peligrosos en ambas márgenes", reflexiona el alcalde paternero.
De momento la Junta se niega a anticipar el presupuesto y el plazo de ejecución del arreglo de este tramo de la A-389, aunque las previsiones oficiosas hablan de una inversión que puede rondar los nueve millones de euros.
Y es que el estado de esta carretera deja en una clara situación de aislamiento a Paterna. Los ciudadanos de Medina, por el contrario, sí tienen muchas más salidas hacia la Jerez-Los Barrios, hacia Chiclana o hacia Vejer.
Circular por la Paterna-Medina y por la carretera del Castaño, en Benalup, puede dar miedo o respeto, según la experiencia que tenga cada uno al frente de un vehículo. Pero lo que da en todos los casos es vergüenza ajena. Que una comarca como La Janda que tanto y tan fuerte está apostando últimamente por el turismo reciba a sus visitantes con estas carreteras que parecen más propias del tercer mundo que del siglo XXI debería hacer sonrojar a más de uno. En las manos de la Junta queda que ambas reformas se acometan y, también, que no haya que esperar décadas para ello.
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