La cartera más grande del mundo
Un docena de marroquineros confeccionan en Ubrique una cartera gigantesca, que es presentada antes de quedar registrada en el Libro Guinness de los Récords
Son 50 metros cuadrados de piel que encierran la dignidad de los marroquineros de Ubrique. Lleva muchas puntadas encima para su confección y también muchos anhelos porque no corren buenos tiempos para el sector. Es la cartera más grande del mundo, hecha en Ubrique, con el alma de los propios ubriqueños, que con ella entrarán en el Libro Guinness de los Récords.
Con unas dimensiones de infarto, de 2 metros de alto y 1,56 de ancho cerrada, y 3,10 metros abierta, esta cartera gigantesca se presentó ayer por la tarde en sociedad ante los vecinos del pueblo en un acto multitudinario. Mediante acta notarial, la cartera está considerada la más grande del mundo, y en los próximos días quedará registrada en el Libro Guinnes para su validación.
Además de espectáculo, la presentación fue sobre todo un canto de los trabajadores y los empresarios a la necesidad de defender la producción artesana local, con muchos siglos a cuesta, frente a los envites y la amenaza constante de la competencia asiática. A la de Ubrique se le hizo una fiesta de reconocimiento, de esperanzas y de nostalgia. "Aquí todo el pueblo ha hecho siempre un trabajo infatigable. Venía un pedido y todos a una. No importaba las horas o los días. Había que sacarlo para adelante". "Nosotros tenemos la calidad. Lo que hacemos es único". Lo dicen María Jesús y Reme, dos vecinas que ayer no perdieron hilo en la Plaza de España, lugar escogido para revelar el singular artículo, que estaba abarrotado de parroquia.
Y no les faltaba razón a estas dos mujeres, que contaron que en los últimos tiempos ha habido una estampida de las firmas a otros lares más baratos. "Pero están volviendo porque saben lo que se hace aquí", añaden.
"Todos formamos parte de un pico, de una puntada de esa cartera. Gracias a todos la piel de Ubrique es un referente mundial", explicó el presidente de la Asociación de Empresas de Complementos de Moda y Piel (Empiel), entidad artífice de esta iniciativa que busca, sobre todo, promocionar la calidad de la industria marroquinería local, cuyo prestigio ha salvado fronteras. Se ensalzó el producto de excelencia, la cultura artesana heredada de los mayores, la fatiga del empresariado por no desfallecer ante la situación económica y la vocación de cientos de operarios que han prestigiado una manera de hacer, desde que en el siglo XVIII se cosieran las primeras petacas.
No hay una familia en Ubrique que no haya estado vinculada alguna vez al sector. El volumen de negocios que mueve la piel curtida puede rondar los 700 millones de euros, del que están implicado unas 5.000 personas
Miguel Jaén entró de aprendiz con 12 años en el tajo. "Esto hay que mamarlo desde chico". Hizo petacas, monederos, carteras. bolsos y un sinfín de artículos más. Este hombre sencillo no entiende de los rifirrafes del mercado. Sólo de la "calidad" del producto ubriqueño, marchamo más que suficiente para tener el hueco que se merece. Lo dice mientras que los organizadores descubren la impresionante réplica en un escenario levantado para la ocasión. En ella han trabajado 12 artesanos del pueblo, nada menos que durante 250 horas de trabajo. Para mantenerla en pie -pesa 200 kilos- se presentó con una estructura. Posaron junto a ella los 12 artífices de su confección, que recibieron un homenaje por ello.
Han colaborado, también, en la cesión del material y la organización unas 40 empresas de esta localidad. El Ayuntamiento ubriqueño y la Fundación Tecnológica de la Piel Movex) se han sumado, de igual manera, a la organización de este evento.
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