"Una ciudad inteligente es un generador de empleo y un imán de empresas"

mina sartipi/ daniel loveless. expertos en 'smart cities'. universidad de tennessee

Invitados por la Escuela Superior de Ingeniería de la UCA, dos investigadores estadounidenses explican los beneficios de convertir la Bahía de Cádiz en una red de núcleos urbanos tecnológicos

Mina Sartipi y Daniel Loveless, durante su reciente estancia en Cádiz. / Jesús Marín
Juan Marqués

05 de junio 2017 - 08:22

Cádiz/Mina Sartipi, catedrática de Informática, y Daniel Loveless, profesor de Ingeniería Eléctrica, ambos expertos en ciudades inteligentes de la Universidad de Tennessee en Chattanooga, mantuvieron esta semana un encuentro con investigadores de la UCA. Concejales y técnicos de los Ayuntamientos de Cádiz y Puerto Real se mostraron muy interesados en las posibilidades que brinda esta filosofía de mejora de la vida en los entornos urbanos mediante la tecnología.

-¿Qué es una ciudad inteligente?

-Mina Sartipi: Es cómo podemos utilizar la tecnología, el internet de las cosas, el internet de las personas, para mejorar la vida de la gente, hacerla más eficiente. Cómo mejorar su estilo de vida en entornos urbanos. Interactuamos entre las comunidades de forma política y económica y las universidades a todos los niveles de conocimiento.

-¿Cómo era Chattanooga antes de convertirse en 'smart city'?

-M. S.: En 1969 era la ciudad más sucia de los Estados Unidos. En 2010 fue nombrada 10 Gig City, es decir, la ciudad con mayor cobertura de internet y más rápida de todo el hemisferio occidental. Ese cambio se ha producido en muy poco tiempo por un cambio de política basado en un desarrollo tecnológico que responde a las necesidades de los ciudadanos.

-D. L.: Y no sólo se trata de tecnología, también de capitalizar la belleza natural del entorno, intentando crear puestos de trabajo y atraer a personas que puedan generar empleos relacionados con una forma de vida más saludable y mejor.

-¿Cómo funciona el transporte?

-M. S.: Hay autobuses eléctricos gratuitos en el centro de la ciudad, métodos para compartir vehículos particulares y se está implementando un sistema de transporte inteligente para mejorarlo monitorizando el tráfico y sincronizando el transporte en tiempo real con los semáforos para que sea más fluido y no haya atascos.

-La arquitectura y el urbanismo también juegan un papel crucial...

-M. S.: Sí. Por ejemplo, se reformó la ribera del río, que era un lugar donde nadie quería vivir; se construyó un acuario en una zona donde nadie quería estar porque era peligrosa y se ha convertido en un entorno urbano con parques públicos en ambas orillas del río por donde la gente pasea, donde todo el mundo quiere vivir. Eso ha sido un generador de calidad de vida en el centro de la ciudad.

-También trabajan en servicios públicos eficientes, sistemas de teleasistencia, de telemedicina...

-M. S.: Hay una zona de Chattanooga donde vive mucha gente mayor, con muchos centros comerciales, y para ellos era imposible cruzar la calle. Se está modificando el sistema de transporte para poder llevarla a donde quieren ir; se están poniendo sensores para medir parámetros medioambientales, para monitorizar los niveles de polen en favor de la gente con asma y controlar el aire para en un futuro poder informar sobre la calidad del aire en tiempo real.

-¿Cómo cambia la vida una ciudad inteligente ideal?

-D. L.: El concepto de mejorar la calidad de vida es diferente para cada persona. Para algunos será cómo mejorar el transporte; para otros, la monitorización de la salud en tiempo real; podría ser importante saber cómo afectan a la comunidad las decisiones personales que cada uno toma a diario.

-M. S.: Tal y como van ahora las cosas tenemos acceso a muchos datos en crudo a través de muchos sensores, pero lo fundamental es cómo se extrae información valiosa para los ciudadanos de manera que puedan entenderla y utilizarla y que sea accesible para todos.

-¿Qué papel tienen los medios de comunicación en una 'smart city'?

-M. S.: Son muy importantes porque hay que realizar una labor educativa para que el ciudadano sepa que aportar datos al sistema no es necesariamente malo; en general, el ciudadano no confía en ello, pero hay que hacerles entender que ciertos datos son importantes para mejorar su calidad de vida; y que monitorizarlos y tratarlos es fundamental para que la comunidad mejore.

-¿Qué otras ciudades en el mundo son modelos de 'smart cities'?

-M. S.: Hay bastantes: Bristol, en Reino Unido; Songdo, en Corea del Sur; Santander, en España. Seguimos regularmente a varias para saber qué tecnologías aplican y cómo lo hacen.

-¿Qué se hace en Santander?

-M. S.: Han puesto sensores para aparcamientos, en edificios; sensores medioambientales, en semáforos, en los transportes, en parques... miden la luz, la presión, la temperatura, la humedad, el consumo de agua... Desde hace años es una de las ciudades más inteligentes del mundo y creo que la primera smart city de España.

-¿Qué potencialidades cree que puede tener la Bahía de Cádiz?

-M. S.: Por ejemplo, como turistas para nosotros es importante entender que si vamos a una ciudad verde, bien organizada, con bicicletas, donde podemos interactuar con los datos y saber dónde tenemos que ir y qué hacer, eso genera un conocimiento que hace que las prefiramos a otras peor organizadas.

-D. L.: Gran parte de la filosofía de las ciudades inteligentes implica conocer los problemas de desarrollo, de urbanismo, de vida del ciudadano e intentar solucionarlos; y eso siempre es favorable desde todos los puntos de vista, también a la hora de generar empleo.

-M. S.: Cuando una ciudad se convierte en inteligente es un generador de empleo, un centro de atracción de empresas, de investigadores que tienen una tendencia a mudarse porque todo les es mas fácil.

-D. L.: Eso precisamente ocurrió en Chattanooga. Primero se montó una infraestructura y la gente acudió a crear nuevas empresas gracias a toda la nueva tecnología que se había implementado.

-¿Cómo se gestiona la energía en este tipo de ciudades?

-D. L.: Es un tema de investigación fundamental. En Chattanooga hay granjas solares donde los consumidores pueden alquilar o comprar un trozo para instalar sus propias placas y son las empresas de tecnología que gestionan la energía eléctrica las que se hacen cargo de su producción, a pesar de que son una especie de mancomunidad de propietarios.

-M. S.: Las renovables son muy importantes; hay mucha gente que piensa que una compañía eléctrica tiene que estar en contra de las renovables porque puede perder mucho dinero por su culpa, pero saben que el progreso está ahí y no pueden luchar contra él; así que, en vez de oponerse, colaboran e intentan lograr un beneficio económico porque saben que el progreso va a llegar, quieran o no.

-D. L.: Toda la gestión energética está cambiando. Hoy he sabido que en una ciudad de Illinois han puesto en marcha una red de microrredes que, en el caso de que haya un error en una red global, la abastecerá con energía renovable para que el sistema no caiga.

-¿Hay medidas de discriminación positiva?

-M. S.: Sí, son muy importantes. En Chattanooga, por ejemplo, se vigila especialmente la monitorización de la calidad del aire en zonas de menor desarrollo económico porque son las personas que viven allí, sobre todo los niños, quienes están más afectadas. También es una prioridad el transporte en esas zonas y que se ajusten a los recursos de sus habitantes.

-¿En qué va a consistir su colaboración con la UCA?

-M. S.: Colaboramos ya con muchas universidades, pero hacerlo con otras nuevas es muy importante porque cada entorno en diferente y puede generar oportunidades para probar ideas y ver si funcionan. Ha sido muy gratificante explicar nuestro trabajo aquí y que los investigadores hayan hablado del suyo. También estamos interesados en hacer intercambios de estudiantes entre las dos universidades porque es importante generar un trabajo conjunto.

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