El comité de Navantia Puerto Real exige la vuelta a la construcción naval

Los representantes sindicales consideran una "decisión estratégica errónea" centrarse en la eólica marina ante la "bestial" demanda de gaseros del mercado existente desde hace unos años

La construcción de los FSS para la marina británica supondrían "un escaparate" para desarrollar esta línea de negocio militar que el comité augura no tendrá continuidad

Ponce, Escamilla, Martínez, Giménez y De los Santos, de i. a d., tntegrantes del comité de empresa de Navantia Puerto Real.
Ponce, Escamilla, Martínez, Giménez y De los Santos, de i. a d., tntegrantes del comité de empresa de Navantia Puerto Real. / Lourdes de Vicente

Cádiz/El astillero de Navantia Puerto Real tiene la experiencia y la capacidad física para construir gaseros. Es el único en territorio nacional y de las pocas opciones europeas para fabricar este tipo de buques y, sin embargo, está desaprovechando su competencia en esta materia y las posibilidades del mercado actual. "A nivel mundial todos los astilleros están saturados porque hay una demanda bestial. Es un error centrarse en la eólica marina", denuncia Arturo Martínez (CSIF), presidente del comité de empresa, que exige la vuelta de la construcción naval como principal actividad frente a la apuesta de la dirección por Seanergies. De hecho, está recabando apoyos a esta demanda de los agentes sociales y políticos.

"Ya no se presupuestan, ya no llegan ofertas, y lo que llega se tira a la basura", lamenta –sobre la gestión de la empresa en torno a la construcción naval para el astillero de Puerto Real– Martínez, que encabeza esta reclamación con el apoyo de todos los sindicatos. También alzan la voz el anterior presidente del comité de la Villa, Juan Antonio Escamilla, de CCOO; o representantes de CTA, UGT y CSIF, como Juan Antonio de los Santos, Antonio Ponce y Manuel Cayetano Giménez. 

La implicación en la construcción de los FSS (los buques de apoyo logístico para la flota auxiliar) de la Royal Navy de Reino Unido se considera por parte de estos dirigentes como un encargo que "ha caído contra todo pronóstico". A pesar de que participar en este contrato para una armada potente como la británica supondría un gran escaparate, no observan que pueda tener vocación de continuidad. "Nosotros queremos que se desarrolle" esta línea de negocio a partir de "un producto militar –como ha hecho San Fernando con las corbetas–", "que desde la dirección trabajen en ella", porque, exponen, para que el astillero vea réditos pasaría algún tiempo: al menos un año de labor comercial, y después otro de desarrollo del diseño.

Una demanda de gaseros que está en auge

En la defensa que hacen de la construcción naval, que está en el origen y en la razón de ser de un astillero, argumentan, tiene una posición importante la construcción civil, en concreto de gaseros. El comité puertorrealeño recuerda que entre los años 2000 y 2005 fabricaron tres de estos buques LNG de un contrato de seis. La carga de trabajo se la repartieron con Fene (antiguo Astano), que actualmente no tiene permiso de construcción; y con Sestao, que ya no existe. No hay otra factoría naval en España en la que puedan construirse, solo Puerto Real. "Solo Puerto Real puede construirlos, con un dique de 500 metros y 100 de manga", insisten. Incluso, posteriormente, contaron con una oficina de gaseros para investigación sobre tecnología y construcción de este producto. La antigua Izar no siguió esa línea y Navantia ha secundado esta decisión, cuestionan, a pesar de que ya entonces era un mercado en crecimiento.

Actualmente existe, abundan en su explicación, una gran demanda de gaseros. Este incremento se debe al aumento de la demanda de gas natural como energía verde, a la disminución del transporte de gas por gaseoducto, a los objetivos de descarbonización mundial y a los nuevos descubrimientos y explotaciones de yacimientos de gas natural. Ponen de ejemplo las necesidades de Qatar que doblará su producción en 2025 y recuerdan el interés por colaborar con Navantia mostrado a la vicepresidenta tercera del Congreso, Esther Gil de Reboleño, por el astillero chino State Shipbuilding Corporation, que ha cerrado un acuerdo con QatarEnergy para hacer 128 gaseros. Ante eso, cuestionan que se descarte "porque no está en el plan estratégico, que ni siquieran cumplen y ni han evaluado". "No tiene sentido a nivel estratégico”", comenta Arturo Martínez.

Este panorama contrasta, a juicio del comité, con "el auge de la eólica marítima del que habla de manera reiterada la dirección, que decía que iba a tener lleno el astillero, cosa que no es verdad", advierte Juan Antonio Escamilla. "Nada de lo prometido en dos años –se empezó en este sector el 5 de abril de 2022 cuando nuestra historia es de construcción naval– se ha cumplido", reitera. 

Una decisión que merma las posibilidades del astillero

La deriva en Puerto Real ha afectado a la plantilla, que ha sufrido a lo largo de los años una merma considerable en número, para quedarse en la mitad: de un millar ha pasado a unos 500 trabajadores. También ha incidido en el perfil profesional. "Prevalecen los técnicos superiores, frente a los gremios (soldadores, herreros, caldereros...)", apunta Juan Escamilla. Dejar de lado la construcción naval implica reducir la logística, la preparación necesaria de los talleres y perder personal especializado, y eso a su vez va a afectar a la formación, que desaparecerá, con las consecuencias futuras que pueda conllevar para el sector de la construcción naval. 

"La eólica marina es alimento para el astillero, pero no genera lo mismo que la construcción naval", señala el presidente del comité de empresa sobre la situación en Puerto Real. Por un lado, desaprovecha las instalaciones, a lo que se suma que no ocupa la capacidad total del astillero, porque solo supone un millón de horas de trabajo frente a las 5 millones de horas que podría soportar. De hecho, la construcción de un gasero se traduce en 2,5 millones de horas. Por otro, no implica el mismo desarrollo tecnológico que el diseño y la construcción de un buque. Y desde luego redunda en la pérdida de gremios de la que avisan los representantes sindicales, al necesitar solo soldadores y no otros oficios.

El comité denuncia que la dirección de Navantia renuncia a las oportunidades que el mercado actual de gaseros le ofrece al abandonar el sector: ni presupuesta, ni recibe ofertas, pero además desecha lo que le llega. Por eso, insiste en reclamar que se vaya más allá de la "apuesta nacional por la eólica marina", y se mantenga la construcción naval en Puerto Real. Lo contrario es una "decisión estratégica errónea".

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