Galería del crimen | Capítulo 22
Por el honor de nuestra vecina
Son comunistas, republicanos y ateos pero ayer dejaron a un lado su ideología y se desvivieron por salvar las imágenes sagradas de su pueblo.
Sucedió minutos antes de las diez de la mañana en Trebujena, el pueblo más rojo de la provincia de Cádiz, donde el PCE primero e IU después han arrasado en todas las elecciones celebradas, sean del ámbito que sean. A esa hora, los concejales izquierdistas, con su alcalde, Manuel Cárdenas, al frente, se reunían en la plaza principal del pueblo para iniciar el camino que les llevaría a Sevilla, donde iban a participar en la manifestación convocada por su partido para reclamar medidas contra la crisis económica.
En esa plaza se encuentran el Ayuntamiento y la única parroquia del pueblo, la de la Purísima Concepción. La iglesia estaba cerrada y el párroco, que celebraba la eucaristía en la pedanía jerezana de Mesas de Astas, también estaba ausente. Se supone que fue por un cortocircuito pero lo cierto es que de la nada se originó un incendio en la parroquia, en la zona trasera del altar principal. Las llamas se propagaron con rapidez, quedó calcinado un antiguo órgano de manera, se desprendieron trozos de escayola del techo y el humo se apoderó del recinto.
Una concejala izquierdista, en el exterior, fue la primera en darse cuenta de lo que sucedía y en dar aviso a la Policía Local, a los bomberos de Sanlúcar y a sus compañeros. Y, sin mediar debate alguno, todos se adentraron en el templo, usaron extintores e iniciaron el rescate de la decena de imágenes que procesionan en Semana Santa y que son veneradas por los feligreses trebujeneros.
La imagen de Jesús Nazareno, la de la Virgen del Desconsuelo, la antiquísima del Cristo de la Misericordia... una tras otra las sagradas imágenes iniciaron una inesperada procesión portadas por los más insólitos cargadores: los concejales comunistas de IU.
Sobre la marcha hubo que improvisar un refugio para las tallas y el mejor y más cercano estaba a la vista de todos: el Ayuntamiento, ubicado en la misma plaza. Allí, en las dependencias municipales, las imágenes de las diferentes advocaciones de Jesús y María quedaron a salvo de las llamas primero y de la lluvia después.
Todo transcurrió en apenas media hora, según relataría horas después el regidor trebujenero. Manuel Cárdenas intentó en todo momento quitar transcendencia a lo sucedido. Que todo esto sucediera en el pueblo más rojo de la provincia y que los principales actores de la historia fueran los concejales de IU son para él simples anécdotas. "En esos momentos la ideología la dejas a un lado y te involucras para salvar unas imágenes que sabes que son importantes para tus vecinos. Cualquiera hubiera hecho lo mismo", apostilla el también coordinador provincial de IU que, a diferencia de sus compañeros, se quedó sin ir a la manifestación de Sevilla.
Por la tarde, cuando ya los bomberos habían logrado sofocar el incendio, serían los feligreses los que se encargarían de portar otra vez las imágenes para depositarlas de nuevo bajo techo religioso, en este caso en unas dependencias traseras de la parroquia que no se habían visto afectadas por el fuego. Allí esperarán hasta regresar a sus respectivos altares. Antes serán necesarios en el templo unos trabajos de reforma en los que no será necesaria la hoz pero sí el martillo.
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