Conil-Chiclana

La mayor parte del recorrido de esta etapa se realiza por arenas, sobre las que se asientan bosques de pino, alternando a veces con pistas de tierra y zonas urbanas. Es una de las más largas que se incluyen en el Sendero Europeo Arco Atlántico en la provincia de Cádiz, pero aparte de esto no entraña ninguna dificultad.

Habrá que tomar precauciones en la zona de los acantilados de Conil, donde no debemos acercarnos al borde, porque existe un alto riesgo de derrumbe.

Nuestro sendero comienza junto a la Cala del Puntalejo y nos conduce hacia la zona de los acantilados de Conil, rodeados de matorral mediterráneo.

Próximos a la Cala del Aceite, donde existe un mirador, pasamos el arroyo del Campamento. Poco a poco, nos adentramos en el pinar de Roche, Zona de Especial Conservación de la Red Natura 2000, que ocupa una superficie de casi siete hectáreas. Las especies predominantes aquí son el pino piñonero y el lentisco.

En cuanto a fauna, las aves son quizá las más destacadas, resulta especialmente llamativo el paso, cada año, de más de 10.000 espátulas comunes que surcan el cielo en su ruta migratoria. Reseñable es también la presencia de reptiles como el camaleón común y el galápago leproso.

Salimos del pinar, junto a la subestación de La Barrosa, rodeándola y caminando ahora por zonas urbanas, que se alternan con áreas de pinos. En el Llano de las Maravillas, nos adentraremos en el Parque Forestal Pinar de Hierro y la Espartosa, donde se pueden practicar distintos deportes en sus pistas y demás instalaciones.

Al salir del pinar, cruzamos con precaución la carretera de las Lagunas. Cerca se encuentra la Laguna de la Paja, Reserva Natural Concertada, un humedal de poca profundidad y con aguas temporales, protegida por el interés no solo de su fauna, sino también por su vegetación, albergando endemismos como Armería gaditana, Eryngium galioides y Frankenia boissieri, sólo presentes en esta región. Continuamos por el Callejón de Borreguitos hasta Chiclana de la Frontera.