"La construcción civil también existe"
El comité de Navantia Puerto Real dice que "ni empresa ni Sepi apuestan por barcos civiles" y teme por el futuro de la planta
Insiste en la necesidad del quinto petrolero
Cádiz/Ha pasado la resaca de esa fiesta que ha supuesto para la Bahía de Cádiz, para el astillero de San Fernando, la confirmación de que Navantia construirá cinco corbetas para Arabia Saudí: supondrán 2.000 millones de euros de ingresos para la compañía pública y 6.000 empleos durante los próximos cinco años en la factoría isleña. Falta aún la fecha (que se prevé próxima) para la firma del contrato mercantil, pero parece que ya no hay vuelta atrás. Este ambiente de optimismo que desde el pasado jueves inunda los astilleros tiene un lunar: Puerto Real.
La negociación que se sigue en Madrid entre la propia Navantia, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) y el comité intercentros (el que agrupa a los comités de empresa de todos los astilleros del país) lleva ya tres reuniones. "La conclusión a la que llegamos los representantes del astillero de Puerto Real es que no tienen ningún interés en la construcción civil, y eso es un problema para nosotros. Sobre todo cuando la construcción civil existe, tiene mercado y es posible". Quien pronuncia estas palabras es el presidente del comité de Puerto Real, Antonio Noria. No quiere hacer sombra a la alegría que supone para sus compañeros de San Fernando el contrato de las corbetas. No se trata de eso. Pero tampoco quiere dejar pasar por alto el problema al que se enfrentará la factoría puertorrealeña dentro de no muchos meses si ahora, en este instante, no se ponen los mimbres. Noria lo lleva diciendo tiempo. "Guste más o menos, la única opción para no destruir empleo en la industria auxiliar es contratar el quinto petrolero", asegura. Puerto Real ya ha entregado uno de los cuatro buques de esta clase que construye para el naviero vasco Ondimar. En ese acto, al que asistió la presidenta de la Sepi, Pilar Platero, quedó claro que no aprobarán la fabricación de esa quinta unidad si no se trata de "una buena oferta". Dicho de otro modo, no habrá quinto petrolero si el armador y el cliente (Cepsa) no suben los precios. Por eso, Antonio Noria exige a los responsables políticos de la provincia de Cádiz, tanto en la Junta de Andalucía como en el Gobierno central, "que se pringuen en esto, que insistan en que es la única opción".
Porque, además, de ello dependerá la viabilidad del propio astillero. Si hay carga de trabajo inmediata (y eso sólo puede llegar vía construcción civil, según Noria), habrá empleo de industria auxiliar. Hoy, son más de 3.000 personas entrando en el dique y, si algo no cambia, ese número empezará a bajar drásticamente a partir del verano.
Pero, además, ¿qué va a ocurrir con la plantilla? Según Noria, no pinta bien. En la última reunión sobre el plan industrial celebrada en Madrid, se habló de rejuvenecimiento de plantilla y de tasa de reposición. "Hoy somos en Puerto Real 470 compañeros, cuando hace un año éramos más de 600. Se han ido más de 100 compañeros que han cumplido 63 o más años. Pues lo que nos ofrece la Sepi es 25 puestos", critica Noria. "Cuando nos dicen que habrá jubilaciones a los 65 te entran ganas de reír. ¡Faltaría más!, con gente que ha cotizado hasta 40 años", lamenta. Y también explica que "todo lo que ofrecen es puestos de ingeniería, nadie para ir al tajo, y decimos que no".
De modo que, para Noria, es vital mantener una plantilla fija que debe estar en un mínimo de 700 personas "para dar vida al astillero más grande de Europa con una superficie de un millón de metros cuadrados y que, cuando hay construcción civil, puede llegar a meter a miles de trabajadores de industria auxiliar cada día". Y, para ello, la opción del quinto petrolero es la única que aparece en el horizonte cercano. "De no ser así, a finales de 2019 no habrá trabajo en Puerto Real", asegura.
Y reitera algo ya conocido. "Hacer ahora un proyecto nuevo, militar, con algo que ni siquiera está en los Presupuestos, nos lleva un mínimo de 18 meses; y por lo que hemos visto, ni la división central de Navantia ni la Sepi apuestan ahora mismo por la construcción civil, cuando este centro, tecnológicamente hablando, es de lo mejor de Europa. Además, esta empresa no puede convertirse en algo esencial para la Armada, porque no tienen presupuesto. Estaríamos además exportando tecnología a otros países que en muy poco tiempo serán nuestra competencia", reflexiona.
Y, por supuesto, está el convenio. "Para nosotros, el convenio único que quieren aplicar en todos los centros, algo a lo que no nos oponemos en principio, está en tercer o cuarto lugar. Las prioridades son carga de trabajo y plantilla. Nos da igual pintar un barco de gris -militar- que de rojo -civil, por el casco del petrolero-. Pero está claro que lo más rápido ahora es un quinto buque".
Por el momento, Noria no confía que los responsables de la compañía y de la Sepi cambien su actitud en próximas reuniones. Los representantes sindicales temen por el futuro a medio plazo de un astillero que, tradicionalmente, ha sido el colchón laboral de miles de familias.
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