Las coordenadas para vivir la Sierra de Cádiz
Los Pueblos Blancos suman a la alternativa de sol y playa. Los 19 municipios de la zona están coronados por el Parque Natural Sierra de Grazalema, un paraíso verde a la mano
Las ‘Q de Calidad’ del turismo en la Sierra de Cádiz
En invierno, a poco que uno se despiste podría pensar que los picos blancos más altos que coronan sus cielos son más típicos de una población alpina que de un trozo de tierra al sur del sur. En primavera, más concretamente en abril y mayo, hay suaves colinas que se llenan de un color amarillo espiga y un verde frondoso que recuerdan a un paisaje de la Toscana italiana. Es una estación ideal para completar algunas de los senderos alrededor del Parque de la Sierra de Grazalema. Pero la ensoñación no termina y en otoño la mística del recogimiento te lleva al reposo, aprovechando la oferta de casas rurales que existen en los pueblos de la zona mientras que el verano se envalentona ofreciendo descanso, láminas de aguas mar adentro y tiempo, mucho tiempo. Hablamos de los Pueblos Blancos de Cádiz, una ruta por 19 localidades de la Sierra, que invita a conocer el interior de esta provincia caleidoscópica.
Para viajar a la Sierra de Cádiz hacen falta dos coordenadas en la mirada: una es la de la cal que baña las casas de sus pueblos y la otra es la de las múltiples opciones para todos los gustos y bolsillos. Sus municipios –Alcalá del Valle, Algar, Algodonales, Arcos de la Frontera, Benaocaz, Bornos, El Bosque, El Gastor, Espera, Grazalema (con Benamahoma), Olvera, Prado del Rey, Puerto Serrano, Torre Alháquime, Setenil de las Bodegas, Ubrique, Villaluenga del Rosario, Villamartín y Zahara de la Sierra– encierran historia, patrimonio, identidad, gastronomía y una manera de entender la vida, amigable y sin florituras.
Si el viajero viene de algún punto de la Costa gaditana o desembarca en el aeropuerto de Jerez, proponemos que empiece su aventura en Arcos, la localidad más poblada de la Sierra, que cuenta con un valiosísimo patrimonio histórico y monumental. La ciudad está repleta de atractivos empezando por la basílica menor de Santa María y pasear por su singular casco histórico hasta hacer parada en algún establecimiento para degustar su rica mesa, donde se conjuga tradición con modernidad. Si el visitante arriba desde algún punto de la fronteriza Málaga, invitamos a detenerse en Setenil de las Bodegas, un viaje a uno de los paisajes urbanos de piedra más insólitos de Andalucía, con un entramado de casas-cuevas que le dejará con la boca abierta.
De ahí, puede moverse a Alcalá del Valle, donde se erige el emplazamiento de Caños Santos y conocer Torre Alháquime, otra pintoresca localidad para saltar a Olvera, convertida en Capital Rural hace unos años, que cuenta con un imponente castillo medieval que dibuja una estampa pintoresca desde la carretera que lleva al pueblo. Aquí ha de hacerse una parada necesaria para conocer una de las propuestas más poliédricas de la ruta como es el trazado de la Vía Verde de la Sierra, que en su vertiente gaditana comparte con el pueblo de Puerto Serrano, que no hay que olvidar. Pero, sin duda, el mejor consejo para visitar la comarca de la Sierra es perderse sin rumbo fijo. Si te gustan los castillos, puedes visitar los de Arcos, Bornos, Espera, Zahara de la Sierra u Olvera. Si quieres descubrir un yacimiento arqueológico muy bien conservado está el de Ocuri, en Ubrique, cuna de la marroquinería, donde podrás admirar y por qué no comprar, uno de sus artesanales bolsos o complementos en piel. Si lo que quieres es admirar la vida de pueblo y su preciosa fisonomía arquitectónica, no hay nada mejor que escaparse a El Gastor o Zahara de la Sierra, este último pueblo está considerado de los más fotografiados por los visitantes. Si de deportes de aire se trata o activar la adrenalina con soñar en volar, Algodonales es tu sitio.
Como también, hay propuestas para todos los gustos en localidades como Prado del Rey, a las faldas del Parque de Grazalema y Alcornocales, el pueblo de la miel y los vinos. O Algar, donde al forastero le espera un enclave distinto y muy peculiar como es el complejo del Tajo del Águila, con un nuevo proyecto de reforma que impulsará la oferta de turismo de interior de la Sierra.
El trazado se amplía hasta Villamartín, con el Dolmen de Alberite y su patrimonio cultural, personificados en su Museo local y la parroquia de Santa María de las Virtudes. Y el mismo Bornos, donde la historia se abre camino a cada paso, personificada en sus monumentos y en el emblemático y bien conservado castillo palacio de los Riberas, con su jardín renacentista, una de las pocas muestras de este estilo en la Baja Andalucía.
Pueblos alrededor de un parque natural
La comarca de la Sierra de Cádiz está coronada por el Parque Sierra de Grazalema, reserva de la Biosfera y uno de los espacios donde habita el pinsapo, una especie de abeto en peligro de extinción. El entorno es ideal para hacer numerosas rutas naturales y para conocer o disfrutar una vez más del entorno de pueblos como Grazalema, Benamahoma, El Bosque, Villaluenga del Rosario, Benaocaz, entre otros y dar cuenta de su rica y local gastronomía con productos de proximidad.
Un patrimonio a conservar
Tres localidades de la Sierra forman parte del selecto club de los Pueblos Más Bonitos de España. Son Setenil de las Bodegas, Zahara de la Sierra y Grazalema. Motivos no les faltan para pertenecer a esta red turística con sus trazados urbanos arquitecónicos tan peculiares, que han sabido conservar para las generaciones venideras. Pero en la comarca de la Sierra, hay otras localidades que cuentan con singularidades como Villaluenga del Rosario, famosa por sus quesos y su monumental cementerio. O Benaocaz, con su barrio nazarí y su producción de chacinas. El Gastor, conocido como El Balcón de la Sierra, pequeña población que encierra tradiciones como su Corpus Christi (también en Zahara) y es originaria de un instrumento peculiar como la gaita gastoreña.
Los senderos de Grazalema
El Parque de la Sierra de Grazalema ofrece una serie de senderos muy atractivos como el del Pinsapar, donde se puede admirar esta especie en peligro de extinción. Otra ruta es la del Torreón, el pico más alto de la provincia de Cádiz, que cuenta con 1.648 metros de altura. Y no puede faltar el sendero del río Majaceite, que une El Bosque con Benamahoma.
Aquí también hay playitas para el baño
En los Pueblos Blancos existe la posibilidad de refrescarse en verano en algunas de las láminas de aguas de interior. Por ejemplo, Zahara de la Sierra cuenta con una playita en el complejo de Arroyomolinos, aprovechando el cauce del río. En Arcos y Bornos hay zonas para el baño tras la adecuación de los pantanos del río Guadalete. Algunas de estas láminas de agua tienen concedida la ‘Q de Calidad’.
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