“Confiamos en que la economía se reactive y sobrevivamos a este año sin pérdidas”
Diego Chaves | Presidente de la Federación de Empresas del Metal de Cádiz (Femca)
La crisis ha golpeado a la industria auxiliar de la Bahía justo cuando vivía un un momento de gran actividad por la reparación de cruceros y la ejecución del contrato de las corbetas
-¿En qué situación se encuentra el sector del metal de Cádiz tras la epidemia de coronavirus?
–Empezamos con un paro de entre el 60% y el 70% de la industria, pero a raíz de los acontecimientos del pasado fin de semana, prácticamente el 90% está cerrada. Por poner ejemplos, los talleres están casi al 100%, las carpinterías metálicas y las cerrajerías que viven del negocio doméstico están abocadas a desaparecer; la gran industria del Campo de Gibraltar sólo tienen servicios de mantenimiento para dejar las plantas al ralentí para que luego no cueste tanto arrancar de nuevo; el sector naval está parado casi al 100%...
–El parón ha llegado a la industria naval en un momento de gran actividad, con la obra de las corbetas y la reforma de los dos cruceros que iban a empezar a mediados de marzo.
–Es verdad que estábamos en un momento muy dulce, aunque el astillero de Puerto Real no estuviera en su mejor época. En construcción teníamos las corbetas en San Fernando que nos estaban dando aire. Y en reparaciones, posiblemente vivíamos en los mejores momentos de la Bahía. Venían dos grandes obras simultáneas que nos podían dar un salto de calidad y ponernos más arriba en el mercado de reparación cruceros a nivel mundial. Pero al final no ha sido posible, y esperemos que esto simplemente se quede en un parón eventual y que podamos volver a arrancar esta actividad tan fundamental para la Bahía.
–En términos de empleo, ¿el sector ha echado mano de los Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o no han sido suficientes para paliar esta crisis?
–En este sector, donde hay tantos picos y valles, las empresas gaditanas dependen mucho del trabajador eventual. La mayoría de los trabajadores eventuales han pasado a engrosar las listas del desempleo. Pero hablando en primera persona, todos los que tenemos indefinidos o eventuales que son gente de grandes capacidades, los hemos intentado incluir en un ERTE. Yo calculo que en este sector unos 2.000 trabajadores han pasado a formar parte de los ERTE.
–¿Las medidas del Gobierno han llegado tarde?
–Muy tarde. Yo entiendo que el ciudadano de a pie no tuviera información de lo que estaba sucediendo, pero lo que no es normal es que un Gobierno no sea qué va a ocurrir a diez días vista, viendo lo que estaba pasando en otros países. Se están tomando medidas a la carrera, como pasó el fin de semana pasada, cuando a las 23:45 aún no había salido el BOE y muchas industrias habían empezado ya el turno de noche. Es verdad que lo primero que hay que mirar es la salud de las personas pero si no miramos por la salud de las empresas, que son las que luego van a empujar para que salgamos adelante, nos vamos a encontrar un problema casi peor.
–¿Qué necesitan las empresas para sobrevivir?
–Lo primero que necesitan es rapidez. Tengo constancia de que hay muchas que aún no saben si se les ha aprobado el ERTE. No entendemos esa demora. Y en segundo lugar, necesitan liquidez. Cuando volvamos a arrancar, después de un par de meses sin facturar absolutamente nada, necesitamos esa liquidez para pagar las nóminas del personal. Es verdad que agradecemos los fondos ICO que se van a poner a disposición de las empresas.Pero pedimos que la burocracia no sea lo suficientemente engorrosa para que las micropymes, con dos o tres trabajadores, o los autónomos pueden acceder a ellos.
–La epidemia viene a apuntillar a actividades que estaban al borde de la reconversión, como la automoción con la llegada del vehículo eléctrico.
–Ha venido a adelantar eso que se lleva tanto tiempo hablando. Estamos confinados por lo que nadie puede salir a comprar un coche. Los concesionarios están cerrados y la paralización está haciendo mucho daño. Cuando la actividad se reactive, la gente va a centrarse en las cosas que son de primera necesidad y no sabemos si las ventas de coches se van a reactivar. Es una gran incógnita.
–La aeronáutica está en una situación similar de crisis.
–En la aeronáutica se esperaban unos 500 despidos en la provincia. Parece que la destrucción de empleo ha llegado a los 1.500 puestos de trabajo. Pero esperemos que cuando vuelva a activarse se quede por debajo de esos 500. Esperemos que los gobiernos y Europa se pongan de acuerdo y podamos salir de ésta lo antes posible.
–A estas alturas, parece ciencia ficción pensar en el día después de la epidemia. Pero, ¿cómo cree que será?
–Creemos que de hecho no habrá un día después. Tendremos que ir arrancando gradualmente. Sabemos que la crisis le va a tocar a todo el mundo. Pero tenemos que ver también que puede ser una oportunidad. Por ejemplo, aquellos armadores que tenían previsto hacer refits de cruceros en los próximos dos o tres años, pueden decidir adelantarlos aprovechando la baja demanda para que cuando se recupere tengan sus barcos operativos. Tenemos la ilusión de que se reactive todo y antes de que termine el año podamos decir que hemos podido sobrevivir sin pérdidas ni ganancias.
–¿Recuerda alguna crisis como ésta o supera todo lo que ha vivido?
–Esto supera todo. En 2008 tuvimos la suerte en la Bahía de que teníamos contratos firmados para terminar una serie de buques que iban a Venezuela y a la Armada. Los cuatro primeros años de la crisis los pasamos trabajando. Tenemos contactos con muchas empresas del extranjero y el parón actual es mundial. Nunca he visto una cosa así. Todo aquel que no haya pasado la Guerra Civil o la posguerra no ha vivido nada parecido a esto. Es verdad eso que dicen de que estamos en estado de guerra. No es una guerra con armas, pero es una guerra que tenemos que luchar para salir cuanto antes de ésta.
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