Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Coronavirus en Cádiz
La industria de la Bahía de Cádiz vuelve este lunes al trabajo aunque la actividad distará mucho de la normalidad por la epidemia de coronavirus y estará marcada por la situación de las dos principales tractoras, Navantia y Airbus. La primera mantiene sus tres astilleros gaditanos con la actividad limitada al mínimo y las labores de construcción y reparación suspendidas, mientras que la multinacional aeronáutica reabre sus plantas de Puerto Real y El Puerto, aunque acaba de anunciar un recorte de un tercio a la producción de su división comercial.
La dirección de Navantia y los representantes sindicales en el comité intercentros acordaron el pasado miércoles no reabrir los centros de trabajo al menos hasta el próximo 26 de abril, cuando expira la nueva prórroga del estado de emergencia. Esta medida repercute también en la industria auxiliar, que no puede reanudar los trabajos que realiza en los astilleros, y ha causado diferencias entre los principales sindicatos.
UGT presiona para acelerar la deshibernación del sector y la reactivación de los tres centros de Navantia de la Bahía y la delegación de Rota, siempre que se cumplan las condiciones de seguridad y salud frente a la epidemia de coronavirus. Así lo planteará en la próxima reunión del comité intercentros, que se celebrará el próximo miércoles de forma telemática, según avanzó este sábado el responsablede UGT-FICA Cádiz, Antonio Montoro.
Desde CCOO, se insiste en que “el comité de seguimiento dejó claro el miércoles que no habría reapertura”, según el responsable de la sección de Industria en Cádiz, Jesús Serrano, quien considera que en la situación actual es imposible reanudar la actividad. Entre otras cuestiones, recuerda que el astillero ha cedido todos los Equipos de Protección Individual a las autoridades, y existen fuertes restricciones al transporte que dificulta el acceso si no es en vehículo privado.
“Y hay nuevas normas relativas a las prendas de trabajo, por ejemplo que hay que respetar. Aquí el trabajo es hombro con hombro, y en algunos casos confinado. En este momento no no se puede retomar el trabajo”, explica. “Y no es sólo por una cuestión de salud, sino también laboral. No podemos hacer que las contratas se salgan del ERTE por causa de fuerza mayor sin garantizar que el trabajo tiene una continuidad. Si se arranca y no da para que trabaje todo el mundo, le hacemos un flaco favor a sus trabajadores, que se quedan en una tierra de nadie”, subraya Serrano, que agrega que “las precipitaciones nos pueden penalizar en el futuro”.
La presencia de personal en los centros de trabajo de Navantia está reducida al mínimo, aunque casi 1.800 empleados están trabajando en remoto. La salud de los trabajadores es una de los prioridades de la empresa, que ha identificado en torno a 360 empleados en los tres centros de la Bahía considerados “especialmente sensibles” por edad o condiciones de salud. Navantia contempla volver a la actividad de forma paulatina en las dos semanas siguientes al levantamiento del estado de alarma, una vez higienizadas las instalaciones y garantizado el suministro de los equipos de protección individuales al personal que lo requiera para sus labores.
En el caso de Airbus, las dos plantas gaditanas vuelven hoy al trabajo tras dos semanas cerradas con protocolos de seguridad reforzadas y con el condicionante de que las líneas de autobuses para el traslado de la plantilla siguen suspendidas en cumplimiento del decreto de estado de alarma. Entre otras medidas, la dirección ha dividido a los trabajadores en dos turnos, denominados Azul y Rojo, para reducir el número de personas en los centros de trabajo y evitar su contacto, y fomenta el teletrabajo en los puestos donde es posible.
“Valoramos de forma positiva el que se pueda ir reanudando la actividad productiva. Para nosotros la principal función es que se cumplan todos los protocolos en materia de seguridad y salud laboral. La principal misión es que el riesgo de contagio sea el mínimo y que los trabajadores puedan reanudar la actividad de la forma más tranquila y con las mejores condiciones de seguridad posibles”, ha indicado Francisco San José, secretario del comité intercentros de Airbus España.
La reapertura de las plantas de Airbus será agridulce, ya que la pasada semana la compañía confirmó un recorte de un tercio a los programas de su división comercial, entre los que se encuentran el A320, el A330 y el A350, en en los que participa la factoría de Puerto Real y buena parte de la industria auxiliar aeronáutica de la Bahía de Cádiz.
Alestis es junto a su matriz Aciturri el principal proveedor de Airbus de primer nivel de capital español y participa no sólo en el programa del A320 sino en el del A350, para el que fabrica el cono de cola, y el A330.
Esta crisis se sumaría a los recortes anunciados este mes de febrero en la división militar, a la que pertenece la planta del CBC en el Puerto y que habían provocado movilizaciones por parte de los sindicatos. Precisamente, los sindicatos confiaban en que el éxito del A320 permitiera absorber a los trabajadores excedentes del área de Defensa, algo que no será posible a la vista de los nuevos planes de la empresa.
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