Las cosas del Palacio van despacio

De los cero diputados provinciales que logró Alianza Popular en 1979 a los 16 obtenidos por el PP el 22-M han pasado tres largas décadas en las que la Diputación ha contado con cinco presidentes, todos del PSOE

Fco. Sánchez Zambrano / Cádiz

28 de mayo 2011 - 01:00

Cayó. Más de tres décadas después, la Diputación de Cádiz dejará de estar bajo el dominio del Partido Socialista, una institución que se había convertido en un fortín de la fuerza política hegemónica desde siempre en la provincia gaditana pero que el pasado domingo empezó a teñirse de azul.

No puede decirse que el Partido Popular (PP), que estrenará presidente de la Diputación dentro de un mes o medio y medio, se haya encontrado por sorpresa con el poder en esta institución. Bien al contrario, ha sido una persecución de muchos lustros que ahora, 32 años después, ha tenido la recompensa de su presa. Porque las cosas de palacio (o del Palacio Provincial) van despacio.

El gráfico adjunto, en el que se muestra la evolución de la representación de cada fuerza política en la Diputación de Cádiz, demuestra de manera nítida la progresión continua que ha tenido el PP en esta institución. De cero a 16 en 32 años podría ser el titular que resuma esta evolución.

Porque, aunque ahora parezca mentira, tras las elecciones municipales de 1979 la entonces Alianza Popular (AP) no lograba meter cabeza en la Corporación municipal. Eran tiempos en los que AP sólo aglutinaba los votos de la derecha y en los que la pugna política tenía dos claros protagonistas: UCD y el PSOE. Los centristas serían la fuerza con mayor representación en la Diputación (13 diputados) pero, al igual que sucedería en numerosas instituciones, los partidos de izquierdas unieron sus fuerzas. Así, los diputados del PSOE, del PCE y el único andalucista (entonces en el PSA) aupaban a la Presidencia a Gervasio Hernández Palomeque, entonces socialista y que luego recalaría en Izquierda Unida.

No fue hasta 1983 cuando el PP (aún AP) conoció por dentro el Palacio Provincial. Lo hizo con apenas tres diputados, encabezados por José Antonio Gutiérrez Trueba. Eran esos años, sobre todo entre 1983 y 1995, los de la hegemonía aplastante del PSOE, que incluso llegó a contar con la friolera de 20 diputados.

En los reducidos escaños de AP/PP intentaban hacerse oír el propio Gutiérrez Trueba, Jorge Ramos, Felipe Benítez, José Ignacio Landaluce o José Blas Fernández, entre otros. Este último, actual concejal en Cádiz y diputado provincial entre 1987 y el año 2000, recuerda aquella época con resquemor: "Nos barrían. Era una impotencia total porque nuestras propuestas no sólo no se aprobaban sino que ni se escuchaban. Fueron los años en los que empezaron los enchufes, en los que empezó a crearse la madriguera socialista de la Diputación. Yo tenía que compaginar el Ayuntamiento de Cádiz y la Diputación, haciendo oposición en ambos sitios. Y ahora, lo que son las cosas, vamos a gobernar en las dos instituciones. Es para estar contentos".

La apisonadora socialista estuvo dirigida primero por Alfonso Perales y luego por Jesús Ruiz. Pero todo parecía que iba a cambiar en 1995. La caída que se preveía al PSOE en las grandes ciudades, unida al resurgimiento del PP, dieron a este partido muchas esperanzas de que el sueño podría convertirse en realidad, aunque fuera con la alianza de otros partidos. Pero no pudo ser. José Ignacio Landaluce y María José García-Pelayo se toparon con Rafael Román y José Loaiza y Mercedes Colombo lo hicieron luego con Francisco González Cabaña. Llegaron a confiar en que los andalucistas se decidirían a impulsar el cambio político pero la negativa de Pedro Pacheco en 1999 y la ruptura del PA en Algeciras cuatro años después (con la famosa espantada de Encarna Gallego) volvían a ponerlos en la realidad.

Pero a veces los sueños se cumplen. Y el PP ha llegado a la meta 32 años después. Tiempo les ha costado. Y ese mismo tiempo dirá si es algo pasajero o si vienen para quedarse una larga época.

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