El crimen de Gibraltar fue cometido por la madre, según los expertos

Los informes forenses aseguran que el padre intentó proteger a los niños La mujer sufría una depresión postparto con episodios psicóticos

La entrada a Boschetti's steps permanece aún acordonada.
Óscar Lezameta Gibraltar

06 de abril 2015 - 05:01

El crimen más horrible en la historia reciente de Gibraltar en el que perdieron la vida una pareja y dos niñas de cuatro años y seis semanas tiene ya una explicación, si bien aún queda el trámite de ser confirmada. La mujer Anarda de la Caridad Pérez Friman, de nacionalidad española y nacida en Cuba, fue la autora de la muerte de sus dos hijas y de su compañero, el británico John Shannon de 31 años de edad nacido en Liverpool. Este, según los informes del médico forense Nathaniel Carey, presentaba heridas de carácter defensivo, producidas en un intento de proteger a las dos niñas. La autora de los hechos, según señaló ayer el rotativo inglés The Sunday Express, padecía una depresión postparto y posteriormente se cortó las venas en la puerta del domicilio de Boschetti's steps donde fueron encontrados los cuatro en la mañana del pasado lunes.

Los hechos pudieron desencadenarse un día antes de que fueran encontrados, cuando tenían previsto viajar al Reino Unido para enseñar a la familia de John Shannon su nuevo bebé, Eva, de tan solo mes y medio de edad. Habían llegado al Peñón cuatro días antes y se alojaron en el piso de un amigo australiano que trabajaba en una empresa de comunicación junto al padre de John. Fue este quien regresó al piso el pasado lunes, cuando supuestamente debería estar vacío y se encontró con que no podía abrir la puerta de acceso bajo la cual observó un reguero de sangre. El cuerpo de Anarda, con la muñeca derecha seccionada por su propia mano, la bloqueaba. Pocos metros más allá, en otra habitación, se encontró con los otros tres cuerpos que también presentaban múltiples heridas provocadas con un cuchillo de grandes dimensiones.

La ayuda que la policía gibraltareña solicitó al Cuerpo Nacional de Policía español y especialmente la información facilitada por el padre biológico de la niña de cuatro años, René Kristoffersen, un ciudadano danés residente en la localidad malagueña de Estepona, ha sido clave para encajar todas las piezas del macabro crimen. Según el mismo rotativo inglés, fue este quien facilitó el dato de que la mujer padecía una fuerte depresión postparto después de dar a luz a la pequeña Eva. Este estado se vio agravado con brotes psicóticos que han estado en el origen de la tragedia que aún mantiene a Gibraltar en estado de shock.

En un primer momento, todos los indicios apuntaban a John Shannon como el autor del crimen. A ello señalaban incluso las propias descripciones físicas facilitadas por los vecinos de la calle Boschetti's steps, quien le definieron como "un hombre corpulento", mientras que su compañera era "de pequeña estatura".

Fuentes cercanas al médico forense Nathaniel Carey, quien ya había colaborado con el Ministerio del Interior británico en el esclarecimiento de la causa de la muerte del disidente ruso envenenado con una sustancia radiactiva, Alexander Litvinenko, aseguraron a The Sunday Express, que "se ha seguido el protocolo correcto en estos casos, con un examen tanto de la escena del crimen como de los indicios que se hallaron en los cuerpos, y esos contaron una historia perfectamente clara acerca de lo que pasó en el apartamento".

La colaboración con la Policía española también ha sido fundamental a la hora de reconstruir los movimientos de la familia en los días previos a que fuera encontrada. Se han entrevistado con varios familiares de ambos que han conseguido esclarecer la causa de un comportamiento al que llevaban las conclusiones extraídas de la escena de los hechos y del análisis forense de los cadáveres.

La depresión postparto como la que sufría Anarda, afecta a uno de cada diez nuevas madres en el Reino Unido de acuerdo con el Servicio Nacional de Salud británico, aunque otros estudios han demostrado que la cifra es uno de cada siete. Los casos de psicosis posparto son mucho más raros, y afectan a una de cada 1.000 mujeres que dan a luz, de acuerdo con el Real Colegio de Psiquiatras del Reino Unido recogido por The Sunday Express.

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