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Los presos no quieren salir de sus celdas

Crisis por el coronavirus

La supresión de las comunicaciones directas también está generando cierta ansiedad entre la población reclusa, que se está quedando sin "su material"

Dependencias del complejo penitenciario Puerto III. / Fito Carreto

Cádiz/En pocos días de encierro, la ciudadanía ha tomado verdadera conciencia de lo que supone la libertad. Salir a pasear cuando quieres, tomar un café donde quieres, abrazar a quien quieres... Rara vez gestos tan sencillos y rutinarios habían alcanzado el valor que les damos hoy.

Nuestras 'cárceles' domésticas nos han permitido tener una visión aproximada de cómo puede ser el día a día en un centro penitenciario, donde cientos de reclusos pagan su particular deuda con la sociedad con el bien más preciado.

La crisis sanitaria que estamos viviendo actualmente por el coronavirus ha generado, sin embargo, una situación atípica, cuanto menos, en las cárceles, también en las gaditanas. Los presos no quieren salir de sus celdas, se sienten seguros en ellas y evitan en lo posible el contacto con los funcionarios de prisiones, pues son quienes, al fin y cabo, sí tienen contacto con el exterior y pueden introducir el virus dentro de las instalaciones penitenciarias.

Las cárceles, asociadas en el imaginario colectivo a lugares inseguros donde la delincuencia duerme detrás de cada reja, se han convertido ahora, en plena emergencia sanitaria, en espacios seguros, al menos para los internos, que prefieren aislarse en ellas más de lo que ya lo están.

Interior de una celda en una imagen de archivo. / Fito Carreto

Antes de que estallase el brote del Covid-19, los reclusos debían bajar al patio a determinadas horas. Ahora ya no es obligatorio, de ahí que muchos opten voluntariamente por no hacerlo. Tampoco hay talleres ni otro tipo de actividades colectivas. Al comedor sí tienen que bajar, salvo que se hayan provisto de alimentos en el economato de la cárcel -lo que está ocurriendo con más frecuencia de la habitual-. Entonces comen en sus celdas.

Entre cuatro paredes, los presos han encontrado su propio refugio frente al coronavirus. El virus está fuera y ellos, dentro. Y su único contacto con el exterior son los funcionarios que los asisten, ya que las comunicaciones directas están suspendidas desde el pasado 14 de marzo. En compensación, pueden realizar más llamadas telefónicas.

Pasa también que la supresión de los denominados vis a vis está provocando cierto nerviosismo entre la población reclusa, que se está quedando sin "su material". Hablamos, claro está, de la droga. Es un secreto a voces que el 90% de las sustancias estupefacientes que entra en la cárcel, lo hace a través de los vis a vis. Pero como estos encuentros de contacto directo están cancelados desde que se decretase el estado de la alarma, el "abastecimiento" no llega y las "provisiones" se acaban. De ahí que en los patios el ambiente "esté más calentito" según pasan los días.

Los funcionarios de prisiones temen que la agresividad de los internos drogodependientes pueda ir en aumento y que el "mono" por no consumir dé lugar a altercados mayores.

Sea como fuere, tanto los internos como los trabajadores de los centros penitenciarios están obligados a convivir pese a las reticencias suscitadas a un lado y a otro de la reja por la crisis del coronavirus.

"Nosotros siempre estamos bajo mínimos"

En algunos centros penitenciarios de la provincia de Cádiz, como Puerto II y Puerto III, no se han establecido servicios mínimos entre los funcionarios, lo que ha generado numerosas quejas por parte de los mismos. "Nosotros siempre estamos bajo mínimos", explican desde el sindicato Acaip, Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias, para denunciar, por enésima vez, la falta de personal que adolece el complejo penitenciario portuense.

"De momento, el funcionamiento es correcto. El problema va a surgir cuando algún funcionario sea sospechoso de contagio por coronavirus y haya que poner al resto de sus compañeros en cuarentena. Entonces no sé qué vamos a hacer siendo una plantilla tan reducida, pues nos situaríamos por debajo de los servicios mínimo", apunta Acaip.

Respecto a las medidas higiénicas y de protección de las que disponen los funcionarios de prisiones, miembros del sindicato aseguran que cuentan con guantes y con geles desinfectantes desde el pasado día 12 de marzo, si bien están a la espera de que los provean de mascarillas. "La Secretaria General aconseja no dar mascarillas a los funcionarios para no crear alarmismo entre los internos", señala Acaip. Pese a esta recomendación, son muchos los trabajadores penitenciarios que las traen de casa por seguridad.

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