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Álvaro Romero
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Hace pocos meses, el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, decía en un acto organizado por la Confederación de Empresarios de Cádiz que la Base Naval de Rota era el cuarto astillero de la Bahía de Cádiz. Esa afirmación se enmarcaba en la alabanza a la apuesta empresarial por las tres factorías señeras, de toda la vida (Puerto Real, San Fernando y Cádiz) en un momento de escasez de faena, aunque sí con contratos anunciados. Pero también, sobre todo, se hacía pensando en los vecinos americanos, en quienes han propiciado que la empresa pública de construcción naval y, sobre todo, otras contratas del sector naval, sin apenas hacer ruido, tengan ya su propio sitio en la Base. Algo inédito hasta ahora y que da cuenta del impacto que la llegada a Rota de los cuatro destructores de la US Navy que forman parte del escudo antimisiles tendrán no sólo para la economía de la zona, sino para el sector naval gaditano.
El caso es que la Armada Española anunciaba hace pocos días que finalizaba en el recinto militar compartido una nueva zona industrial habilitada para favorecer los trabajos de reparación de barcos. Esta Zona Industrial de Apoyo al Mantenimiento de Buques (nombre oficial) será el lugar en que las distintas empresas que realizan los trabajos de mantenimiento podrán instalarse de manera temporal y llevar a cabo sus labores de forma más segura y eficiente. La nueva zona industrial, explicó la Armada, ha sido realizada como continuación a los trabajos de mejora de los muelles de la Base Naval efectuados en los últimos años.
El acto de inauguración estuvo presidido por el Almirante Jefe del Arsenal de Cádiz, vicealmirante Santiago Ramón González Gómez, y le acompañaron el Comandante de las actividades de EEUU en España, el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, así como distintas autoridades de la zona.
En su construcción la Armada ha perseguido dos objetivos fundamentales: "incrementar la seguridad, laboral y del entorno, en la zona portuaria, y favorecer una mayor efectividad de los trabajos que realizan en los barcos las empresas del sector". Por otra parte, la Armada aseguró que "apoya de esta manera a la industria de defensa española y concretamente a la industria naval militar. Esta tiene un carácter estratégico y está estrechamente vinculada a la Defensa nacional, por lo que se considera necesario preservar determinadas capacidades de la misma". La apertura de las nuevas instalaciones supone para las empresas que trabajan en apoyo de la Armada Española y de la US Navy "la capacidad de ofrecer un mejor servicio, con un alto nivel de requerimientos".
La superficie elegida para crear esta nueva zona industrial vinculada al sector naval es amplia. En plena zona portuaria, ocupa 13.050 metros cuadrados, está delimitada y dispone de acceso para vehículos y peatones. Además, ha sido dividida en un total de 168 parcelas de 7x3 metros cuadrados, que permiten la instalación de contenedores y carpas taller para facilitar a las distintas empresas sus labores de mantenimiento de los buques atracados en la dársena.
La Armada abrió las puertas a este periódico para comprobar la importancia de la obra efectuada. Una nave de oficinas solo para Navantia da a entender la importancia que se le da a la empresa pública. De hecho, según fuentes oficiales de la compañía, actualmente entran en el recinto portuario de la Base más de 550 personas cada día, entre plantilla y auxiliar de Navantia, con picos que llegan a las 800 personas que se dedican a trabajos de mantenimiento de los cuatro destructores de la armada norteamericana que forman parte del escudo antimisiles, en los periodos de inmovilización.
La inmensa mayoría de los trabajadores procede de la factoría de San Fernando. Luis Calderón, del comité de empresa isleño, explica que la presencia de estos operarios en Rota varía mucho, siempre en función de los barcos estadounidenses que se encuentren en el momento en estas instalaciones militares conjuntas de la provincia. "De una semana a otra cambia, y los compañeros al no tener faena regresan a la factoría", apunta. Su labor allí, fuera de los astilleros de La Carraca, se centra sobre todo en reparaciones, por lo que en buena parte son especialistas en mecánica, aunque hay personal de todos los oficios necesarios para el arreglo de los buques. "En Rota no sólo trabajan los operarios de reparaciones y de barco, sino también personas dedicadas a la seguridad laboral, además de ingenieros", reitera.
En las nuevas instalaciones, mucha gente joven. Los operarios van y vienen de los buques y desde ahora tienen ya una sede de referencia a la que dirigirse. Pero no sólo está Navantia. Contratas históricas como Gaditana de Chorro también tiene ya allí su firma. De momento, la relación entre la Armada y la US Navy parece que dará para mucho y, sobre todo, para muchos.
No hay que olvidar que, según los datos oficiales de la Embajada, solo en 2014 la presencia estadounidense en Rota y Morón fue responsable de unos 3.500 contratos fijos o por obra de personal español, se inyectaron más de 120 millones de euros a través de contratos en Rota y Morón y en la ciudad gaditana se adjudicaron contratos por más de 43 millones para proyectos en la Base. Además, en la primera mitad de 2015 los estadounidenses contrataron servicios a empresas locales por un millón de euros y la llegada de estadounidenses ha formalizado cientos de nuevos alquileres de viviendas en Rota o El Puerto, sin olvidar el contrato adjudicado a Navantia por valor de 229 millones de euros.
De esta manera, a diario, decenas de trabajadores de las factorías de Navantia en San Fernando y también en Cádiz hacen el recorrido que les separa de la Base de Rota. Hasta ahora, iban directamente al barco. Si acaso, en unas dependencias habilitadas, desarrollaban faenas que no tenían por qué ser hechas a bordo. Ahora tienen una sede física en la propia Base.
Para los trabajadores de los astilleros públicos, además, el hecho de realizar su trabajo en Rota ha sido hasta ahora una vía de escape, ya que el nivel de ocupación en sus centros de trabajo no es el deseado. Si bien es cierto que en La Isla están construyendo el Buque de Acción Marítima (BAM) para la Armada, también lo es que tiene la plantilla más numerosa, con unos mil empleados, y que no todos los días están a plena dedicación.
También se ha puesto de manifiesto desde los propios comités que la relación con la Armada de EEUU es una garantía de carga de trabajo. Ahora es el mantenimiento de los cuatro destructores del escudo antimisiles, pero no se descarta el viejo sueño de hacerse con el ciclo de vida de la Sexta Flota, un anhelo que Navantia persigue desde hace años y que podría suponer para el cuarto astillero de la Bahía, el de la Base de Rota, un auténtico filón del que, evidentemente, también se nutrirían las tres factorías gaditanas.
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