Visto y Oído
Broncano
Cádiz/El agua que usa el Centro de Protección de Animales de la Bahía de Cádiz está contaminada. Así lo denuncian varias fuentes que explican que este problema afecta a los animales pero también a los trabajadores. En julio murieron al menos tres perros, y muchos se encuentran enfermos. Las quejas se suman a las que este servicio mancomunado que presta la empresa Athisa viene acumulando por las malas condiciones de sus instalaciones, que igualmente sufren las mascotas y los empleados.
El origen de los problemas con el agua se encuentra en una fosa séptica mal ejecutada, con perforaciones al subsuelo. De este se nutre la poza con la que dispone de agua el centro. Aunque esta no la beben los animales, sí se utiliza para limpiar o para los aseos del edificio de las instalaciones. Eso deja expuesto a aguas nocivas no solo a los perros, como denuncia una de las fuentes, sino que también a quienes trabajan, a los voluntarios, a los visitantes o a quienes acuden para adoptar algunos de los animales.
Es el “centro de acogida más deficiente de la historia de la humanidad”, advierte una de las fuentes que habla de la presencia de perros enfermos, en un estado lamentable, y evidente por su delgadez. Una situación que han observado también las protectoras cuando sacan a los perros del lugar, “incluso para morirse”, lamenta otras de las personas que cuestionan que la empresa siga prestando el servicio sin que la Mancomunidad de Municipios de la Bahía de Cádiz que encarga la gestión y los ayuntamientos beneficiarios actúen. Nunca ha estado peor que en los años con esta empresa, insisten: sin mantenimiento, con cheniles en malas condiciones, sin los tratamientos que algunos de los perros necesitan, con piensos de mala calidad.
Las deficiencias del Centro de Protección de Animales de la Bahía de Cádiz ha sido objeto ya de sanciones por parte de la Inspección de Trabajo por el incumplimiento de la normativa laboral. En concreto, tres, además de la exigencia de subsanación. Los funcionarios detectaron problemas de iluminación, de falta de suministro de equipos de protección individual, de medios para el transporte de material o para elevar a los animales a la mesa del veterinario, de limpieza, de adecuación de los aseos, de plagas de ratas, en los suelos de exterior y de filtraciones de la fosa séptica, entre otras cuestiones. Un informe del Seprona recogía hace unos meses numerosas faltas que refrendan las protectoras.
Los problemas no se han solventado, ni las obras para mejorar los cheniles se han terminado, avisan las fuentes consultadas por este periódico, que insisten en señalar a la administración por la falta de control, por permitir que la situación continúe y no optar por la rescisión del contrato como las cláusulas de este permiten, por ejemplo, por no respetar la normativa laboral.
El servicio mancomunado ubicado en Chiclana no es el único en manos de Athisa al que señalan las denuncias. Protectoras de animales y formaciones políticas han advertido de la situación en la perrera de Logroño o la de Motril. No es un hecho aislado, pero en el caso gaditano concurre otra circunstancia: la antigüedad del centro.
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