El plan de desescalada no convence a hosteleros y comerciantes de la Bahía

Consecuencias del coronavirus en Cádiz

Los pequeños empresarios reclaman se aclare si los ERTE podrán continuar o no en parte de las plantillas y las medidas de higiene a adoptar

Comerciantes y hosteleros de la Bahía de Cádiz reclaman más claridad al Gobierno en los pasos del plan de desescalada y exigen nuevas medidas de apoyo en lo que se refiere al mantenimiento de las plantillas para que la crisis del coronavirus no les lleve al cierre.

Hay gente que se está planteando no abrir. Viven en una situación de gran agobio porque se había llegado al inicio del estado de alarma, el 15 de marzo, exhaustos, sin capacidad para haber ahorrado algo. Sólo en Cádiz, con el Carnaval, algunos han podido guardar fondos. Pero la incertidumbre es tal que muchos no saben qué va a pasar, aunque se tiene claro que aquí no se está para ganar dinero sino para mantener el negocio abierto”, afirma a este diario Antonio de María Ceballos, presidente de los hosteleros gaditanos.

Desde el sector se pide flexibilidad en la continuidad de los ERTE autorizados tras el estado de alarma, “y que podamos ir sacando a la gente del mismo a medida que el negocio lo vaya necesitando, y siguiendo en el mismo si no es posible”. Se tiene claro que si el Gobierno ayuda en este sentido con los fondos estatales, el futuro se podrá ver con mayor tranquilidad.

Si el coste en el mantenimiento de las plantillas es vital para el sector, Antonio de María también resalta la necesidad de aclarar el funcionamiento de las terrazas. A partir de la primera fase de la desescalada el aforo se va a limitar al 30%. El problema es que los hosteleros no saben si se refiere al número de mesas o de clientes. “Si hay quince mesas se pasas a 5 y sin es por usuarios se pasa de 60 a 18. Pero se podrían mantener las mesas y limitar el número de usuarios utilizando el conjunto de sillas”.

Esta reducción, advierte De María, también tocará de lleno a los ingresos de cada local. “Muchos empresarios ya habían hecho cuentas organizando el espacio que tenían al poner un metros y medio de separación entre las mesas, y ahora todo se les ha venido abajo. Con cinco mesas no es viable un negocio, salvo que el Gobierno se haga cargo de los costes laborales”.

En todo caso, los ayuntamientos gaditanos parecen dispuestos a colaborar con la hostelería, asumiendo la importancia que tiene el sector en la economía provincial, ampliando el espacio para las terrazadas, sin que ello afecte al paso de peatones y bicicletas, en paseos y plazas. “Y que no suponga un incremento en los impuestos que debemos pagar, claro”, se concluye desde Horeca.

Ganas por abrir en San Fernando

Después de dos meses de obligado cierre, los hosteleros de San Fernando ven la desescalada con incertidumbre. “Hay muchas cosas que concretar todavía”, apunta el presidente de la Asociación de Hostelería y Turismo de San Fernando (Asihtur), Antonio Víctor Páez, que confía en que en los próximos días se vaya concretando ese regreso parcial de la actividad. “Aún no sabemos cómo se va a hacer todo esto”, precisa.

La apertura de las terrazas, según las directrices fijadas por el Gobierno, se limitará al 30%, lo que para muchos negocios -todos aquellos negocios pequeños con solo unas pocas mesas- supone una restricción difícil de asumir . “¿Qué haces si tienes una pequeña terraza con solo seis o siete mesas?”, apuntan desde la asociación de hosteleros.

Los comerciantes también tienen muchas dudas, según el presidente de la Asociación de Comerciantes de San Fernando (Acosafe), Manuel Luna, que también preside la patronal provincial Fedeco. “Falta más definición para encarar la Fase I desde el comercio”, sostiene Acosafe ¿Qué pasa con los probadores?, ¿Qué pasa si en un textil alguien se prueba un traje? ¿Y en una zapatería?”. “Hay que regular cuanto antes y hacerlo de manera muy clara”, afirma Luna.

El Puerto: necesidad de un protocolo claro

Los pequeños empresarios de El Puerto ven con optimismo la desescalada, según el presidente del Centro Comercial Abierto (CCA), Miguel Ángel Moreno, entidad que agrupa a más de un centenar de empresarios portuenses. “Al menos ya saben una fecha concreta, pero ahora tenemos que ver qué necesitan para esa vuelta a la actividad, es necesario un protocolo claro”, señala.

En estos días la entidad ha estado recabando las dudas de sus asociados, que se trasladarán a las autoridades competentes, tanto al Ayuntamiento como a la Diputación provincial y Junta de Andalucía para que las tengan en cuenta a la hora de establecer los protocolos necesarios. Entre estas cuestiones, destacan los requisitos para la desinfección de los locales, el aforo previsto o si es indispensable el uso de guantes y mascarillas, entre otras cosas. “Pretendemos que nadie se lance a hacer inversiones por su cuenta antes de tener claras las instrucciones por parte de las autoridades”, señala Moreno, que recuerda el precedente de la ley antitabaco en la hostelería.

Chiclana: necesidad de más ayudas

Los comerciantes y hosteleros de Chiclana también ven más interrogantes que certezas, según el presidente de la plataforma Vive Chiclana, Javier Díaz. Desde el colectivo empresarial se pone el acento en la importancia de “seguir igual de concienciados, tanto a nivel de empresarios como de población en general, en hacer las cosas bien y poder superar las fases lo antes posible”.

En este sentido, Javier Díaz incide en que “aunque a todos nos gustaría salir ya de la fase tres y conseguir la mayor normalidad posible, eso solo sucederá si vamos poco a poco y tomamos las medidas necesarias para minimizar los riesgos para empleados y clientes”.

En relación con la hostelería, Díaz pone el ejemplo de bares que no tengan terrazas o que sólo puedan disponer de dos o tres mesas durante las primeras fases de la desescalada, “una situación que se hace insostenible para poder mantener abierto el local”, explica, por lo que muchos se plantean ya si renunciar a abrir hasta que las restricciones se suavicen.

“En cualquier caso, estas restricciones por fases no son viables sin ayudas o medidas compensatorias por parte de las administraciones, ya que muchos de los negocios se verán obligados a permanecer cerrados si no cuentan con del apoyo del sector público”, insiste Javier Díaz.

La nueva normalidad de Puerto Real

“¿Cómo puede un bar abrir al 30%?”, se pregunta José Menacho, presidente de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de la ciudad, ACE Puerto Real. Aunque Menacho reconoce que, de momento, ningún empresario local de este sector le ha trasladado su decisión de no abrir sus puertas en esas condiciones, sí ha recibido muchas dudas de la viabilidad de recuperar la actividad a medio gas. “Tienen que seguir pagando alquileres, personal y mantener la cámara llena para ofrecer un servicio al 30%, en el caso de que tengan una terraza, porque muchos ni la tienen”, explica.

Otro factor a tener en cuenta, a juicio de Menacho, es la reacción de la gente “que puede tener temores de acudir a lugares públicos por no hablar del golpe económico que han sufrido muchas familias”, apunta. El presidente de los comerciantes de la Villa ve urgente que se detallen los requisitos que se van a exigir los comercios para su reapertura.

En su caso concreto, que regenta la conocida tienda de moda Almacenes Amaya, las dudas también se multiplican. “Nuestros comercios son de tocar y probar, y tampoco sabemos si la ropa hay que desinfectarla con ozono, con rayos ultravioletas o sacarlas del canal de distribución durante un tiempo, pero son medidas que hay que aclarar cuanto antes porque tenemos que empezar a adaptarnos”, dice.

Preocupación en la Sierra

En la Asociación de Empresarios de Turismo y Hostelería de Arcos, (Aethar) también hay mucha preocupación. “Hay bares y restaurantes pequeños, sin terrazas, que no podrán tener actividad cuando se limita el aforo al 30%. Y tampoco lo vemos con respecto a los hoteles cuando se limita la circulación a la provincia porque no vendrá nadie”, explica Rosi León, la presidenta de la asociación, que agrupa a comerciantes y hosteleros del sector turístico de Arcos.

En este sentido, esta organización pide al Ayuntamiento de Arcos ayudas para poder hacer frente a esta situación, con la eliminación de tasas que afecta a los hosteleros y comerciantes. De igual manera, el empresariado arcense habla de la incertidumbre que tiene un sector que ya venía arrastrando dificultades “dado los meses flojos que hemos tenido desde diciembre a febrero”, dice León. Así las cosas, la asociación AETHAR ve complicado que que se puedaa abordar nuevas inversiones en cuanto a medidas de seguridad como mamparas y limitaciones de espacios a tenor de esta bajada de ingresos.

Sanlúcar: ayudas insuficientes

La Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas de Sanlúcar (Apysan) considera que “las medidas de escalonamiento en la apertura de los comercios y los hosteleros son insuficientes”. Desde su punto de vista, “las empresas no están preparadas ni dotadas de medios para combatir el Covid-19”. “El Gobierno central y la Junta de Andalucía no se han pronunciado ni han marcado pautas para la desinfección de los establecimientos ni sobre qué productos utilizar para tal fin, habiendo numerosas dudas sobre el tema”, asegura la asociación.

No sabemos si la luz ultravioleta es eficaz sobre el virus y éste puede perjudicar seriamente al propio comerciante, a lo que hay que sumar las dudas sobre los aparatos de ozono y cuáles de éstos son los homologados, aparte de no saber tampoco si éstos son eficaces contra el coronavirus”, añade al respecto.

En cuanto a la hostelería, Apysan asevera que “no se podrán abrir los establecimientos sabiendo que van a comenzar con un bajo, donde solo se permite tener un 30% de terraza, generando grandes pérdidas económicas y teniendo la incertidumbre de si realmente se podrá cubrir ese porcentaje, ya que Sanlúcar es una ciudad gastronómica y percibe un turismo adicional fuera de la provincia de Cádiz y no veremos a éste tipo de turismo hasta mediados de junio, que es cuando podremos movernos entre provincias, hasta nueva orden”. A juicio de la asociación empresarial de esta ciudad, “tanto comerciantes como hosteleros tendrán que invertir mucho dinero para su reapertura”.

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