Siete días frenéticos a la vista
Los partidos políticos encaran la recta final de las negociaciones postelectorales con la vista puesta en las investiduras del próximo sábado y sin un solo pacto de gobierno cerrado hasta ahora en la provincia
Queda exactamente una semana para la constitución de los nuevos ayuntamientos emanados de las urnas en las elecciones municipales del pasado 22 de mayo y a estas alturas aún no hay cerrado ni un solo pacto de gobierno en el conjunto de los 23 municipios de la provincia en los que no hay mayorías absolutas. Por ello, lo que queda por delante son siete días frenéticos en los que las diferentes formaciones políticas intentarán acercar posturas para dilucidar cuáles serán los gobiernos que encararán el nuevo mandato corporativo o, por lo menos, para dictaminar quién será el alcalde que asumirá el bastón de mando.
Hay que recordar que en las sesiones de investidura pueden presentarse al cargo de alcaldes todos los cabezas de lista de las candidaturas electorales que lograron representación en las urnas. Mediante votación secreta o a mano alzada la totalidad de los concejales emitirán su voto. Si uno de los aspirantes obtiene la mayoría absoluta, será proclamado alcalde. Pero si no es así, el regidor será el cabeza de lista del partido más votado el 22-M.
Eso sucederá el próximo sábado en al menos 41 de los 44 municipios de la provincia. Queda aún por saber si ese día también se constituirán los ayuntamientos de San Roque y de Alcalá de los Gazules o si se aplazarán esas sesiones de investidura al 1 de julio junto con la de Arcos. Eso pasará si hay recursos contenciosos-electorales ante el TSJA tras las impugnaciones al escrutinio planteadas respectivamente por el PP de San Roque y por el PSOE alcalaíno. La confirmación de este contencioso por parte del partido Ven-T conlleva ya el aplazamiento de la sesión de investidura en Arcos al 1 de julio y la de la Diputación a un nuevo plazo que oscilará entre el 8 y el 13 de julio.
El próximo sábado el PP ya sabe que tendrá como mínimo siete alcaldías (Cádiz, Jerez, Algeciras, Vejer, Prado del Rey, San José del Valle y Benaocaz), el PSOE partirá al menos con nueve regidores (Barbate, Benalup-Casas Viejas, Algodonales, Paterna, Setenil, Algar, Zahara de la Sierra, Torre Alháquime y Villaluenga), IU tendrá cuatro (Medina Sidonia, Trebujena, Alcalá del Valle y Espera) y el PA parte en principio con la Alcaldía de Puerto Real. En los 23 municipios restantes, todo está abierto y dependerá de la evolución de las negociaciones.
Durante estos días esos contactos se mantendrán dentro del círculo local pero, en paralelo, también se llevarán a cabo entre las cúpulas provinciales de los cuatro partidos grandes. Este lunes, por ejemplo, el protagonismo lo asumirá el PA, que tendrá su segunda reunión, por separado, con PP y PSOE. El martes le tocará el turno al partidodevuelta entre el Partido Socialista e IU, en un ambiente tenso ante la posibilidad de que los concejales izquierdistas -con el apoyo del PP- se hagan con alcaldías en municipios en los que el PSOE fue la lista más votada como Alcalá de los Gazules, Castellar y, menos probable, Bornos.
Existe incluso la posibilidad de que PSOE e IU no lleguen a cerrar ni un solo pacto en toda la provincia. En la actualidad sólo hay mucha sintonía en La Línea, donde los ediles izquierdistas ya han anunciado que votarán la investidura de la candidata del PSOE para intentar desbancar de la Alcaldía al PP. Pero IU no ha asegurado aún si formaría parte de un hipotético gobierno liderado por la socialista Gemma Araujo.
Las diferencias crecientes entre el PSOE e IU pueden desembocar incluso en operaciones a priori inesperadas como la que han planteado ya los socialistas de Puerto Serrano, que han solicitado el apoyo de la única concejala del PP para echar de la Alcaldía a Pedro Ruiz Peralta (IU).
Puede que algunas de estas negociaciones -en las que tienen mucho que decir los partidos independientes- se prolonguen hasta el viernes e incluso hasta la mañana del mismo sábado día 11. Igualmente, parece claro que muchos de los candidatos ganadores de las elecciones están encaminados a iniciar el mandato gobernando en minoría. Ello obligará a una mayor capacidad de diálogo desde el gobierno y desde la oposición y, de manera indirecta, dejará abierta la puerta a las mociones de censura.
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