Las horas más difíciles de Ruiz Boix al frente del PSOE de Cádiz

Repercusiones de las elecciones europeas

Los malos resultados del 9-J agitan a un PSOE gaditano en el que tanto la actual dirección provincial como sus críticos creen tener la mayoría

Ferraz decidirá si compensa hacer cambios ya o si mantiene el calendario y que el congreso provincial se celebre finales de 2025 o principios de 2026

Ruiz Boix se ve "con fuerzas" y no descarta incluso presentarse a la reelección al frente del PSOE de Cádiz

El PP de Cádiz afianzó su victoria del 9-J en las grandes ciudades

Ruiz Boix, en una imagen de archivo antes de una rueda de prensa. / Julio González

El PSOE de Cádiz perdió el domingo las elecciones europeas. Y además las perdió bien, a casi cinco puntos de distancia del PP. Y eso lo saben los socialistas de la provincia, que encuentran estos días muy pocos argumentos para la esperanza. Por eso desde la misma noche electoral llueven los cuchillos entre las diferentes sensibilidades que conviven en este partido. Y el principal damnificado es Juan Carlos Ruiz Boix, secretario general del PSOE de Cádiz desde finales de 2021 y que vive sus horas más difíciles tras sumar su cuarta derrota consecutiva en las cuatro elecciones que ha tenido que encarar como líder de su partido.

La lluvia de cuchillos iniciada entre los dirigentes del PSOE gaditano es muy curiosa porque quienes señalan a Ruiz Boix como responsable de este mal resultado exculpan sin embargo al secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas. Y quienes vienen pidiendo cambios al frente de la dirección regional –el primero en hacerlo en Cádiz fue el alcalde de Alcalá de los Gazules, Javier Pizarro– son curiosamente los principales defensores de Ruiz Boix.

Para llegar a la secretaría general del PSOE gaditano el también alcalde de San Roque necesitó confeccionar una amalgama de sensibilidades en torno a su persona. Los pizarristas de siempre y los que fueron fieles al susanismo hasta última hora, más porciones determinadas de algunas agrupaciones no alineadas con ninguna familia como las de Jerez o Cádiz, se unieron movidas por el objetivo común de acabar con los nueve años de liderazgo de Irene García. Y lo lograron. Hoy, tres años y medio después, la actual dirección provincial asegura que mantiene la mayoría pese a haberse debilitado tras la crisis abierta en la agrupación de Jerez, donde Mamen Sánchez, ex alcaldesa, diputada nacional y presidenta provincial del partido, está muy en entredicho.

Pero los críticos a Ruiz Boix, aglutinados en torno a lo que era el irenismo y al romanismo de siempre, también se atribuyen tener la mayoría del partido. Es más, estos militantes llevan meses de reuniones, preparando la estrategia para intentar dar el salto a la secretaría general cuando toque.

Esa es la clave: cuando toque. Los críticos a Ruiz Boix no escatiman reproches contra él, como sus cuatro derrotas consecutivas, la pérdida de la Diputación de Cádiz y, la última, la crítica del lunes en público a José María Román por los malos resultados del 9-J en Chiclana, una andanada que no ha gustado a muchos y que ha sorprendido a todos.

Pero estos críticos no van a forzar nada. Bien porque no tienen mayoría en la ejecutiva provincial para intentar forzar una gestora o bien porque no merece la pena acelerar los procesos sin convocatorias electorales a la vista, lo cierto es que los críticos prefieren armarse de paciencia y esperar a que llegue el próximo congreso provincial, que tendría que ser a finales de 2025 o principios de 2026. Es ahí cuando se deberían dirimir las fuerzas entre ambos bandos... salvo que Ferraz diga lo contrario.

Y aquí puede estar la clave. La dirección federal del Partido Socialista tendrá que decidir si compensa o no hacer cambios ya al frente del PSOE andaluz y luego en cascada en las diferentes provincias, incluida Cádiz. Los nombres de María Jesús Montero y de Juanfran Serrano como posibles relevos de Espadas están en la mente de todos. Y hay hasta quien vaticina que estos cambios se pueden precipitar y que se pueden concretar incluso en los próximos días, antes de que acabe junio.

De ser así, el dedo de Ferraz señalará al nuevo inquilino de la Secretaría General del PSOE andaluz y, de rebote, al de Cádiz. Y ahí la incógnita es absoluta porque ese dedo designador puede señalar a algún crítico, a un candidato alternativo o a mantener a un Ruiz Boix que perdió peso al no lograr imponer a su candidata a subdelegada del Gobierno –la opción vencedora, la de Blanca Flores, partió de sus críticos– pero que es diputado nacional, que tiene todo el control de una de las agrupaciones socialistas más importantes de la provincia como es la de San Roque y que es alcalde de esta localidad con una mayoría absoluta inapelable.

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