La educación como mejor método de prevención contra los malos usos del teléfono móvil
¿Somos adictos al móvil con internet?
Hay una pregunta que se repite, indefectiblemente, en todos los seminarios y consultas que imparte Domingo Malmierca, de la Fundación Aprender a Mirar: “¿Qué edad es la ideal para comprarle un móvil a nuestro hijo?” La respuesta, tiene una versión fácil (no hay edad, depende del niño) y otra más complicada: “Porque realmente no tiene nada que ver con tu niño, sino contigo, con que tú, adulto, decidas que vas a tener tiempo para comprometerte a explicarle a tu hijo el buen uso que le debe dar a ese aparato, que no le has comprado un llavero, ni un juguete, sino una herramienta potentísima”.
Educación, al fin y al cabo, cuestión de límites, de autocontrol más que de control, como con todo lo que nos gusta. Desde el móvil a las trufas de chocolate. Por ello, entre las diferentes fórmulas que Malmierca explica en la guía Aprender a convivir con el móvil se dan desde simpáticas ideas (como la firma de un divertido contrato entre padres e hijos donde se recojan los límites y consecuencias que ambas partes están dispuestas a aceptar) hasta algunas pautas con la que los padres pueden dar ejemplo a sus hijos como “no usar nunca el móvil en comidas y cenas; no permitir que interrumpa nuestras conversaciones; que vean que no miro los mensajes inmediatamente; aparcar el móvil, por la noche, fuera de la habitación; no usarlo nunca mientras conducimos; enviar nuestra localización sólo si es muy necesario; no alzar la voz al hablar por el móvil; que vean que a veces lo dejamos en casa; que vean que no hablamos demasiado rato; o que vean que usamos el móvil para dar recados cortos”.
Educación en el tiempo y lugares de uso, pero también en el cómo, el para qué lo usamos y a qué nos exponemos con su uso. De esta segunda vertiente nos habla Aurora Jurado, delegada de Participación Ciudadana de la Policía Nacional en Cádiz, que es la encargada de impartir a los alumnos de 6º de Primaria de los colegios de la provincia que lo soliciten (a través de Subdelegación de Gobierno) unas charlas sobre ciberseguridad, tituladas Ciberexpert@, que están integradas en el programa Plan Director, donde también se imparten seminarios para los jóvenes de otras temáticas como el acoso escolar, drogas y alcohol, bandas juveniles, delitos de odio y violencia de género.
“Yo siempre les hago la comparativa del su vida real con su vida virtual, haciéndoles ver que las medidas de seguridad que tomamos en nuestro día a día físico también se tienen que llevar a cabo en internet, como salvaguardar nuestra intimidad y proteger nuestra privacidad, cosa en la que incidimos mucho porque ellos (los jóvenes) tienen una concepción más relajada de estos aspectos que les pueden llevar a problemas relacionados con el sexting (envío de mensajes con contenido erótico a través de dispositivos tecnológicos de manera voluntaria), que se está dando muchísimo, problemas de suplantación de identidad que, a su vez, están relacionados con problemas como el grooming (acoso y abuso sexual online contra niños y jóvenes) y ni que decir los casos que ahora mismo estamos viendo más que tienen que ver con las tecnoadicciones”, explica Jurado que, a pesar de las especiales condiciones de este curso, pandemia mediante, ha impartido cursos de Ciberexpert@ en cinco centros de la provincia, “todos online por el covid-19”, además de “un par de reuniones” con AMPAS “en la que informamos a los padres de a qué se enfrentan sus hijos y dotarlos de herramientas para que puedan prevenir estas situaciones o si, ya se encuentran con la problemática, pues que puedan darle una solución”.
“La decisión de que Ciberexpert@ se dedicara a los chicos de 6º es porque se considera que a esa edad es cuando están empezando con el móvil y a través de él tienen un acceso más libre y están expuesto de forma más continua a internet”, aduce la delegada que desarrolla diez temas específicos en cinco charlas “para después someterlos a una evaluación” que corona con “la entrega de unos carnés donde se les acredita como Ciberexpert@s”.
Sexto de primaria o antes, quinto, desde que se convirtió en el regalo estrella de las comuniones casi como parte natural de este rito que en la religión católica marca el camino de los niños hacia la adolescencia. “La relación entre el juego real y los nuevos juegos virtuales, empieza casi siempre con el móvil, o con la tablet y antes de 12 años”, vuelve a situarnos Malmierca que se basa en los datos de un encuesta anónima realizada en 2016-2017 por la Fundación Aprender a Mirar en 150 centros educativos de toda España. Un estudio que indica que entre los 10-11 años el primer motivo del deseo de móvil (un 40% de los encuestados) es jugar, antes que hablar con los amigos que se convierte en la principal motivación en las franjas de edades comprendidas entre los 12-13 años (un 40%) y 14-16 (65%).
Diferentes edades, diferentes motivaciones, diferentes maneras de abordar la gran pregunta a la que volvemos, como bien predice Malmierca, ¿cuándo será el mejor momento para darle el móvil?, “cuando en realidad la pregunta que sabes que debes hacerte, pero que no te atreves a hacerte es otra: ¿cómo y cuándo voy a preparar a mi hijo para convivir con el mundo actual?, ¿me adelanto o llego tarde?”.
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