Los embalses gaditanos ni siquiera llegan a la mitad de su media histórica
año hídrico
El nivel de los pantanos no alcanza aún, sin embargo, al de la sequía de principios de los 90
Las lluvias en el sistema del Guadalete siguen también por debajo de su marca
El informe sobre Situación Hidrológica de la Comisión para la Gestión de la Sequía en la Demarcación Hidrográfica de Guadalete-Barbate coloca la media de precipitaciones en la zona en 515,1 litros por m³. Un cómputo que entra dentro de la tónica de los últimos años, que registraron 506,8 litros por m³ en 2020-21; 540, 7 en 2019-20 y 511,3 en 2019-18. Sólo el año hidrológico de 2017-18 acumuló cantidades manifiestamente superiores que las de esta tendencia, con 903,5 litros por m³. Las cifras de estos años, y de este último curso hidrológico, son sin embargo manifiestamente inferiores a la media histórica registrada en el periodo de 1980-81 y 2004.5, 723,7 litros por m³.
El dato tiene lugar en el que probablemente sea, según informaba ayer la AEMET, el tercer año hidrológico más seco a nivel nacional desde que existen registros, con un 26% menos de lluvias de lo normal. Así, desde 1961, sólo el año 2004-05 ha sido más seco que el periodo que ahora acaba.
Por otro lado, las aportaciones a los distintos sistemas de la Zona Hidrográfica del Guadalete han sido en el año hidrológico que se cierra de 3.519.561 m³, lo que convierten el periodo en el segundo más bajo al respecto en los últimos años. Así, el anterior año hidrológico arrojó 5.428.629 m³ en aportaciones, mientras que en 2019-20 las medidas descendieron hasta 765.696 m³. El curso de 2018-19 marcó 4.615.930 m³, mientras que el de 2017-18, 7.040.043 m³. La media histórica se sitúa en 7.888.194 m³, por lo que este último año está por debajo de la mitad de la media.
El volumen acumulado en el total de los embalses gaditanos también está, de hecho, por debajo de ese valor tomando los últimos diez años. El porcentaje total de agua embalsada en los pantanos gaditanos bajó del 25% durante esta semana. El porcentaje asusta, aunque no llega al 12.6% que alcanzaron los embalses andaluces durante la sequía de principios de los 90, llegando la provincia de Cádiz a un terrorífico 4,5%, con cortes de suministro a diario.
El riego es, como es lógico, el sistema que más demanda supone, duplicando lo solicitado por las necesidades de abastecimiento, con un total de 162.609.619 m³ de agua en el primer caso, y 79.596.466 en el segundo. El uso industrial, por su parte, se lleva 3.582.037. En total, la demanda de la zona del Guadalete en este año hidrológico ha sido de 245.788.122 m³.
La evaporación en el territorio (41.744.212 m³ ) ha sido inferior a los años anteriores y a la media histórica, (cerca de 26.750.305 m³ menos), ya que la lámina de agua en superficie también era de menor tamaño.
En cuanto al volumen embalsado durante el año hidrológico 2021-2022, al final del mismo, se sitúa en 331,837 hm³ .
Todas las mediciones que coteja la administración autonómica colocaría actualmente al sistema del Guadalete en situación de escasez severa, no – todavía– de sequía excepcional. Sin embargo, si de aquí a finales de año las aportaciones descienden por debajo de la mitad de la media histórica, no se podría garantizar la demanda en el próximo par de años.
Situación más aguda es la que vive el sistema de explotación del Barbate. Los embalses de Celemín y Barbate, con un volumen embalsamado de 39,98 hm³ se encuentran en situación de "escasez grave, con garantía de recursos disponibles para menos de un año". El embalse de Almodóvar, sin embargo,se encuentra en situación de normalidad. A 15 de septiembre, el sistema de explotación de Barbate se encontraba al 15,6% de su capacidad.
Respecto al Campo de Gibraltar, aunque las lluvias de esta primavera han garantizado el abastecimiento del año hidrológico 2021-2022, en ninguna de las hipótesis contempladas para los próximos doces meses se garantiza el abastecimiento del sistema, por lo que el informe bajo el que se ha convocado para la semana que viene al Comité de Sequía aconseja que se "continúe con la declaración de sequía actual y se adopten las medidas en su día se barajaron destinadas al aumento del recurso y la renovación de conducciones". Si las aportaciones se sitúan dentro de la media, el agua embalsada en la comarca se movería entre los estados de alerta y el de emergencia; con un 25% de la media, habría que “arrancar los bombeos de embalse muerto desde diciembre, con lo que supondría de sobre coste y de dificultad ante un fallo eléctrico”.
Según las proyecciones, en el entorno del embalse de Arcos-Bornos, si las aportaciones entraran dentro de un 25% de la media histórica, el volumen que podría concederse para riego en los meses de julio y agosto sería inferior a lo que se demanda; si las aportaciones cayeran a mínimos históricos, esta situación se alargaría durante todo el verano. Si las aportaciones se situaran dentro de los niveles la media histórica, el embalse de los Hurones tendría que desembalsar en Guadalcacín, con lo que abastecimiento en junio, julio, agosto y septiembre desde el primero tendría que ser inferior a la media.
En el presente año hidrológico, las aportaciones en el Sistema del Guadalete han sido del 45,2% respecto a su media histórica. Si las aportaciones llegaran al 25 % o con tuvieran registros de mínimos históricos, "se podría poner al sistema en una situación difícil o muy difícil para garantizar las demandas".
Está previsto que, para "situaciones extraordinarias", se puedan movilizar los recursos existentes en la Sierra de Las Cabras, El Santiscal, Llanos del Sotillo y Sierra de San Cristóbal.
Preocupación en la Mesa Social del Agua
El pasado 8 de septiembre, el PP andaluz presentó en el Parlamento autonómico una Proposición No de Ley relativa a actuaciones de carácter estatal que Andalucía necesita de urgencia. Entre ellas, la presa de Alcolea (Huelva), señalada por la toxicidad que tendría el recurso; la transferencia de recursos desde la cuenca del Tinto al Guadalquivir pensada para salvarguardar Doñana, pero inseparable de la presión de las explotaciones freseras en la zona, o la presa de Gibralmedina. En un escrito remitido a la Consejería de Agricultura, la Mesa Social del Agua advierte que esta propuesta “ignora los auténticos problemas” del agua en la comunidad andaluza: “La sobreexplotación de los recursos y los impactos del cambio climático. También ignora la obligación de definir prioridades (las restricciones que padecen numerosos pequeños municipios andaluces) y de evaluar social y económicamente las actuaciones”.
“Se presentan como urgentes –continúan– actuaciones con efectos a medio y largo plazo, que tardarían años en ejecutarse y que nada tienen que ver con la emergencia de sequía”. Para los agentes sociales, es necesario elaborar con urgencia un “plan de choque para evitar cortes de agua”, así como “suministrar agua de forma urgente a explotaciones ganaderas por medio de pequeñas infraestructuras (pantanetas, canales, abrevaderos, balsas) con las que paliar la situación, además de realizar un reparto social del agua en los cultivos”. Para la Mesa, además, es necesario subrayar la diferencia entre “sequía y escasez”, ya que el actual “déficit no se debe sólo a una reducción excepcional y prolongada de las lluvias, sino a un desequilibrio permanente entre demandas y recursos”.
En Ecologistas en Acción, por otro lado, afirman que el Partido Popular “acelera el colapso hídrico en la comunidad andaluza”. Los ecologistas coinciden con la Mesa en su análisis, y recuerdan que “estos episodios se repetirán con mayor frecuencia tal y como predicen los escenarios futuros“. “Para el PP –remarcan–, el agua tiene que ser explotada más allá de los límites actuales de cada Demarcación Hidrográfica, derivando todo el recurso hacia un modelo agroindustrial y turístico depredador que nos conduce al colapso hídrico".
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