Los embalses sueltan agua como para abastecer a toda la provincia un año y medio
Desde el inicio del año hidrológico en octubre, las presas gaditanas han aliviado 884,4 hectómetros cúbicos y aún así, están al 87% tras las últimas grandes lluvias
Hace exactamente un año, la Agencia Andaluza del Agua presentaba el Plan Especial de Sequía para la cuenca mediterránea de la Comunidad, a la que pertenecen los embalses del Campo de Gibraltar. La escasez de este "bien estratégico" y los fundados temores sobre los efectos del cambio climático obligaban a fijar unas medidas y unos niveles de control y alerta para evitar un eventual desabastecimiento en esta zona hidrográfica. Era la aplicación de una orden ministerial de principios de la década que ya se había puesto en marcha con carácter de urgencia en el Guadalquivir en 2005.
Hoy, solamente doce meses después, los ríos se han desbordado de su cauce; los campos, anegados, no puede drenar más agua; y los embalses, en niveles máximos, sueltan agua durante horas. Y es que tras esta última semana de grandes lluvias, los pantanos gaditanos están ya por encima del 87% y en los próximos días, las reservas podrían ir aumentando conforme llegan los caudales procedentes de las zonas más altas, sobre todo de la Sierra de Grazalema y de los Alcornocales.
La provincia cuenta con diez presas, de las que dos pertenecen a la cuenca Mediterránea (Guadarranque y Charco Redondo, ambos en el Campo de Gibraltar) y las ocho restantes, a la Atlántica (repartidos en los distritos hidrográficos de los ríos Guadalete y Barbate). El Guadalcacín es el más grande y el segundo de Andalucía tras el de Iznájar (Córdoba) y sus 800 hectómetros cúbicos suponen la mitad de la capacidad de almacenamiento de la provincia. Le siguen los de Barbate, Zahara y Bornos, todos en la órbita de los 200 hm3, y a continuación están el de los Hurones (135,3), el Guadarranque y el Charco Redondo (de 87,7 y 81,6, respectivamente), el Celemín (en Benalup, de casi 45), y el de Almodóvar (Alcornocales), el más pequeño con sólo 5,7 hm3.
Tras cuatro meses de intensas precipitaciones y el aluvión de los últimos días, la mitad están o, incluso, llevan varias semanas, al 100%. Es el caso de los dos campogibraltareños, que empezaron a soltar agua ya en otoño y, sin duda, se encuentran, en una de las campaña de mayor frecuencia de compuertas abiertas. Otros con un grado absoluto de colmatación son el de Barbate, que la semana pasada llegó al entorno del 110%, y los de Bornos y Celemín.
Estas cinco presas han sido las que han soltado la mayoría del agua con destino a los ríos y al mar desde que comenzara el año hidrológico en octubre. Según los datos del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la cuenca Atlántica -disponibles y actualizados permanentemente en internet-, el volumen desembalsado en este periodo ha sido 884,4 hectómetros cúbicos. Las referencias de la zona mediterránea no están disponibles en la web, pero dada la excepcional pluviosidad que ha registrado el Campo de Gibraltar, la mayor de Cádiz incluso por delante de Jerez, es fácil que en el total de la provincia se supere el millar de hm3.
Esta cantidad de agua perdida en la red gaditana es inmensa, imprevisible en una época de sequía como la que arrastraba la Península y en un ambiente de preocupación mundial por este recurso. Para hacerse una idea, estos más de 880 millones de m3 suponen casi 50% de la capacidad total de almacenamiento de toda la provincia. Es como si se hubieran abierto las compuertas del Guadalcacín de par en par por encontrarse en plenitud, un registro inédito por supuesto en la historia reciente de esta inmensa infraestructura hídrica andaluza. O, comparado con el nivel de consumo de los gaditanos, equivale a la demanda total de la provincia entre un año y un año y medio (supera los 500 hm3 pero varía según la actividad de los regadíos, que suponen el 60% del total).
Esta situación contrasta radicalmente con la que había el año pasado y con la media que la Agencia Andaluza del Agua tiene registrada para los meses de febrero en los últimos años. En 2009, las reservas rondaban los 1.020 hectómetros cúbicos entre las diez instalaciones, lo que significa que la red gaditana se encontraba al 55%. La gran diferencia entre ambos ejercicios estriba en la carga del Barbate y, sobre todo, del Guadalcacín, que han experimentado grandes subidas en este lapso anual.
Y, por supuesto, todas las infraestructuras superan de largo el promedio habitual para febrero salvo una, el embalse de Arcos, que mantiene en estas épocas un nivel en torno al 90%, que es el que ahora tiene. El Guadalcacín está quince puntos por encima de su media histórica (60%), pero los que están más crecidos proporcionalmente a su capacidad son todos los de la Janda y el Campo de Gibraltar, las dos zonas que han registrado mayor pluviosidad en esta campaña.
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