La energía eólica marina comienza a soplar en España desde Chipiona

Después del descalabro de los proyectos de parques eólicos marinos en Cabo Trafalgar, frente a Vejer y Barbate, por falta entonces de consenso ciudadano y de una sólida planificación nacional, vuelven a intuirse en el horizonte del litoral gaditano las siluetas de los aerogeneradores off-shore. Y no sólo a intuirse, sino a cobrar visos de viabilidad gracias a la participación de dos instituciones de la provincia, de una empresa andaluza solvente y experimentada y de una prestigiosa multinacional que han comenzado a construir la casa por los cimientos.

En el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Chipiona se fundó ayer la plataforma de un proyecto que pretende convertirse, según sus impulsores, en un referente de la producción de energías renovables en Andalucía y en España: la instalación de un parque eólico marino de 1.000 megavatios de potencia provisto de 300 molinos de última generación frente a la costa chipionera. El rector de la Universidad de Cádiz (UCA), Diego Sales Márquez; el alcalde de Chipiona, Manuel García Moreno (PSOE) y Mario López Magdaleno, presidente del Grupo Magtel, firmaron ayer la constitución del grupo promotor del parque off-shore Energía Las Cruces del Mar S.L. El regidor chipionero fue nombrado presidente. Al trío de socios se unirá Siemens como proveedora de la tecnología necesaria.

El proyecto prevé una inversión de entre 2.500 y 3.000 millones de euros. También la creación de unos 1.250 puestos de trabajo durante su construcción y de unos 400 (300 directos y 100 indirectos) en la fase de mantenimiento y explotación, según explicó Mario López. En principio, la vida de esta instalación pionera sería de 25 años, si bien podría prorrogarse a 35. ¿A partir de cuándo? Dos años después de que arranquen las obras, una vez hechas las modificaciones que impongan los estudios preliminares de posibles afecciones al medio marino, las pesquerías, la avifauna y la navegación que ya elaboran varios equipos de expertos de la UCA. Estarán listos en septiembre, adelantó Diego Sales. Y ¿dónde se instalará exactamente? en la cuadrícula declarada como zona apta con condicionantes en el Estudio estratégico ambiental del litoral español para la instalación de parques eólicos marinos elaborados por los ministerios de Medio Ambiente, Rural y Marino y el de Industria, Comercio y Turismo y aprobado el pasado mes de abril. ¿A qué distancia de la costa? la legislación marca un límite mínimo de 8 kilómetros. Sin embargo, Las Cruces del Mar, se clavarán bastante más lejos, confirmaron los promotores: a una distancia entre las 20 o las 30 millas náuticas (37 y 55 kilómetros), según una aproximación hecha a este periódico.

Como ya se demostrase en el caso de Cabo Trafalgar, el lugar exacto de emplazamiento y la proximidad o lejanía del parque eólico a la costa son los factores fundamentales que determinarán el posible impacto en el medio físico y en los recursos naturales y económicos de la zona. Y, éstos, a su vez, condicionarán la aceptación de la ciudadanía. Fue el rector quien despejó dudas sobre lo primero y el alcalde chipionero, sobre lo segundo. "Un parque eólico es una industria y, como tal, lo primero a tener en cuenta es la preservación del medio ambiente. Un equipo de expertos de la UCA reconocidos internacionalmente en ordenación del litoral, en ciencias marinas, marítimas y ambientales trabaja ya en los estudios preliminares. Analizarán el grado de influencia en la ecología marina, los recursos pesqueros, la navegación y la seguridad marítima, la ictiofauna y la dinámica de poblaciones, las aves y la hidrodinámica marina", explicó Sales. El proyecto contempla arrecifes artificiales que contribuirían a la biodiversidad de los fondos marinos.

El alcalde chipionero se mostró convencido de que Las Cruces del Mar se instalarán "con el consenso de la población, incluido el colectivo de pescadores, con el que ya hemos mantenido algunas reuniones". En el caso de que no hubiese acuerdo "estoy dispuesto a convocar un referéndum", insistió el regidor, quien reclamó un plan de industrialización para la zona ligado al proyecto.