"Estamos escasos de familias"

"La diferencia entre estar en un centro o al cuidado de una familia es abismal", dice Agustín López, coordinador de Acogimiento y Adopción

La Junta tutela en torno a 350 niños en Cádiz

El coordinador de acogida y adopción, en la delegación de la Junta. / Ana Golpe
Alicia Ruiz

09 de octubre 2017 - 02:05

Cádiz/"La diferencia entre pasar toda tu infancia en un centro y estar vinculado a una familia es abismal. Tener una relación de apego, una alimentación afectiva, es vital para un ser humano y especialmente cuando más vulnerable eres, que es cuando eres pequeño", explica Agustín López, coordinador de Acogimiento y Adopción del Servicio de Protección de Menores de la Delegación Territorial de Igualdad y Políticas Sociales de Cádiz. López participó el sábado junto a múltiples expertos y familias en las primera jornadas multiprofesionales sobre acogimiento y adopción en la provincia, organizadas por la Asociación de Familias Solidarias para el Desarrollo. (Asfasode) y que reunieron a unas 300 personas en Chiclana.

Antes atendía a este medio y ayudaba a trazar una idea de cuál es la situación de los menores tutelados por la Junta en la provincia y de la necesidad de captar familias para acogerlos. "Estamos escasos, muy cortos", reconocía López, "a lo justo" principalmente para que ningún niño de entre 0 y 6 años entre en un centro.

Es difícil lograr hogar para niños mayores, grupos de hermanos o con alguna enfermedad"A los niños se les cambia la cara, y los acogedores reciben más de lo que dan, dicen"

La Junta de Andalucía tiene en torno a 350 niños bajo su tutela en Cádiz, aunque la prevención, con los equipos de tratamiento familiar de los ayuntamientos, ha hecho que lleguen menos casos. Sí se ha producido un cambio en los centros de menores por la llegada de chicos inmigrantes, que este verano ha hecho activar dispositivos de urgencias ante unos centros saturados. En el caso de los nacionales, hay un grueso que pasa a vivir con su familia extensa -tíos, abuelos- pero esto no siempre es posible. En todo caso, juegan un papel fundamental las familias de acogida. "Porque es lo ideal, que todos los niños que se tutelan vayan con familias, pero que tengan un perfil que sea posible son bastantes menos. Tenemos muchas dificultades para ciertos perfiles", dice mientras enumera: niños mayores de seis años, grupos de hermanos, niños con alguna enfermedad,...

Y eso que Cádiz trabaja mucho por sacar a niños mayores de los centros, según los propios datos de la dirección general, afirma. "Si tenemos a un niño de nueve años y tenemos una familia que nos ha dicho que acepta hasta siete, la llamamos, le insistimos y a veces sale bien. Con que logremos uno merece la pena".

El coordinador de acogimiento se alegra de que en los últimos meses hayan conseguido un hogar para dos casos muy complicados, "y ahora estamos a punto de conseguir otro". En eso tiene que ver la asociación que organizó las jornadas, Asfasode, que está colaborando para buscar familias para casos más complicados, "y que ya está dando frutos". La Junta trabaja en Cádiz con las asociaciones Márgenes y Vínculos y Acógeles, de ACCAM, que son las encargadas de hacer la captación, campañas y las valoraciones de las familias para su idoneidad.

El número actual de estos hogares solidarios se mueve en el medio centenar, "a lo justito" para que ningún menor de 0 a 6 años entre en un centro. Éstos pasan directamente a una casa en un primer tipo de acogimiento que se llama de urgencia y que por ley no puede pasar de más de seis meses. El segundo tipo sería el temporal, que se puede alargar dos años y, por último, el permanente, para el que hay aún si cabe más dificultades, "aunque hacen falta de todas, es donde tenemos más escasez de familias". "Es una figura intermedia entre acogimiento y adopción y son normalmente chicos mayores que van a seguir manteniendo contacto con su familia biológica, porque les beneficia, pero que necesitan una casa para vivir". El responsable insiste: "A los niños se les cambia la cara y al final todas las familias dicen que reciben más de lo que dan. Aunque no sea fácil, es una labor preciosa y muy necesaria y andamos muy cortos. No hay que tener miedo a la edad".

¿Y qué hace falta para ser una familia de acogida? Pues principalmente que no sean solicitantes de una adopción. "Es incompatible", ya que en ningún caso ese menor sería adoptado por ellos. "En la mayoría de los casos son familias que ya tienen hijos, que no tienen un deseo de paternidad", afirma. "Familias normales y corrientes, con una economía normal. En unos meses, se evaluará su idoneidad y luego se le dará una formación", dice.

La Junta, que da una ayuda económica, cuenta con un manual elaborado por Jesús Palacios, catedrático de la Universidad de Sevilla y toda una eminencia en este ámbito -que también ha participado en las jornadas celebradas en Chiclana-. "Ahí se le enseña qué recursos se pueden utilizar o no. Por ejemplo, la técnica llamada tiempo fuera, que algunos padres utilizan cuando un niño tiene una rabieta es absolutamente contraproducente en niños de protección, tan habituados a que no les hagan caso". "Los bebés llegan a las casas incluso sin llorar para nada, porque han aprendido que tampoco así han atendido sus demandas".

La charla con el coordinador de acogimiento y adopción se acaba pero repite en la necesidad de una familia para estos niños. "Hay chicos que tendrán heridas profundas y secuelas para toda la vida, pero la diferencia es abismal".

Los chicos inmigrantes representan casi la mitad de los menores

Los centros de menores de la provincia, tal y como han venido denunciando los sindicatos desde este verano, se han colapsado con la llegada de menores inmigrantes en las pateras que han cruzado el Estrecho intentado buscar una vida mejor. La Junta ha tenido que activar dispositivos de emergencia ante la situación y ahora pueden representan casi el 50% de los tutelados en la provincia. Aunque no le toca tratar de cerca con estos menores como coordinador, López, por su experiencia, explica que "tienen un perfil muy diferente". "Son niños que vienen de una situación fundamentalmente de pobreza económica y vienen con un proyecto migratorio, de vivir aquí, de encauzar su vida o de ayudar a su familia". Estos chicos, explica López, raramente acaban con una familia de acogida". Son chicos mayores, de 14, 15, 16 años de edad, "con un proyecto migratorio". Recuerda López, que este colapso, por el que la Junta de Andalucía ha tenido que poner en marcha dispositivos de urgencia, no es la primera vez que ocurre. "Yo llevo aquí toda la vida y también me tocó vivir un dispositivo de esas características -fue jefe de servicio-". Y como en todo, hay perfiles complicados y "chicos que han sido empleados a su mayoría de edad por empresas y están encantados con ellos".

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