La Escuela de Arte de Algeciras, objeto de la Beca de investigación del Colegio de Arquitectos de Cádiz

El Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz ha puesto en marcha la Beca de Investigación sobre La Escuela de Artes y Oficios de Algeciras, del arquitecto Fernando Garrido Rodríguez (1930-2021), al hilo de la VII edición de los Episodios de la Arquitectura Moderna en la Provincia de Cádiz.

El fin de esta iniciativa, que ha sido adjudicada al colegiado José Ramón Rodríguez Álvarez tras un proceso de selección, es promover la realización de un trabajo de investigación sobre este interesante edificio que sirva de soporte intelectual a la organización de una exposición y a la elaboración del correspondiente catálogo; un trabajo que estará tutelado por la profesora titular de proyectos de la Escuela de Arquitectura de Sevilla, Luz Fernández-Valderrama.

Con esta nueva convocatoria, la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz se mantiene firme en su compromiso de difundir la arquitectura moderna de la provincia, contribuyendo a su reconocimiento colectivo y rindiendo de paso un merecido homenaje a sus autores. Así lo ha venido haciendo con la puesta en valor de las obras del Complejo Parroquial San Servando y San Germán de Cádiz, de José Luis Suárez Cantero (1969-71), la Casa del Mar de Tarifa, de Pablo García Villanueva (1977-79), el Colegio San Juan Bautista de Jerez, de Vicente Masaveu Menéndez-Pidal (1975-77), el Centro Cultural de Villamartín, de Pablo Fábrega Roca (1965-68), la Casa de los Palos de Cádiz, de los arquitectos Luis Miquel Suárez-Inclán y Antonio Viloria García (1967-70) y la Capilla del Colegio Ntra. Sra. del Carmen de San Fernando, de los arquitectos Alfonso Fernández Castro y Manuel Guzmán Folgueras (1964-66).

Sobre el singular edificio:

El edificio, perteneciente al Movimiento Moderno, se enmarca dentro de aquella derivación de la arquitectura racional-funcionalista que fue la arquitectura orgánica. Fue construido a partir del diseño del arquitecto jienense Fernando Garrido Rodríguez en el año 1971, por el que obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura. El proyecto se alzó además con el primer premio de Arquitectura en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1968.

Esta obra arquitectónica, inspirada en las formas orgánicas de la naturaleza marina a las que pudo contribuir la acusada inclinación del solar, respondía a la demanda del promotor de crear un centro educativo liberado de las tipologías y morfologías al uso, creando de paso un referente icónico para la ciudad. Para resolverlo, Fernando Garrido desarrolló una planta en espiral alrededor de un patio central arbolado que representa según el propio autor la metáfora orgánico-expresionista de una caracola que evocaría el sonido de las olas del mar.