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“Hay que esperar hasta 2024 para recuperar el PIB de la provincia de Cádiz previo a la pandemia”

Entrevista/ Javier Cabeza de Vaca

El decano de los Economistas asume los déficit de la provincia, pero ve con optimismo su futuro

Se insiste en la necesidad de contar con empresas grandes y directivos bien preparados para su gestión

Javier Cabeza de Vaca, en la hemeroteca de Diario de Cádiz esta semana. / Jesús Marín

Javier Cabeza de Vaca (Cádiz, 1964) acaba de iniciar el que, anuncia, será su último mandato como decano del Colegio de Economistas de Cádiz. Para esta última etapa se ha rodeado en buena parte de un equipo joven que, sin duda, le ayudará a dar el último impulso a la modernización de esta entidad, iniciada hace ya unos años, y sobre todo, al objetivo de implicarla de forma muy directa en el desarrollo de la provincia, a través de foros de debate y de análisis de los proyectos que pueden ser más beneficiosos para Cádiz.

Trabajador desde muy joven, forma parte del despacho de Antonio Rosado desde 1984. Tanto en esta como en otras conversaciones que ha mantenido con este diario, se muestra férreo defensor del concepto del trabajo común en la provincia, huyendo de localismos y reinos de taifas. Tal vez por eso el Colegio de Economista, con unos 650 asociados, tiene carácter provincial, como no podía ser de otra forma.

–En una entrevista realizada en 2019 reconocía que la economía gaditana había salido mal de la crisis. Entonces se suponía que entrábamos en la recuperación, hasta que llegó la pandemia y después la guerra de Ucrania. Nada de ello nos debe de haber sentado bien.

–Seguimos manteniendo la brecha con los datos nacionales y, en menor medida, con los andaluces. Mientras el paro alcanza en Cádiz al 25%, en España baja al 12%; y la renta per capita llega aquí a los 18.000 euros, frente a los 26.000 de la media nacional. A la vez, la renta ha crecido en el conjunto del país un 9,5% desde la crisis de 2008 mientras que en la provincia se ha quedado en un 3,5%.

Si atendemos a estos indicadores, constatamos que tenemos aún muchos déficit, pero, sin embargo, yo soy optimista.

Somos la octava provincia en población en España, y tenemos sectores ya consolidados como el náutico, el aeronáutico, la marroquinería. Contamos con recursos naturales con un gran potencial de desarrollo, como lo relacionado con la industria de las renovables. A la vez, el sector agroalimentario está en expansión, como pasa con el queso. Y la industria cultural, que es una de nuestras apuestas y que aún está por desarrollar.

Junto a todo ello, si tenemos una visión más amplia, observamos que el paro en 2014 alcanzaba al 42% de la población activa, con 192.000 desempleados, y hemos terminado el año pasado con 138.000, con una tendencia a la baja.

–Sobre la potencialidad de la provincia hablamos desde hace años, y no parece que dé muchos resultados.

–En algunos sectores sí vemos que se está avanzando. Las renovables, la agricultura o la naval vuelven a encontrar su lugar referente. Y en la marroquinería hay un 100% de ocupación.

–Entonces, ¿cuál es el problema para no lograr un avance generalizado y reducir la brecha estatal?

–La falta de cohesión entre territorios. Siempre he mencionado el fracaso del área metropolitana de Cádiz-Jerez. Y si no hay una voluntad para entender su relevancia, siempre nos quedaremos atrás, mientras que los ciudadanos sí viven en clave metropolitana.

Hay en marcha iniciativas privadas, entre ellas las que plantea el Colegio de Economistas, para ayudar al desarrollo de la provincia, pero si cuando se pongan encima de la mesa no existe una voluntad política (por atenderlas) no tendrán ningún recorrido.

–Pues no parece que las administraciones vayan a cambiar. Seguimos con la gestión particular de cada localidad y territorio. No parece que haya ninguna administración que tenga una visión y un interés más global.

–Bueno, la Diputación y el Ayuntamiento de Jerez sí funcionan. En esta ciudad se ha puesto en marca un cluster para trabajar de forma conjunto en su desarrollo. Lo cierto es que si pensáramos que cuando lleguemos a las administraciones se para todo, no haríamos nada nunca. Pero las instituciones son esenciales.

El presidente de los Economistas, durante la charla con este diario. / Jesús Marín

–Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina. ¿Cree que va a cambiar algo en falta de acción conjunta?

–No espero que cambie nada porque seguirán manteniéndose los reinos de taifas. No hay una voluntad de los gobiernos a la hora de apostar por el concepto metropolitano. Todo ello requeriría generosidad para entender que el entorno de la Bahía debe de extenderse y crecer sobre un modelo común.

–Entiendo que las comunicaciones tienen un papel de relevancia notabñe en la economía de la provincia. Aquí, con la autopista colapsada, el tren fallando y el aeropuerto sin poder crecer, tampoco salimos muy bien parados.

–Es algo importantísimo y más en estos tiempos en los que se trabaja a distancia. Nosotros, con este problema de las comunicaciones nos encontramos lejos de los centros de negocio y lejos de Europa, centro de nuestra economía.

No tenemos ni conexión directa con Huelva y es imposible ir y volver en un día en tren a Madrid si tenemos una reunión de negocio porque no hay trayectos suficientes. Todo ello es una merma en nuestro desarrollo. Y, además, afecta a la cohesión de la provincia, con las malas conexiones entre sus propios territorios, especialmente entre las dos bahías.

EL PAPEL ESENCIAL DEL TURISMO EN CÁDIZ

–Con todo, el turismo sigue siendo una pieza esencial en la economía gaditana.

–Nuestros cálculos indican que el turismo supone el 17% sobre el PIB de la provincia, y el 33% respecto al impacto económico, por lo que es un sector más que relevante. Es cierto que hay que buscar un modelo no estacional, potenciando nuestra oferta cultural, que no está nada bien aprovechada, junto a la gastronomía, nuestros parques naturales. Una propuesta que debe extenderse también a los propios ciudadanos de la provincia.

–Cuando el catedrático emérito de la UCA José Ruiz Navarro presenta los informes anuales sobre el emprendimiento para el conjunto de la región, siempre hace referencia al elevado número de pequeñas industrias en la provincia, como handicap de crecimiento.

–La provincia cuenta con 63.000 empresas. De ellas, el 95,8% tiene a menos de 10 personas de plantilla. Esta situación conlleva una importante déficit tecnológico en la mayoría de ellas, además de contar con una deficiente estructura financiera que les hace complicado crecer.

La mayor parte de las empresas no pueden invertir en I+D, ni tienen posibilidad de contratar a personal cualificado.

Desde el Colegio de Economistas pusimos en marcha en su día el Master de Dirección Financiera. En la primera edición contamos con quince directivos, que salieron especialmente satisfecho. Ahora ponemos en marcha la segunda edición, con el objetivo de preparar a los directivos para mejorar la organización y dirección de sus empresas. Contamos con participantes de todos los sectores de la economía de la provincia.

Es una formación básica para pequeñas y medianas empresas, que les ayude a controlar sus negocios y poder ir creciendo.

–Hablamos de pequeñas y medianas firmas y de la necesidad de constituir grandes empresas. Y mientras, seguimos hablando y esperando del desarrollo de operaciones como Lógica, heredera de Las Aletas. ¿De verdad hace falta ese suelo, o ya hay suficiente repartido por la provincia?

–No sé decir si hace falta o no más suelo industrial. Lo que sí es cierto es que a veces estos terrenos son caros para facilitar la llegada de nuevas industrias. Y también es cierto, porque lo conozco directamente, que hay zonas como Ubrique donde sí hace falta.

En todo caso, no conviene olvidar que el sector productivo de la provincia se concentra en el de servicios, con un 77,1%, 2,6 puntos por encima de España; frente a ello sólo llegamos al 13,5% en la industria mientras que en el país se alcanza al 16,2%. (El resto está repartido entre el 6,5% de la construcción y el 2,9% del sector primario, datos similares al del conjunto del estado)

–¿Y qué podemos esperar, económicamente hablando, de 2023, una vez transcurridos sus dos primeros meses?

–Nosotros estamos cerrando el que será el octavo Informe de Coyuntura Económica, una encuesta de percepción económica en la que han participado 178 colegiados de diversos sectores.

El análisis indica que el crecimiento económico de la provincia será de poco más de un 1%, frente al 5,5% de 2022, lo que indica un estancamiento hasta el punto que habrá que esperar a 2024 para recuperar el Producto Interior Bruto previo a la pandemia de coronavirus.

Todo ello se debe a un bajo crecimiento de la economía europea, con el efecto negativo que para nosotros tiene en las exportaciones y, en menor medida, en el turismo. A la vez, la inflación y la subida de los tipos de interés tocan de lleno en el consumo de los ciudadanos.

En cuanto a la inflación, también tendremos que esperar a 2024 para que se ajuste al objetivo de la UE del 2%, sobre todo porque ahora soportamos una inflación subyacente que se ha disparado al 6,9%.

–¿Y todo ello cómo va a afectar a las cifras del desempleo en la provincia?

–Con estos datos, la proyección es que habrá una bajada, e incluso nula, en la creación de empleo en el conjunto de este ejercicio.

–Junto al Informe de Coyuntura Económica ¿trabajan ustedes en otros mecanismos de control de la provincia?

–Estamos desarrollando un Observatorio Económico con dos centenares de indicadores, con datos desde hace dos décadas, lo que nos permitirá analizar su evolución. Tenemos el apoyo de la Diputación Provincial y nuestra idea es sectorizarlo. También analizaremos distintas variables para llegar a predecir la evolución de los indicadores más relevantes de nuestra economía.

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