La estela de Elcano es alargada

Tomás Mazón narra en un nuevo libro la segunda expedición al Moluco, que zarpó dos años después de la llegada de la ‘Victoria’ a Sanlúcar y que fue igual de épica que la Primera Vuelta al Mundo

La flota de Loaysa zarpó en julio de 1525 y sólo regresaron 12 hombres una década después 

"La gran virtud de Elcano fue que eligió enfrentarse a lo mejor que conocía, que era el mar"

Así acabó una gesta que hizo cambiar el concepto del mundo

Tomás Mazón, con su tercer libro.
Tomás Mazón, con su tercer libro. / Efe

Al rey Carlos I le tuvieron que brillar los ojos cuando se enteró de que la nao Victoria, con Juan Sebastián Elcano al mando, había tocado suelo español en Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522, completando así la Primera Vuelta al Mundo y, lo que era casi igual de importante, con sus bodegas llenas de las ansiadas especias, que en esa época eran como oro molido. El monarca español, que antes de tener conocimiento de este regreso ya había ordenado que se fuera preparando una segunda expedición al Moluco, entendió de inmediato que la ruta abierta al sur del continente americano, y que ya era conocida como el Estrecho de Magallanes en honor a su descubridor, era una oportunidad pintiparada para que el Imperio español extendiera sus dominios también en las Indias orientales.

Todo ello hizo que se agilizaran los preparativos para la partida de esa segunda expedición al Moluco, que, compuesta por siete naos, zarparía de La Coruña el 24 de julio de 1525 teniendo como capitán general al mando a García Jofre de Loaysa. Aquella flota, aunque muy mermada, llegaría a Tidore el 1 de enero de 1527 y finalmente a España sólo regresarían 12 expedicionarios, que lo harían a cuentagotas entre los años 1536 y 1538.  

Los pormenores de este segundo viaje a la Especiería, las aventuras y desdichas a las que tuvieron que enfrentarse aquellos marinos, cómo se produjo su final y las consecuencias que tuvo para los años venideros centran el nuevo trabajo historiográfico de Tomás Mazón Serrano, para muchos uno de los mayores expertos en la Primera Vuelta al Mundo.

Este libro, titulado La vuelta al mundo maldita y publicado por Ediciones Encuentro, encierra muchas similitudes con los trabajos anteriores de este ingeniero de profesión que es el impulsor de la página web rutaelcano.com. Previamente, Mazón relató la gesta de Magallanes y Elcano y también el intento de tornaviaje del capitán Gonzalo Gómez de Espinosa al mando de la Trinidad. Y en esta ocasión, al igual que en las publicaciones previas, sigue un guión similar. Así, sitúa en el centro de su libro, como en cierto modo parece obligatorio, el desarrollo de la expedición en sí, con su complicada travesía hasta el Moluco y con sus posteriores enfrentamientos bélicos con las tropas portuguesas que anhelaban tener el monopolio de las islas de las especias.

Cuadro en el que se representa la partida de la flota de Loaysa, compuesta por siete naves, el 24 de julio de 1525 desde La Coruña con rumbo al Moluco.
Cuadro en el que se representa la partida de la flota de Loaysa, compuesta por siete naves, el 24 de julio de 1525 desde La Coruña con rumbo al Moluco. / D.C.

En este punto llama la atención las muchas similitudes que hay entre esta expedición de Loaysa y la de Magallanes y Elcano. Porque también existen diferencias, claro, como por ejemplo la complejidad que encontró esta flota para superar primero el Estrecho de Magallanes y para cruzar luego el Océano Pacífico. Ello vino a constatar que, pese a las penalidades sufridas, la expedición de Magallanes tuvo mucha fortuna en esos dos momentos cruciales de su largo periplo en busca de las especias.

Pero hubo muchas coincidencias entre ambas hazañas como, por ejemplo, un amago de motín contra el capitán general de la flota, la deserción de una de las naves cuando empezaban a cruzar el Estrecho de Magallanes, las interacciones con los patagones, naos que encallan, numerosas bajas muchas de ellas por enfermedad, mandos que fallecen –Loaysa y Elcano murieron en pleno Pacífico con apenas cinco días de diferencia–, y todo ello sin olvidar el detalle de que dos de las siete naves que estaban al mando de Loaysa repetían nombres con respecto a la flota pionera a la Especiería, como la Victoria y la Santiago.    

Sin embargo, y aparte de centrar buena parte de su obra en la compleja travesía desde La Coruña hasta el Maluco, una vez más aparece la otra faceta de Tomás Mazón, ese hombre curioso y se podría decir que hasta obsesionado por conocer el más mínimo detalle en torno a los protagonistas de esta historia, desde los líderes hasta quienes desempeñaron un papel menos relevante. Por eso, y gracias a una larga y exhaustiva labor de documentación que le ha llevado a un número interminable de archivos, Mazón aporta un sinfín de datos sobre los orígenes, las familias, los bienes con los que contaban e incluso las formas de ser, las preocupaciones y las prioridades de muchos de ellos. Se trata, en cierto modo, de humanizar esta aventura, de contextualizarla no sólo desde la parte histórica sino sobre todo desde esa vertiente más personalizada. Y eso lleva al autor a ensalzar la figura de Loaysa, a quien califica como “alguien verdaderamente extraordinario con experiencia en la guerra y en el mar” y a reafirmarse también en la valía de Elcano, que quiso ser el capitán general de esta expedición, que tuvo que conformarse con ser el segundo al mando pero que pese a ello entabló una gran relación de amistad, lealtad y compañerismo con Loaysa.  

La vuelta al mundo maldita, presentada como el primer ensayo histórico dedicado a la expedición de Loaysa, destaca entre otras cosas por esto último, por el cariz humano que Mazón aporta a los protagonistas de esta aventura.

La estela de Elcano es alargada. Eso hace tiempo que lo descubrió Mazón tras tantos años sumergiéndose en los archivos históricos. Y la expedición de Loaysa es el mejor ejemplo de ello, porque le dio una línea de continuidad a a aquella primera hazaña y porque dio paso a expediciones posteriores. Seguro que todas ellas seguirán despertando el interés de Tomás Mazón.

Mazón, uno de los grandes expertos en las hazañas navales del siglo XVI

No es historiador, aunque eso no ha evitado que Tomás Mazón Serrano (Alicante, 1975) se haya convertido en uno de los mayores expertos en la Primera Vuelta al Mundo y, por añadidura, en las grandes hazañas navales que protagonizaron los marinos españoles en el siglo XVI. Ingeniero de profesión, Mazón creó años atrás la página web rutaelcano.com, una guía didáctica de referencia en la que se detalla con precisión la gesta de la primera circunnavegación al planeta que inició Magallanes en 1519 y que culminó Elcano tres años después. Esa página web suma ya en torno al millón y medio de visitas y se sigue actualizando constantemente. Como escritor, Mazón ha lanzado ya tres libros: Elcano, viaje a la historia (2020); Espinosa, el útimo capitán de la vuelta al mundo (2022) y La vuelta al mundo maldita (2024), todos ellos publicados por Ediciones Encuentro.   

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