La exclusión social amenaza especialmente en Andalucía a mujeres, jóvenes y extranjeros
Informe Foessa de Cáritas
Cáritas señala la nueva "grieta social" que está suponiendo la nacionalidad
La exclusión social no afecta a todos por igual. Hay factores que determinan un mayor riesgo de exclusión, por muy llamativo que suponga en pleno siglo XXI no tener igualdad de oportunidades en función del género, la nacionalidad o la edad. Especial acento pone Cáritas en Andalucía al caso de la nacionalidad, que ya supone un serio factor en la brecha de la exclusión social.
Así, según refleja el Informe Foessa, hasta el 72% de los hogares andaluces encabezados por una persona de origen extranjero se encuentran en situación de exclusión, "lo que supone un porcentaje tres veces mayor que entre los hogares encabezados por alguien de nacionalidad española". "Ello dibuja una nueva grieta en una sociedad fracturada", alerta Cáritas.
La desventaja social atribuida al sexo sigue siendo una constante, concluyendo la fundación Foessa que la exclusión en Andalucía afecta al 37% de los hogares cuya persona sustentadora principal es una mujer, frente al 22% donde esa figura es un hombre.
Y en tercer lugar se encuentra la edad, con el desesperanzador dato de que 1 de cada 4 jóvenes menores de 30 años está afectado por procesos de exclusión social que les impide dibujar proyectos de vida para transicionar a la vida adulta. “Tenemos una juventud sin empleo o en empleos temporales y precarios y, por tanto, sin posibilidades de emancipación ni de sustentar una vida independiente o a una familia”, ha trasladado al respecto uno de los técnicos de Foessa, Thomas Ubrich.
Además de esto, indica Cáritas que las familias con hijos presentan mayor riesgo de exclusión social que las que no tienen descendencia. De hecho, las familias han tenido que desplegar toda una serie de medidas dirigidas a no verse arrastradas por la crisis. Según Cáritas, tres han sido las fórmulas más repetidas según la encuesta a más de 600 hogares andaluces: "acudir a ahorros propios, buscar o pedir dinero u otros recursos a familiares o amigos, y la reducción de gastos habituales, sobre todo en alimentación, ropa o calzado".
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