"Mi experiencia de árbitro me ha servido para la vida política"

Le temblaba "hasta el último pelo de la cabeza". Así recuerda su primer partido de fútbol como árbitro Juan José Marmolejo, el candidato del PP a la Alcaldía de Sanlúcar. Corría el año 1976. Se trataba de un encuentro de juveniles del Rayo Sanluqueño-Trebujena. "¿Estas preparado? ¿Sí o sí?" A su abuelo, fundador del Colegio de Árbitros de Sanlúcar, no tuvo más remedio que decirle que sí.

Marmolejo pertenece a una casta de conocidos representantes de árbitros. Su padre, como su abuelo, como él, también fue directivo del colegio local, pero sólo el alcaldable popular ha ejercido como árbitro. Todavía recuerda el "único percance" de agresión física. Fue en la década de los 90, en un Guadix-Huelva, de Segunda B. También ha sido cuarto árbitro en Primera, en Segunda e incluso en un encuentro internacional sub-21 que enfrentó a España contra Alemania.

De eso hace muchos años. Pitó partidos durante un cuarto de siglo: de 1976 a 2001. Luego pasó a informador del Comité Técnico Nacional en Segunda División B. Y ahí sigue. Este próximo domingo viaja a Sevilla. El Betis B se juega el descenso ante el Écija.

Por esto de la política, no ha podido ver entero ninguno de los cuatro clásicos del último mes. Prefiere al Barça -y al Cádiz-, pero él consume el fútbol "desde la óptica del árbitro, más que como aficionado". Los árbitros han sido tristes protagonistas de esos partidos. Marmolejo rompe una lanza por ellos, "como siempre, porque los árbitros también cometen errores, son humanos". "Hay que tener en cuenta la posición y la perspectiva que tiene el colegiado en cada momento. Es muy fácil ver con 20 cámaras y 200 repeticiones y, aún así, siempre hay distintas opiniones de lo ocurrido", apostilla en defensa de los árbitros este abogado sanluqueño también conocido en la ciudad por su trayectoria de secretario de la Asociación de Empresarios de Sanlúcar durante ocho años y hermano mayor de la Cofradía de las Angustias en un período de trece años. Un buen puñado de responsabilidades que siempre ha sufrido su familia: tiene esposa y tres hijos.

Y del fútbol a la política. "El arbitraje permite crearte una disciplina de preparación física, tener psicología con el jugador y, sobre todo, te da la posibilidad de relacionarte con mucha gente". "Como todo, mi experiencia de árbitro me ha aportado mucho a mi vida personal y, por supuesto, a la política", comenta antes de aludir a "la responsabilidad" de esta labor deportiva para destacar el "paralelismo impresionante" que existe entre ambas dedicaciones.

Marmolejo se llevaría horas y horas hablando de fútbol, pero ahora toca hacerlo del Gobierno municipal. De la coalición PSOE-CISanlúcar, que ha gobernando en este mandato tras un período de ocho años de gobierno popular. "La gestión ha sido escasa, por no decir nula. Han intentado justificarla con las ayudas recibidas de las administraciones estatal y autonómica. Aparte de eso no ha habido nada. Han sido cuatro años de parón", asegura el candidato del PP antes de criticar las decisiones adoptadas por el Gobierno en el ámbito económico para concluir que "la deuda del Ayuntamiento ha seguido incrementándose en casi cinco millones de euros al año".

Con todo, Marmolejo fija como prioridad del programa electoral del PP la lucha contra el paro, estableciendo "medidas de carácter económico y de fomento de las pequeñas y medianas empresas y los autónomos, que son los verdaderos creadores de riqueza y generadores de empleo". En este sentido, también alude a la agricultura, la pesca y el turismo.

Por otra parte, en esta charla de fútbol y política no pasa por alto "las promesas incumplidas del PSOE", como el puerto deportivo o el nuevo polígono industrial. Ya en tiempo de descuento, apura explicando sus propuestas urbanísticas, como una "revisión parcial" del plan general para resolver problemas como el de las viviendas ilegales. Fin del partido.