La fallida Ciudad del Transporte
El Ayuntamiento y la empresa estatal del suelo Sepes iniciaron en 1999 su colaboración para la construcción de un espacio ideado para concentrar la actividad logística de la provincia, la denominada Ciudad del Transporte (CTM) en la que confluían el nudo de comunicaciones por carretera, tren y aire dada su proximidad a la autopista Sevilla-Cádiz, al aeropuerto y a al trazado férreo.
En el año 2000 comenzaron las obras de urbanización del futuro centro logístico intermodal, para el que el Ayuntamiento cedió los terrenos y asumió el coste de su expropiación, mientras que Sepes corrió a cargo de la financiación de los 30 millones a los que se elevó el coste final de las obras. Dos años después, la empresa estatal inició la comercialización de los terrenos, que salieron a la venta a un precio por debajo del mercado, entre 70 y 80 euros el metro cuadrado, pero que los transportistas consideraron excesivo al compararlo con el coste del parque empresarial de la zona norte, de entre los 40 y los 50 euros el metro.
Fuentes municipales aseguran que el proyecto se torció tanto por el rechazo de los transportistas como por la gestión de Sepes, que no era la primera vez que daba pie a la especulación por su política de comercialización de los suelos públicos industriales.
Según las mismas fuentes, a Sepes se le escapó un detalle esencial para el proyecto, y es que en el sector de la logística hay una ley no escrita que elude la compra de terrenos y la construcción de naves para inclinarse por el alquiler. En consecuencia, ninguna de las grandes empresas de la logística se interesó por la Ciudad del Transporte, donde únicamente había parcelas sobre las que edificar el futuro centro intermodal.
Entre 2002 y 2007 se vendió todo el suelo disponible, pero en muchos casos primó el interés especulativo de inversores que buscaban ganar dinero fácil y rápido comprando a un precio razonable para luego vender por encima. La CTM, y con ella la estación de mercancías que la dividía en dos, estaba condenada al fracaso desde su inicio y hoy día, de hecho, no deja de ser un polígono industrial más al uso y donde sigue habiendo parcelas sin edificar y multitud de naves desocupadas.
También te puede interesar
Lo último
Salud sin fronteras
La IA y la humanización
Visto y Oído
Voces
El microscopio
Un lío de nombres
Su propio afán
Ninguna burla