35 familias ocupan dos edificios deshabitados del Barrio Alto

35 familias necesitadas han ocupado sendas promociones de viviendas sin estrenar que llevan "más de cinco años cerradas" en el Barrio Alto. 20 de ellas han elegido un edificio de otros tantos pisos que se encuentra en la plaza Luis Jaramillo Barrios y las 15 restantes, un inmueble del mismo número de hogares situado en la calle Higuereta. Así, han tomado en estos días el camino de las once familias en las mismas circunstancias que llevan casi tres meses en la conocida como Corrala Bonanza, una finca también deshabitada radicada junto a la parroquia de este barrio de Sanlúcar.

Las historias se repiten. Hay casos de desahucios y de alquileres que no pueden afrontar. Todos están parados sin apenas apoyo económico. Quienes han obtenido ayudas del Ayuntamiento, Cáritas y la Asociación de Mujeres Solidarias las califican de "insuficientes". Son fundamentalmente familias jóvenes con hijos pequeños de diferentes zonas de la ciudad, como El Palmar, El Pino, Las Palmeras y la barriada Huerta de San Cayetano. También hay una roteña con dos niños.

Desconocen quiénes son los propietarios de ambos edificios. "Era de un promotor que acabó arruinado y pasó a un banco que quebró. No sabemos qué pasó después", comentan de la promoción de la calle Higuereta.

Han decidido ocuparlos pese a las "advertencias" policiales, porque aseguran que se encuentran en una situación de "desesperación total". Comprobaron que estos inmuebles se habían convertido en "refugios de enganchados" después de tantos años de "abandono" y no se lo pensaron dos veces. Las viviendas están "desvalijadas" y en estos días sus ocupantes se están dedicando a limpiarlas. Los vecinos de los pisos de la calle Higuereta aprovechan para ello el agua del garaje, que está anegado.

Las familias de uno y otro lugar coinciden en pedir públicamente los suministros de agua y luz a cambio de un alquiler social. Saben que el Pleno del Ayuntamiento adoptó el jueves un acuerdo que apunta a ese objetivo para las viviendas vacías que están en manos de los bancos por embargos. "Que quede claro que no nos negamos a pagar", aseveran los vecinos, que están planteándose crear una "plataforma" que aglutine a todos los afectados.