El fiscal pide 22 años de cárcel para el acusado de asesinar al futbolista de Chipiona Paco Naval

Cádiz/La localidad de Chipiona quedó conmocionada en abril de 2023 cuando el joven futbolista del Chipiona CF Paco Naval, de 24 años de edad, moría tras recibir varias puñaladas por parte de otro joven que ahora se sentará en el banquillo acusado por la Fiscalía de un delito de asesinato -en el que concurre la agravente de disfraz-. La acusación pública solicita para él 22 años de prisión, así como el pago de una indemnización a los familiares de la víctima.

Según recoge el escrito de calificación fiscal, en fecha no determinada, pero en todo caso, a finales del mes de marzo de 2023, el acusado A.J.L. adquirió un cuchillo de cocina de grandes dimensiones "con la clara intención de utilizarlo para acabar con la vida de una persona indeterminada y lo guardó en la cocina del domicilio familiar, junto al resto de cuchillos". Dicho cuchillo medía 33 centímetros de largo (siendo 20 de ellos de hoja de acero inoxidable) y 4,5 centímetros de ancho, precisa el Ministerio Fiscal.

Sobre las 13:45 horas del día 1 de marzo de 2023, prosigue el relato de la acusación pública, Paco Naval iba en un coche vehículo junto con un amigo por la Avenida de Andalucía de la localidad de Chipiona en dirección a la rotonda de la Virgen de Regla. Al llegar a la altura de esa rotonda, vieron a una amiga, la cual se encontraba caminando por la acera paseando a sus perros, motivo por el cual decidieron estacionar el vehículo en el margen derecho de la rotonda y apearse del mismo para saludarla.

Mientras hablaban con ella, apareció el encausado "portando en su mano derecha, escondido entre su ropa, el cuchillo de cocina que había adquirido previamente y una mascarilla tipo FFP2 para ocultar su rostro". "Sin mediar palabra y de forma sorpresiva", abrazó al joven futbolista "echándole la mano izquierda sobre su espalda". Encontes, con la clara intención de acabar con su vida, "le clavó el cuchillo a la altura del tórax, permaneciendo pegado a su cuerpo durante unos segundos". La víctima cayó al suelo desplomada, gritando y llevándose sus manos a la altura del ombligo.

Según la Fiscalía, durante un instante el acusado no se movió del lugar y portaba aún en su mano derecha el arma homicida. Inmediatamente, el amigo de Paco Naval increpó al agresor. Acto seguido, el futbolista consiguió levantarse y salir corriendo en dirección a una isleta ubicada entre la rotonda y la Calle Galeón, si bien procesado salió corriendo en su búsqueda y se paró en uno de los vértices de la isleta.

Ante esto, exponen las conclusiones provisionales del fiscal, el amigo intentó montarse en el coche para socorrer a Naval. No obstante, al llegar a la altura de la puerta del conductor, el encausado lo miró y se dio la vuelta en su dirección. En ese instante, quitó las llaves del vehículo y se apartó del mismo por miedo a que el acusado le atacase. Durante unos segundos, el procesado dudó si ir de nuevo a por Paco Naval o hacia su amigo, "momento en el que el futbolista dio la vuelta a la isleta y se subió en la parte trasera del vehículo. Seguidamente, su amigo se montó en el asiento del conductor y emprendió la marcha para dirigirse rápidamente al Hospital Virgen del Camino de Sanlúcar de Barrameda", precisa la Fiscalía.

Tras estos hechos, sobre las 13:49 horas, A.J.L. "huyó corriendo del lugar hasta llegar a su domicilio. Una vez allí, se cambió de ropa y depositó la camiseta y el pantalón que vestía en el cesto de la ropa sucia. Después, se dirigió hacia un taller próximo al domicilio familiar y limpió el cuchillo que había utilizado con un trapo y disolvente. A continuación, regresó a su casa y escondió el arma homicida detrás de un bolso, en el mueble de la secadora".

Sobre las 13:58 horas, apunta la acusación pública, el amigo del futbolista llamó a la Guardia Civil para informar de lo sucedido e indicar a los agentes las características físicas del autor del apuñalamiento. Al recibir este aviso, agentes de Guardia Civil y de Policía Local de Chipiona comenzaron una búsqueda para localizar al agresor, de manera que varias patrullas se dirigieron a las inmediaciones del domicilio de A.J.L..

El escrito de calificación fiscal añadeque sobre las 14:00 y las 15:00 horas de ese día, el padre del acusado se encontraba en el domicilio familiar cuando observó varias dotaciones policiales frente a su vivienda. El progenitor escuchó que estaban buscando a un joven con pelo rizado y abultado que acababa de apuñalar a otra persona en una calle próxima. A raíz de esto, se dirigió hacia la habitación donde estaba su hijo y le preguntó si tenía algo que ver, un extremo que éste negó en un principio; si bien, al insistirle el padre, el joven reconoció ser el autor de los hechos, de hecho, le indicó dónde se encontraba el cuchillo, así como el trapo utilizado para limpiarlo y la ropa que vestía en el momento del apuñalamiento.

Sobre las 15:00 horas, el padre se presentó en el Puesto Principal de la Guardia Civil de Chipiona acompañado de su hijo. El progenitor manifestó a los agentes que su hijo le había confesado ser el autor del crimen, una autoría que también admitió el joven. Igualmente, el padre entregó a los agentes tanto el arma homicida, como el trapo y la ropa que vestía su hijo en el momento de los hechos.

Posteriormente, sobre las 20:00 horas del día 1 de abril de 2023, la víctima fue trasladada en ambulancia al Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz por herida incisa penetrante por arma blanca en cabida abdominal. A su llegada, se encontraba en situación de shock hipovolémico posthemorrágico, por lo que directamente fue llevado a quirófano. Presentaba lesión de vena cava inferior, páncreas y ángulo hepático de colon. Tras finalizar la intervención, fue trasladado a la Unidad de Reanimación Postquirúrgica del hospital, con mala situación clínica y mal pronóstico. Falleció a las 1:55 horas del día 2 de abril.

La Fiscalía sostiene que en el momento de realizar los hechos relatados, el procesado no presentaba limitaciones en sus capacidades intelectivas, aunque sí limitaciones, en el rango de moderadas, en sus capacidades volitivas.

Además de la pena privativa de libertad, el fiscal reclama que el encausado indemnice a la hija menor de edad del fallecido con 150.000 euros; a la viuda, en la cantidad de 120.000 euros; al padre de la víctima, en 100.000 euros; y a la madre, en otros 100.000.