“Hay funcionarios fantásticos y otros que están desayunando dos horas”
Miguel Orellana ı Candidato a decano del Colegio de Abogados de Cádiz
El candidato a decano apuesta por dotar de más medios humanos y materiales a los órganos judiciales, donde la digitalización comienza a ser una realidad
Cádiz/–¿Por qué quiere liderar el Colegio de Abogados de Cádiz?
–Me gustaría liderar el Colegio de Abogados de Cádiz porque creo que, a mis 41 años, tengo por un lado la juventud y la fuerza para intentar modernizar una institución que necesita acercarse a todos los puntos de la provincia de Cádiz y, por otro lado, la experiencia de llevar más de 10 años colegiado y de dirigir equipos y personas en mis actividades empresariales. Tecnológicamente hablando, creo que puedo aportar mucho a la institución y, sobre todo, transmitir a todos los colegiados todo lo bueno que el Colegio puede hacer por ellos para que la cuota que todos pagamos, sintamos que es una buena inversión y no un mero coste obligatorio para ejercer nuestra actividad.
–En caso de ser elegido, ¿qué cambios considera oportunos llevar a cabo para el mejor funcionamiento de la entidad colegial?
–Lo principal es que creo que debe entrar savia nueva que nunca haya tenido una relación estrecha con el Colegio para evitar suspicacias y malas interpretaciones. No me parece correcto que siempre ‘estén los mismos’ en el Colegio porque al final esto no es sano. Me parece genial que alguien quiera entregar una etapa de su tiempo a los demás, pero cuando se haga, cada uno para su casa y que venga otro detrás a intentar mejorar. También debe ser mucho más proactivo en fomentar la participación de los colegiados para que se involucren en sus actividades, con comisiones de trabajo de compañeros que no estén en la Junta para que puedan aportar la visión del resto y para que podamos trabajar en lo que realmente nos preocupa. Creo firmemente también que el Colegio puede fomentar mucho más la colaboración para que quien decida especializarse en una materia, pueda tener una red de contactos dentro del colectivo que compone y, de esta forma, vivir de la profesión de una manera mucho más digna.
–Por contra, ¿qué aspectos deben seguir potenciándose?
–Creo que debe seguir potenciándose mucho más la formación, pero en aspectos no sólo jurídicos. Queramos o no, todos somos en mayor o menor medida empresarios y el Colegio debería ayudar a que los jóvenes y los no tan jóvenes puedan actualizarse de cara a la sociedad. Vivimos unos tiempos de la inmediatez y del ‘todo para ya’, por lo que los grandes despachos que saben leer estas cuestiones se benefician de la poca planificación y la falta de estrategia que tienen la mayoría de los compañeros. Si le hacemos la pregunta a cualquier compañero de qué está haciendo hoy en día para tener más clientes en su despacho o qué estrategia tiene, estoy convencido de que la inmensa mayoría contestará poco o nada. La profesión no es la misma hoy en comparación con cuando yo empecé ni será la misma cuando pasen 10 años. Todo cambia rápido y los que mejor se adapten a estos cambios, mejor preparados estarán para poder afrontar los retos del futuro.
–Parece que el proyecto de la Ciudad de la Justicia comienza a dar pasos para convertirse en una realidad por fin. ¿Qué opinión le merece la puesta en marcha de esta infraestructura judicial en los antiguos depósitos de tabacos?
–Estoy convencido de que hará que tanto los ciudadanos como los profesionales nos alegremos de tener en una misma ubicación las diferentes sedes judiciales que hoy están repartidas por medio Cádiz. Espero que esto haga que sirva para mejorar la calidad del trabajo tanto de los funcionarios como del resto de los profesionales y, sobre todo, que permita que sea más ágil porque a veces es desesperante la tardanza en los señalamientos.
–¿Qué piensa sobre que la Audiencia y la Fiscalía de Cádiz se mantengan en el actual Palacio de Justicia de la Cuesta de las Calesas y no se trasladen a la futura sede unificada?
–Respeto todas las opiniones, pero si me tengo que mojar creo que el edificio actual tiene algo que lo hace especial. A mí me gusta que se quede la Audiencia donde está, porque es una forma de darle la distinción que creo que se merece.
–¿Existe una verdadera apuesta por digitalizar la Administración de Justicia? ¿Y por dotarla de más medios humanos?
–La apuesta es a medias. En los últimos años se ha avanzado, pero queda mucho por hacer. También es cierto que nuestro despacho, por ejemplo, hace todas las semanas varios juicios telemáticos y esto era algo impensable hace unos años, por lo que negar que se ha avanzado es negar lo evidente. También es cierto que muchas veces la falta de medios o la diferencia de criterios en los juzgados hacen que tengamos dos velocidades en lo que a dicha digitalización se refiere.
En cuanto a la dotación de medios humanos, pienso que por muchos medios humanos que se dote a un juzgado, si esto no va acompañado de medios materiales, difícilmente va a servir para algo. Hay funcionarios fantásticos que se preocupan mucho por su trabajo y otros que están dos horas desayunando, esto es una realidad. Hay que buscar la fórmula para que a los que trabajan duro se les premie y a los que no lo hacen tanto, al menos que cumplan con unos mínimos para que nadie se contagie de las cosas negativas. A los buenos, premiarlos y a los menos buenos, intentar motivarlos para hacerlos buenos.
–Por último, lance un mensaje para animar a sus compañeros para que respalden su candidatura en los comicios del próximo 25 de noviembre.
–Si queremos tener resultados diferentes, no podemos seguir haciendo lo mismo. El Colegio necesita aire fresco para cambiar el rumbo y que todos nos beneficiemos de la pertenencia al mismo. Tengo la juventud, la fuerza y las ganas de hacer cosas diferentes. Haré todo lo que está en mi mano para devolver la confianza que habéis depositado en mí.
Un letrado al frente de una correduría
Licenciado en Derecho en la UNED y con un máster MBA Jurídico en ISDE, la trayectoria profesional de Miguel Orellana está ligada al mundo del Derecho y al del seguro. En el año 2010, junto con su compañero Francisco Manuel Orellana, fundó el despacho Jurisleg en Arcos de la Frontera, donde se han ido incorporando otros letrados con los años. Actualmente el equipo lo componen 10 personas que llevan asuntos en casi toda España, “colaborando con decenas de compañeros gracias al sentido empresarial de gestión del despacho”, asegura Orellana. Esta actividad la compagina con la presidencia de una correduría de seguros andaluza, Grupo 10, de la que es socio fundador con otros compañeros y que actualmente la integran más de 50 oficinas y 150 personas.
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