"La gente no se ha quitado del tabaco, sino de ir a comprarlo al estanco"

La mitad. Justo la mitad. El 50% del tabaco que se vende en la provincia es de contrabando. Ésta es una de las conclusiones a las que llegó ayer la Mesa del Tabaco en la presentación de un riguroso estudio -elaborado por la consultora Millward Brown- en el que se ha entrevistado a 500 estanqueros de las provincias andaluzas de Cádiz, Sevilla, Huelva, Málaga y Córdoba y con el que se pretende evidenciar el daño que el comercio ilícito de cajetillas está causando no sólo es sus negocios, sino también en la salud pública de los fumadores.

La Mesa del Tabaco, agrupación que reúne a toda la cadena productiva de este sector (agricultores, fabricantes, distribuidores, vendedores...), estaba representada por su portavoz, Juan Páramo así como por José Bermúdez, presidente de la Asociación de Estanqueros de Cádiz, quien se mostró especialmente preocupado por el elevado número de establecimientos que están cerrando "sobre todo en el Campo de Gibraltar". En este sentido, apuntó que en La Línea han cesado su actividad nueve estancos (pasando de doce a tres); y en Algeciras, diez. A nivel provincial, en 2008 había 350 establecimientos frente a los 310 actuales.

Lo cierto es que el informe no deja a la provincia de Cádiz en muy buen lugar, ya que el 92% de los estanqueros gaditanos estima que sus ventas han caído de forma significativa en relación al año anterior y el 41% cree que seguirán disminuyendo en 2014. El descenso actual de sus ingresos lo atribuyen en un 86% al contrabando, seguido a gran distancia por la crisis económica (38%) y el aumento del precio de los cigarrillos (30%).

La encuesta encargada a Millward Brown revela también que el 20% de los estanqueros considera que su negocio pende de un hilo o se ha planteado echar el cierre en alguna ocasión.

A tenor de estos datos, el representante de los estanqueros de Cádiz lo tiene claro: "La gente no se ha quitado del tabaco, sino de ir a comprarlo al estanco", una afirmación que casa a la perfección con otras de las conclusiones del estudio y que se refiere a que más de la mitad de los fumadores optan por el tabaco ilegal por su fácil acceso y bajo precio.

"El contrabando está totalmente normalizado y eso las administraciones no deben permitirlo", esgrimió Bermúdez. "Guardia Civil y Aduanas funcionan, pero no tienen personal suficiente, por lo que la protección es limitada". Además, entiende que "se ha levantado el pie del acelerador" en los controles en la Verja. Si a esto sumamos otro hándicap como es "la escasa concienciación por parte del consumidor", el contrabando llega a cuotas tan elevadas que sitúan al sector en el peor momento de su historia.

Por su parte, Juan Páramo, portavoz de la Mesa, quiso añadir que el fumador de tabaco ilegal "también está contribuyendo a la financiación de mafias y organizaciones criminales que se dedican al contrabando además de a otras actividades ilegales, como la prostitución; y todo ello sin olvidar el perjuicio a su salud, pues se trata de productos que no han pasado ningún tipo de control sanitario".

Finalmente Páramo explicó que si los impuestos representan el 80% de una cajetilla, el Estado está perdiendo a uno de sus principales recaudadores, con el que obtiene más de 9.000 millones para el fisco, 1.200 sólo durante el año pasado.