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Los glamurosos envases tubulares ‘made in’ Villamartín

La empresa Tubulack lleva cinco años realizando envases cilíndricos en cartón para dar valor añadido a productos premium que buscan estos envoltorios

La patacabra, memoria de la Piel de Ubrique

Los socios de esta empresa

Villamartín/Nadie diría paseando por cualquier sección gourmet de tiendas especializadas en alimentación y vinos o en comercios de cosmética o regalos que más de uno de esos envases tubulares tan bonitos que visten esos productos se fabrican en Villamartín.

En este pueblo de la Sierra se asienta desde hace unos cinco años una firma especializada en la fabricación de envases cilíndricos, utilizando como materia prima el cartón, que arropan a productos selectos o de alta gama, que buscan un valor añadido para realzar su calidad. En este sentido, Tubulack es una firma que se ha especializado en este tipo de envoltorios y trabaja desde bodegas españolas o francesas, empresas de aceite de oliva de renombre, alta cosmética e incluso con el sector más fino de la repostería, entre otros muchos.

La empresa Tubulack, con sede en Villamartín, se ha especializado en la fabricación de cantidades personalizadas de estos envases, haciendo realidad los proyectos de clientes exigentes que buscan diferenciar su producto. “En España hay unas cuatro o cinco firmas que hacen todo el proceso desde la idea hasta el envase terminado. La mayoría son para grandes volúmenes de fabricación, asentadas en Madrid y Cataluña. Nosotros nos hemos especializado en adaptarnos a un cliente medio, que busca introducir también en el envoltorio un valor acorde a su producto. Las pocas firmas que hay de este tipo en España son megafábricas, que realizan millones de tiradas. Tubulack busca algo más manejable, un nicho con cantidades medias para un tipo de clientela que busca el trato cercano”, explica Diego Lozano, socio de esta empresa, junto a Ana Barragán, que han levantado esta innovadora iniciativa en varias naves en la calle Camino del Silo, en Villamartín. Sus envases viajan a Corea, Japón, Francia o Inglaterra, entre otros muchos lugares, luciendo por fuera esos productos selectos.

Envases de cartón que salen de Villamartín para una firma.

Marcas como Lustau, Dos Maderas de Williams Humbert , Bodegas Rives, Oleostepa, Sal Marina Dama Blanca, Extreme y muchas más están confiando sus embalajes a estos emprendedores, que llevan más de 25 años en este sector y que su amplio conocimiento de este mundo hizo que optaran por abrir un nuevo proyecto para un mercado cilíndrico de envases de cartón. La mayoría de marcas vienen con sus diseños, aunque esta empresa se los proporciona también a las que no los traen. Finalmente todo se materializa en un tubo. Hasta la firma marroquinera Polene, con sede en Ubrique y ampliación en Villamartín, les ha confiado un recipiente para envolver flores hechas en piel que se venden para decoración, por poner algunos ejemplos más. Para el sector de la Piel han hecho envoltorios redondos para cinturones.

Uno de los envases de cartón que sale de Villamartín para una firma gaditana

“Además de ofrecer envases innovadores, trabajamos con materias biodegradables con certificados CHF y FSC”, dice Diego Lozano, que rememora los inicios de la empresa, que no fue todo de color rosa. Los comienzos de Tubulack no fueron fáciles pues había que buscar máquinas muy singulares para la fabricación y conocer cómo se comporta el cartón, una materia que los cambios atmosféricos pueden modificarla. “Estuvimos el primer año haciendo muchos prototipos. Los empezamos a mano pues no había maquinaria para ello. Un día lo hacías y al día siguiente veías que el material se había modificado, le había salido una pompa o un doblez, por ejemplo, porque había cierta humedad en el ambiente”, cuentan estos socios hasta que, poco a poco, fueron investigando los procesos, viajando para comprar máquinas que se pudieran adaptar y trabajando a destajo. “Ha sido toda una aventura porque comprabas las máquinas y después no sabías si podías fabricar lo que tenías proyectado. Pero al final, con mucho trabajo lo hemos conseguido”, añaden.

Así que los primeros tubos tardaron meses en perfeccionarlos tras hacer muchísimas pruebas, gastando miles y miles de kilos de cartón. También se han tenido que formar para ir resolviendo, poco a poco, los contratiempos.

Estos empresarios vienen del sector del packaging y las artes gráficas desde hace tres décadas a través de la empresa Creaimper, con sede en Ubrique, de la que son socios también, acumulando experiencia con la marroquinería serrana. De hecho, el proceso de impresión de las etiquetas que Tubulack necesita para sus envases se hacen en Ubrique a través de Creaimper pero, después, toda la cadena de fabricación de los envases cilíndricos se concentra en Villamartín. Diego Lozano inició su vida laboral al lado de Francisco Pérez Estrada, marido de Ana y rostro de Creaimper, que ha sido un gran aliado para levantar este novedoso emprendimiento. “Hay mucha competencia en los envases tradicionales, por eso buscamos un perfil diferente para mercados más concretos creando Tubulack”, añade Lozano.

Tubos cilíndricos de una marca que confía en estos empresarios

En la fábrica de Villamartín se trabajan prototipos cilíndricos de hasta 12 centímetros. Su materia prima, el cartón, procede de España y cuenta con las certificaciones de sostenibilidad que le dan el marchamo que los clientes demandan. A medio plazo, estos empresarios serranos se han propuesto como reto abrir sus expectativas al mercado del queso para ofrecer envases circulares para estos productos que son también referencia en la Sierra. Para ello, están estudiando nueva maquinaria para adaptarse a los requerimientos de esta industria agroalimentaria.

La firma de paquetería tubular asentada en la Sierra cuenta con una plantilla de unas 13 personas. Por las puertas de Internet les entra el 70% de los clientes de puntos de España y de otros lugares de fuera. “Queremos hacer tubos por un tubo”, concluye con optimismo Diego Lozano, que ha visto materializado una inquietud que se le despertaba cada vez que veía este tipo de embalajes en las tiendas de los aeropuertos hace ya varias décadas. “Llegaba hace 15 ó 20 años a esas tiendas, veía los artículos cilíndricos, cogía uno y tenía la ilusión de poder hacerlos un día”, expresa. Hoy, cuando acude a algunos de esos establecimientos especializados, se llena de orgullo cuando ve que en esas mismas estanterías se muestran artículos cuyos envoltorio son hechos en Villamartín. 

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