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"Somos como una gran familia"

Las personas que han ocupado de manera ilegal un edificio en Cádiz se han organizado como una comunidad y se ayudan unos a otros a subsistir Están sin luz ni agua

Jesús y Joaquín, limpiando el piso que ocupan.
Pilar Hernández Mateo Cádiz

28 de enero 2015 - 05:01

El edificio que se encuentra en avenida de Portugal esquina Segunda Aguada, donde antes se ubicaba Saneamientos Rossi, ha experimentado una gran transformación en su interior. Llevaba años vacío, abandonado, y las palomas se habían adueñado de él. Hace unos días, las escaleras y las ventanas estaban llenas de excrementos de aves y ahora lucen limpias.

Desde hace unas semanas, el bloque está lleno de vida. Todos los pisos han sido ocupados de manera ilegal por personas de la ciudad que carecían de hogar. En total, 28 familias. "Viendo que esto llevaba años vacío, qué menos que se le dé un uso. Es una pena que haya un edificio abandonado, en el que nada más que estaban viviendo palomas, con la cantidad de familias que hay en la ciudad en malas circunstancias", comenta Estefanía, quien ha sido elegida por unanimidad por todos sus vecinos como portavoz de esta 'Corrala de la Bahía de Cádiz', como denominan a la comunidad que han constituido.

Explica que allí todo se elige por votación y se organizan "mejor que una comunidad cualquiera, porque todo lo hablamos entre todos. Somos como una gran familia. Las circunstancias nos ha hecho unirnos, porque no tenemos nada, sólo los unos a los otros".

En el bloque no hay luz ni agua. Por eso, cada día, van a la fuente más cercana a llenar cubos de agua para cocinar, limpiar y ducharse. Por la noche, se alumbran con velas. Como todos no tienen el cuarto de baño completo, hacen turnos en las casas que los tienen para ducharse con ese agua que han traído de la fuente. La comida la hacen entre todos.

Ayer pudimos observar cómo cuidan los pisos como si fueran suyos, "o mejor", según apuntan Jesús y Joaquín, una pareja gay que habita en la tercera planta. Ambos se encuentran en paro y se vieron en la calle porque los padres de uno no aceptaban su condición y en casa del otro no había sitio, ya que su familia es numerosa. "Yo no quiero verme durmiendo en la calle y pasando calamidades habiendo un bloque de pisos vacío", señala Jesús. Así, ellos fueron de los primeros que entraron en este bloque. Han limpiado a fondo la casa y han creado allí su hogar... hasta que se vean obligados a salir. Aseguran que en el edificio hay "muy buen ambiente y mucha unión".

Cuentan que se están organizando para hacer turnos de limpieza en las zonas comunes. Algo que corrobora Estefanía: "Aquí hay limpieza, organización y unas normas. Nos respetamos unos a otros. No queremos destrozar nada, como han dicho algunos por ahí, al revés, estamos arreglando todo lo que estaba destrozado".

Todos los miembros de esta 'Corrala de la Bahía' coinciden en que ellos "no quieren vivir por la cara", y reivindican un alquiler social.

José y Alba habitan en el tercer piso con sus hijos, él trabaja a media jornada cobrando 450 euros. Antes vivían de alquiler, pero no podían pagarlo y dejaron la casa antes de que los desahuciaran. "Llevamos mucho tiempo apuntados en la lista de Procasa y vamos para atrás. Lo que queremos es un alquiler social, es por lo que estamos luchando, porque con lo que gano podemos pagarlo, pero uno normal no. La Constitución dice que todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna, y ya es hora de que nosotros la tengamos", se lamenta Jose.

Ana, que ocupa un piso de la segunda planta junto a su marido, apunta como solución que el banco que ha embargado la finca "nos la deje a nosotros como vivienda social".

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