"Hemos hecho un gran esfuerzo para abastecer a toda España de flores para Semana Santa, ahora le toca responder a las administraciones"
Luis Manuel Rivera, responsable de flor cortada de COAG Andalucía, garantiza el suministro desde Chipiona y la Costa Noroeste de Cádiz, pese a la producción pérdidas por las lluvias
Los agricultores solicitan con urgencia actuaciones para atajar el problema del nivel freático, presente desde hace 20 años: “No podemos planificar una campaña sin saber si vamos a perderlo todo”
El campo de Chipiona clama auxilio tras los destrozos por las lluvias: "Los agricultores están teniendo que despedir a sus trabajadores"

El estoicismo de los agricultores de la Costa Noroeste de Cádiz está permitiendo recuperar y mitigar casi por completo las consecuencias de la verdadera catástrofe que supusieron las intensas lluvias del mes de marzo. La subida del nivel freático anegó y arrasó una parte muy importante de los cultivos, pero el sector de la flor cortada ha vuelto a demostrar su capacidad de resistencia. Con esfuerzo, compromiso y una enorme determinación, los agricultores han logrado garantizar en su totalidad el suministro de flores en toda España para la Semana Santa. Además, también habrá provisiones suficientes para cubrir la temporada de primavera.
Aunque el alcance total del daño aún es difícil de cuantificar, se estima una pérdida de entre 300 y 400 hectáreas de producción —no solo de flor cortada, sino también de hortalizas y otros cultivos—. Aun así, gran parte de las flores se ha podido salvar y, con un trabajo a contrarreloj, el sector sigue funcionando a pleno rendimiento. “Desde la Costa Noroeste de Cádiz vamos a abastecer a todas las floristerías, todos los mayoristas y todas las hermandades. Van a llegar flores a toda España. Nadie se va a quedar sin flores. Y vamos a seguir teniendo flores para toda la primavera”, afirma Luis Manuel Rivera, responsable de flor cortada en COAG Andalucía.
El impacto de las lluvias ha sido devastador en el campo. Hay explotaciones donde el agua aún no se ha retirado, impidiendo incluso la entrada para valorar los daños. Según Rivera, “lo que se inundó no se ha recuperado”, y muchos productores ya dan por perdida su cosecha. A corto plazo, las pérdidas son totales: “Los agricultores han perdido todo lo que tenían y no van a tener ingresos. Estamos viendo si pueden acceder con tractores y maquinaria para limpiar, desinfectar y preparar los terrenos para volver a sembrar”.
La incertidumbre también juega en contra. La falta de una solución urgente a los problemas crónicos del nivel del agua impide planificar con seguridad. “Si vuelve a llover, estamos en las mismas. Es una lotería que un agricultor planifique la próxima campaña sin saber lo que va a pasar. Ya tiene bastante con que, si llueve, lo pierde todo”, denuncia Rivera. Por ello, reclama medidas inmediatas: “Hay que eliminar esas aguas estancadas y buscar una solución para que los agricultores puedan planificar. El problema sigue ahí. El nivel freático no baja porque, aunque se riegue, el agua se filtra, vuelve al acuífero y sube de nuevo”.
A pesar de todo, el sector ha cumplido. “Hemos hecho el máximo esfuerzo para que no falten flores en ningún rincón de España. Ahora le toca a las administraciones ayudar a reponer todo el potencial productivo que se ha perdido”. Desde COAG, se han mantenido reuniones con el Ayuntamiento de Chipiona y con la Comunidad de Regantes. Aunque hay buena disposición, los agricultores siguen siendo escépticos: “Llevan 20 años con el problema. Quiero creer que se van a poner las pilas, pero hay que darle máxima prioridad a esto”.
La flor cortada es clave para la economía local, y las hectáreas perdidas ya no pueden recuperarse, dejando en una situación muy vulnerable a profesionales que generan empleo y riqueza en la zona. Desde COAG se insiste en la necesidad de actuar con rapidez y con respaldo institucional para poder planificar con garantías las próximas campañas, como la de noviembre (Día de Todos los Santos) o la de septiembre, con alta demanda por las fiestas populares.
A pesar de todas las dificultades, la realidad es que el suministro de flor está asegurado. “Los agricultores están cortando flores durante toda la Semana Santa”, asegura Rivera, orgulloso de un sector cuya demanda aumenta cada año durante estas fechas. Además, garantiza las provisiones para el resto de celebraciones primaverales: congresos, bodas, comuniones, etc.
El optimismo, aunque parezca impensable dada la situación del campo, sigue formando parte del espíritu de los agricultores. “Si de algo podemos presumir en Cádiz es que la Costa Noroeste es el epicentro de la flor cortada a nivel nacional. Nos estamos levantando. Con el COVID lo pasamos muy mal, tuvimos que destruir todas las flores. Pero estamos volviendo a levantar la cabeza, aumentando la superficie de producción”, afirma Rivera.
“Todo lo que hemos conseguido ha sido a base de pulmón, nadie nos ha regalado nada”
Chipiona, Sanlúcar y toda la Costa Noroeste de Cádiz llevan más de 50 años sembrando flores, una larga trayectoria que no ha estado exenta de varapalos y renovaciones. “Si por algo se conoce Chipiona es por la flor cortada. En los inicios fue una burbuja porque se metió mucha gente, pero se hizo una criba y los que hemos quedado somos los agricultores profesionales”. Ahora, el sector ha dado un paso más en modernización: “Hemos quitado invernaderos obsoletos y los hemos adaptado a cada tipo de flor, con calefacción, luces… muy sofisticados. Todo lo que hemos hecho ha sido a base de pulmón. Nadie nos ha regalado nada”.
Por todo ello, Rivera lanza un mensaje claro a las administraciones: hay que actuar ya y reconocer el valor y la especificidad del modelo agrícola de esta zona. “Tienen que diferenciar la agricultura que se hace aquí, porque no tiene nada que ver con la del resto. No recibimos nada, y el potencial productivo que hay aquí no se puede perder”.
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