La hijastra de la Duquesa Roja gana la batalla judicial a sus hermanos

Tribunales

Rosario Bermudo, una mujer natural de Écija de 69 años, ha sido declarada oficialmente hija del ya fallecido Leoncio Gregorio González de Martí

Luisa Isabel Álvarez de Toledo.
Luisa Isabel Álvarez de Toledo. / Lamadrid
J.A.

Cádiz, 11 de marzo 2022 - 21:50

Rosario Bermudo, una mujer natural de Écija (Sevilla) de 69 años, ha sido declarada oficialmente hija del ya fallecido Leoncio Gregorio González de Martí, marido de Luisa Isabel Álvárez de Toledo y Maura, duquesa de Medina Sidonia. La popularmente conocida como la Duquesa Roja falleció en marzo del 2008, con lo que Bermudo accederá a la herencia millonaria de su padre, ha informado el bufete sevillano de abogados Osuna.

La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 77 de dicha comunidad y ha desestimado el recurso de apelación de los restantes hijos del marido de la duquesa, tras las pruebas genéticas aportadas por la mujer tras exhumarse el cadáver de su padre.

De hecho, tal y como recoge la resolución judicial, los hermanos se negaron a someterse a las pruebas genéticas, de modo que se recurrió a la exhumación del cuerpo del padre. A partir de ahí se consiguió una prueba de ADN con el 99,99% de coincidencia, el máximo que se puede obtener.

La sentencia censura la conducta de los hermanos y subraya que la exhumación de los restos de Leoncio González de Gregorio, llevada a cabo el 23 de marzo de 2017 en el cementerio de Quintana Redonda (Soria), supuso "un encarecimiento" del procedimiento judicial.

Según el abogado Fernando Osuna, Rosario Bermudo nació en 1951 "fruto de las relaciones íntimas extramatrimoniales consumadas entre el marido de la Duquesa Roja y una mujer que trabajaba como sirvienta para sus padres en una vivienda de Madrid.

La madre de Bermudo, "repudiada y abandonada a su suerte", contrajo matrimonio el 8 de diciembre de 1956 con otro hombre, con el que tuvo hasta seis hijos más. Este hombre, "movido por el gran amor y respeto que le unía a su esposa", reconoció a la demandante como hija suya, emprendiendo ella luego este litigio.

El final de este caso se produce después de un largo periplo judicial que ha desembocado en una sentencia firme.

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