La hipoterapia como integración

El centro de terapia ecuestre de la Fundación Santa María Polo, en San Roque, atiende a 80 personas en invierno y 60 en verano. Las sesiones son individualizadas.

Uno de los pacientes junto a la fisioterapeuta del centro de hipoterapia.
Y. G. T. San Roque

15 de agosto 2016 - 05:01

La hipoterapia es un tratamiento terapéutico cuya finalidad es estimular y contribuir al desarrollo físico, psíquico, emocional, social y ocupacional de personas con discapacidades o necesidades especiales. Es especialmente favorable para personas con autismo, parálisis cerebral, problemas motores y con alta marginación social.

El Centro de Hipoterapia de la Fundación Santa María Polo, en San Roque, tiene un amplio bagaje en estas terapias que puso en marcha en 2009 y en las que atienden a unas 80 personas en invierno y entre 50-60 en verano, desde niños de un año hasta adultos.

Las instalaciones se encuentran en la urbanización San Roque Club, donde se encuentra el Centro Hípico desde 2011. En él trabajan cinco personas: la directora y responsable de la fundación, María Carmen Castillo; el gerente, Rafael Reina; una fisioterapeuta; un mozo de cuadra y un técnico deportivo de equitación. Además, dirigen una escuela deportiva de base donde se imparten clases de iniciación y avanzadas en todas las disciplinas. Está dentro del programa Galopes de la Federación Hípica Española para la evaluación y titulación de jinetes.

Todas las sesiones de hipoterapia son individualizadas, con cada persona se trabaja durante media hora. Por la mañana acuden usuarios de asociaciones de la comarca, como Asansull, Fegadi, St Bernadette y Doctor Giraldi, las dos últimas de Gibraltar.

Por la tarde se atiende a pacientes, a nivel particular, la mayoría niños que acuden al centro con sus padres. Cada día son más, revela María Carmen Castillo, debido a los precios tan competitivos que ofrecen a las familias gracias a la fundación, que asume la mayor parte del coste. Cada clase de hipoterapia tiene un precio de entre 40-60 euros, mientras que aquí es de 40 euros al mes. "No tiene nada que ver con el coste real", indica. Para dar acceso a estas terapias, la fundación se encarga de organizar todo tipo de actividades, especialmente en verano, relacionadas con las competiciones de polo.

La responsable del centro indica que dependiendo del paciente se imparten tres tipos de tratamiento: la equinoterapia, en la que la persona no tiene control propio ni del caballo y tienen que ir acompañado de un fisioterapeuta; la equitación terapéutica, para el que tiene un control de su cuerpo y puede manejar el caballo de forma autónoma; y finalmente, la equitación adaptada, normalizada con adaptaciones en el equipo de montar.

El tratamiento no es sólo para personas con necesidades especiales, también es muy eficaz para la integración social. "Además de los beneficios físicos tiene muchos a nivel emocional, los niños que practican hípica con baja autoestima se encuentran mejor y son capaces de relacionarse con los demás. En realidad pone a cada uno en su sitio, porque también existe el caso contrario, la mayoría son niñas que vienen de valientes y después chillan de miedo cuando ven al caballo", añade Castillo.

En cuanto a los beneficios físicos que experimentan los pequeños, el primero es a nivel motórico, empiezan a sentarse derechos y a enderezar la espalda. El control cefálico, la fijación de la mirada o la secuenciación de actividades son otras mejoras de la terapia.

Tres caballos son los que actualmente se utilizan para la hipoterapia: un caballo, un pony y una yegua. La responsable del centro indica que tienen un entrenamiento muy específico y son muy nobles. A estos se suman otros 8-10 ejemplares para el resto de clases del Centro de Hípica, cuatro de ellos también se están iniciando en el ámbito de la hipoterapia.

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