Un hombre fallece mientras jugaba al fútbol sala
Manuel Mateos, de 39 años de edad y natural de San José de Malcocinado, sufrió un infarto
De nuevo el deporte se volvió a teñir de negro. Sin tiempo para digerir la repentina e inesperada muerte de Daniel Jarque, el destino vuelve a toparse con uno de sus más crueles y fatídicos finales. Manuel Mateos, vecino de la pedanía de San José de Malcocinado, falleción en la jornada de ayer, mientras disputaba el maratón de fútbolsala de Los Badalejos, pedanía perteneciente a Medina Sidonia, que colinda con el lugar del trágico incidente.
Todo transcurría con normalidad. Nada hacía presagiar el fatal desenlace. Sobre las 20:30 horas de la tarde, Manuel Mateos, cayó desplomado al suelo. Los organizadores del evento ayudados por varios vecinos de Benalup que se encontraban allí en el momento del desfallecimiento intentaron reanimar a Manuel, pero sus esfuerzos resultaron en vano.
A la media hora llegaron los servicios médicos y la ambulancia, que tampoco pudieron hacer nada por la vida del jugador. Uno de los datos más curiosos es que el desplome se produjo justo un minuto después del comienzo de la segunda parte. Con ello, podemos aventurar que Manuel no tenía constancia de lo que le iba a suceder, ya que durante el tiempo de descanso no comunicó a sus compañeros de equipo ningún síntoma de malestar. "Él no dijo nada a sus compañeros de equipo cuando estaban en el banquillo. Saltó al terreno para disputar la segunda parte con la misma tranquilidad con la que llegó al inicio del encuentro. Los dos árbitros que estaban pitando el partido y yo intentamos reanimarlo practicándole un masaje cardíaco. Parecía que podría recobrar el conocimiento, pero sólo fue una falsa alarma", comentó el organizador del maratón.
Manuel, de 39 años de edad, jugó hace dos años en Los Badalejos Veteranos, pero ahora llevaba un tiempo sin que se le conociera equipo. El destino quiso que el día que iba a jugar para echar un buen rato con sus amigos y vecinos pasara a la historia negra de esta pequeña pedanía, que enciende ahora la luz de alarma en el fútbol base gaditano.
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