Los hoteles de la costa estarán a tope en verano pero con precios a la baja

Cádiz se mantiene entre los destinos más demandados para veranear · Reservas de "últimísima" hora y ofertas inéditas en julio y agosto marcan la segunda campaña turística de la crisis

Una turista toma el sol en la piscina de uno de los hoteles de Chiclana. /Paco Periñán
Una turista toma el sol en la piscina de uno de los hoteles de Chiclana. /Paco Periñán
Jorge Garret / Cádiz

01 de julio 2009 - 01:00

Los hoteles de la Costa de la Luz aparcarán en verano la crisis económica y la recesión que sufre el sector con altas cifras de ocupación al menos durante julio y agosto, los dos meses clave de la temporada alta, según las previsiones formuladas por la patronal de hostelería Horeca (800 asociados) y por los mayores empresarios del destino. Como ocurrió la temporada pasada, las playas gaditanas se mantendrá entre los enclaves más demandados del país pese a la incertidumbre que inunda el mercado turístico y pese a la advertida pérdida de poder adquisitivo del viajero.

Muchos de los grandes establecimientos de núcleos como Rota, Cádiz, Conil y Chiclana han cerrado ventas para momentos puntuales de las próximas ocho semanas al completar sus plazas. Además, las reservas siguen engrosando las cifras de ocupación prevista día tras día. Según la encuesta entre empresarios publicada ayer por Horeca, el Novo rozará el 90% de ocupación media durante julio, Conil se situará por encima del 85%, y el resto de la costa no bajará del 80%, que es también la cifra media para la provincia. Estos resultados son muy parecidos a los arrojados por la encuesta veraniega de 2008.

Representantes de hoteles vacacionales como el Playa Victoria (Cádiz), apartahotel Tartessus (Chiclana), Elba Costa Ballena (Rota), Meliá Sancti Petri, y de la cadena Hipotels (cinco en Chiclana y Conil) coinciden en trasladar un mensaje de "optimismo" sobre la temporada, aunque siempre dentro del contexto de crisis que también afecta al sector. Pese al buen ritmo de ventas, los empresarios admiten que las expectativas del destino están siempre un escalón por debajo del lleno sistemático y generalizado de las campañas veraniegas previas a la crisis, cuando los hoteles de la Costa de la Luz colgaban el cartel de completo con semanas de antelación y manteniendo su listón de tarifas entre los más altos de toda la costa Mediterránea.

Las dificultades de la segunda campaña turística de la crisis se traducen con claridad en dos fenómenos: reservas de última hora y ofertas insólitas en verano. El mayor control de los gastos por parte de los usuarios hace que las reservas sean cada vez más tardías, y que lleguen a formalizarse incluso con días de antelación. Es la tónica del ejercicio, y se ha extendido a julio y agosto. "Los clientes siempre reservaron pronto sus vacaciones en Cádiz porque había muchos problemas de disponibilidad. Este año hay habitaciones en la costa, y la gente ha perdido el miedo a quedarse sin plazas", explica Rocío Sutil, directora del Playa Victoria. "No es la última hora, es la últimísima hora, cambios en los porcentajes de ocupación de dos dígitos en una semana. La gente sabe que hay sitio y no cierra la reserva hasta que tiene clarísimo que es la mejor opción", añade Alberto Oneto, director del Tartessus. Completa el análisis Alberto Hernández, director de Elba Costa Ballena: "No sólo se miran más los precios, si no que el cliente es cada vez más conocedor de cuáles son los canales de distribución, sobre todo a través de internet, busca más, compara más...".

La incertidumbre del mercado y la inquietud de los hoteleros están provocando la emisión de ofertas excepcionales para veranear en la costa. Los precios han caído una media del 10% con respecto al año pasado, según cálculos de diversos hoteleros consultados. Estos descuentos ya desfilaron el año pasado en las centrales de reservas pero, hasta entonces, fueron inéditos en un destino en el que el verano se vendía 'solo', en el que no se ofrecían camas a los touroperadores extranjeros durante el verano e incluso se llegaba a derivar a turistas a municipios de la segunda línea de costa ante el llenazo del litoral.

Un repaso a los catálogos de costa de los principales mayoristas y plataformas de reservas on line muestra algunos ejemplos del baile de precios organizado en el sector: alojamiento en Conil entre el 11 y el 31 de julio a 80 euros por persona, sin estancia mínima; vacaciones en el Novo del 3 al 16 de julio en hotel de cuatro estrellas, con estancia mínima de dos noches, 73 euros por persona.

Aun con ofertas, los precios hoteleros de la costa gaditana siguen siendo elevados con respecto al resto de destinos vacacionales del país, en los que también proliferan ofertas de última horas. "Como usuario, es imposible hacer un seguimiento coordinado de las ofertas", apunta la directora del Playa Victoria. Las tarifas pueden cambiar, en función del intermediario o plataforma de reserva, en más de 50 euros para hoteles de cuatro estrellas.

La crisis añade un interrogante más a la temporada veraniega en la costa: la reducción de la temporada de trabajo para los miles de fijos-discontinuos de los hoteles. Los sindicatos advirtieron en abril de que los empresarios han recurrido al recorte de los gastos de personal para compensar el déficit de sus cuentas. Los datos del INE demuestran que las contrataciones se han retrasado: La media de trabajadores en hoteles en lo que va de año es un 10% menor que la del año pasado: 4.880 trabajadores. Esta cifra debe duplicarse desde ahora y hasta octubre para atender con garantías un destino a pleno rendimiento.

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