"La Sierra necesita industrias que generen empleo porque el turismo no es la panacea"
Hugo Palomares (IU) | Alcalde de Bornos
El alcalde de Bornos apela a la unión de todas las administraciones para poner freno a la despoblación que sufre la Sierra de Cádiz
"El pacto con el PSOE era una emergencia nacional; era eso o que viniera la ultraderecha"
"No veo que la crisis haya desaparecido. Sigue habiendo mucho trabajo en precario y gente que emigra"
Bornos/Con la comodidad que da gobernar con 10 de los 13 concejales que tiene esta Corporación, el alcalde de Bornos, Hugo Palomares (1986), reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer para que su localidad supere alguna de sus asignaturas pendientes, como la deuda municipal que arrastra o sus carencias en materias de infraestructuras, arreglo de calles y turismo. Pero por encima de todo clama contra la despoblación que sufren las zonas rurales y la Sierra, un drama que, opina, debe unir a todas las administraciones públicas y cuya solución entiende que pasa por la llegada de más industrias que generen empleo.
–Transcurridos todos estos meses, ¿ha descubierto ya dónde radicó el éxito de su triunfo electoral de mayo?
–Creo que aquello fue el resultado del trabajo constante y diario. La clave está en que uno se levanta todas las mañanas con la ilusión de trabajar para sacar a su pueblo del atraso en el que consideramos que aún está. Pero no hay fórmula mágica, sólo trabajo, humildad y seguir siendo el mismo de siempre. Porque yo sigo siendo el mismo chaval de la calle Granada, conocido por todos, hijo de un trabajador y que por circunstancias de la vida ahora es un alcalde que junto con su equipo pelea todos los días para intentar sacar el pueblo adelante, aprendiendo de los errores.
–¿Cuáles son sus prioridades para este mandato 2019-2022?
–Las líneas de actuación fundamentales son la mejora de las infraestructuras, continuar con el arreglo de calles y plazas, crear nuevos espacios de convivencia para los vecinos y buscar inversores que generen empleo, todo ello con una política clara de transparencia y participación. Pero de manera concreta queremos concluir antes de que acabe este año la residencia de mayores, junto a una sala de duelos.
–¿Cómo ha encajado el resultado de las municipales la oposición, que reúne a dos ediles del PSOE y uno del PP?
–Yo no voy a valorar el trabajo de la oposición. De momento están viniendo a los plenos, es verdad, pero, por ejemplo, no han aportado nada a los presupuestos municipales que fueron aprobados en diciembre, pese a que se les invitó a ello por escrito. Ellos sabrán el trabajo que están haciendo.
–¿Y cómo siguen evolucionando las arcas municipales? Porque cuando usted llegó a la Alcaldía en 2015 hablaba de ruina total.
–Nosotros entramos en un Ayuntamiento en bancarrota. A la semana de llegar a la Alcaldía, en torno al 20 de junio de 2015, reunimos a los trabajadores municipales para decirles que habíamos conseguido que cobraran la nómina de mayo pero que no garantizábamos que pudiéramos hacer frente a la extra de verano. Porque la deuda era de 5,5 millones de euros e incluso tuvimos que pagar conciertos del año 2006. A partir de ahí nos pusimos a trabajar y formalizamos un plan de ajuste y un plan de pago a proveedores. Y nos centramos en aplicar rigor en los ingresos, sin inflar los presupuestos con partidas que sabíamos que no íbamos a recaudar, y aplicando austeridad en el gasto, marcando como prioridades las ayudas sociales y el arreglo de calles y plazas y sin dispendios en materia de fiestas. El resultado ha sido que los ejercicios de 2017 y 2018 los hemos cerrado con una liquidación positiva que hemos podido reinvertir en parte para mejorar la localidad. La trayectoria es positiva pero queda mucho por hacer.
–¿Eso se ha logrado subiendo los impuestos?
–No, en el anterior mandato no subimos ningún impuesto. Es más, hasta bajamos el sello del coche. En este nuevo mandato sí es verdad que hemos actualizado el IBI porque llevábamos ya cinco o seis años sin hacerlo.
–¿Es usted de los alcaldes que opinan que lo peor de la crisis económica ya ha pasado?
–Hay gente que opina que sí pero yo lo que veo es que el trabajo precario sigue existiendo. A lo mejor es que muchos nos hemos acostumbrado ahora a vivir con menos. En cualquier caso yo creo que seguimos en crisis porque hay mucha gente que emigra de los pueblos en busca de un trabajo o de una vida mejor.
–¿Hasta qué punto afecta a Bornos el problema de la despoblación y qué soluciones puede aportar el Ayuntamiento?
–Vamos perdiendo población constantemente (Bornos tenía el 1 de enero de 2019, la fecha del último dato padrón oficial, 7.670 habitantes, 80 menos que un año antes) y este es un problema muy preocupante que afecta a toda la comarca. La solución no puede venir desde un ayuntamiento sino desde la unión de todas las administraciones. Para fijar a la población hace falta empleo y yo creo que la panacea no puede ser el turismo. Lo que la Sierra necesita es que vengan industrias que generen empleo, industrias que sean ecológicas y que estén ligadas a la agricultura. Pero algo hay que hacer porque la comarca ya está sufriendo los efectos de esa despoblación, con líneas que se van cerrando en los colegios, servicios públicos que ahora tienen que ir dirigidos a una sociedad cada vez más envejecida, viviendas muy grandes que ahora están vacías y un ambiente que se va apagando en el día a día de los pueblos.
–Dice usted que el turismo no es la panacea pero su Ayuntamiento se ha volcado con la reconstrucción del Castillo-Palacio de los Ribera, una inversión que entiendo que ha sido planteada en clave turística, ¿no?
–Sí, claro. En materia turística Bornos arrastra muchos años de retraso si lo comparamos con otros pueblos de la Sierra como Arcos, Grazalema o El Bosque, que llevan desde los años 70 trabajando en ese campo. Para nosotros, en cambio, fue todo un hito abrir en 2015 la primera Oficina de Turismo. Por tanto, tenemos mucho que mejorar y el Castillo-Palacio de los Ribera tiene que ser un motor sobre todo para el turismo cultural y patrimonial. Y después tenemos otro motor en el que necesitamos el apoyo del Gobierno andaluz, como es el desarrollo del complejo del embalse de Bornos que denominamos camping. Necesitamos que se den soluciones a esos problemas y necesitamos ayuda para promocionar Bornos como lugar preferente para la práctica de deportes de vuelo, principalmente del paramotor. Ya hemos sido sede de campeonatos europeos y de competiciones nacionales e internacionales y la verdad es que la predisposición que estamos encontrando en la nueva Junta de Andalucía es muy buena.
–También está cogiendo auge en Bornos el turismo gastronómico.
–Ese es un sector que tampoco estaba trabajado. Por eso se planteó lo de la Feria del Caracol de Bornos, que empezó como una prueba y cuya organización supone ahora toda una responsabilidad porque se ha convertido en un referente gastronómico. Los propios restauradores dicen que los caracoles estaban antes en sus menús sólo en el mes de mayo y un poco de junio y que ahora no sólo empiezan antes sino que se mantienen hasta julio e incluso agosto.
–Decía el alcalde de Algodonales en una reciente entrevista en estas mismas páginas que a su pueblo le beneficiaba en materia turística que Zahara de la Sierra estuviera tan cerca de su pueblo. ¿A Bornos le beneficia o le perjudica su cercanía con Arcos?
–Nosotros intentamos aprovecharnos del rebufo de Arcos. Pero en cualquier caso sabemos que tenemos una marca propia en turismo porque, por ejemplo, Bornos puede ser el segundo o el tercer pueblo de la Sierra con más monumentos, lo cual nos convierte en una pieza muy importante en turismo cultural y patrimonial. Pero ese potencial tan grande lo tenemos que trabajar mucho más.
–Por cierto, ¿cómo es la relación entre Arcos y Bornos después del rechazo conjunto del Ayuntamiento y de la sociedad bornense al proyecto de construcción de un circuito de alta velocidad en el término municipal arcense?
–La relación es cordial. Pero en Bornos lo tenemos muy claro y de ningún modo permitiremos que se construya ese circuito de alta velocidad a 900 metros en línea recta de muchos vecinos de Bornos. Eso no lo vamos a tolerar y por eso mantenemos esa oposición frontal. Yo no estoy en contra de las inversiones, pero tienen que ser sostenibles desde un punto de vista económico pero también ecológico. Yo me ofrezco en persona a buscar la mejor ubicación para ese circuito pero donde lo plantearon no es el lugar idóneo.
–No habla usted en pasado sobre ese tema. ¿Es porque cree que el proyecto de ese circuito no está enterrado del todo?
–Pues no lo sé. Fue el anterior Gobierno andaluz el que por dos veces tumbó ese proyecto pero ahora... En cualquier caso ese rechazo quedó sustentado en un informe negativo que redactaron los técnicos, y levantar un informe así no es fácil.
–¿Cómo respira en la actualidad el sector agrícola de Bornos?
–Es un sector que se dedica a los cultivos tradicionales y estamos trabajando con ellos para que, mediante el arreglo de caminos y otras inversiones, pueda dar un salto de calidad. Es una asignatura pendiente que tenemos porque creo que tenemos que aspirar a cotas mayores.
–Las pugnas entre IU y PSOE son habituales en muchos pueblos de la provincia. Es más, todos los alcaldes gaditanos de IU tienen al PSOE como primera fuerza de la oposición. Desde ese punto de vista, ¿cómo valora el acuerdo de gobierno que su partido, coaligado ahora con Podemos, ha cerrado con el PSOE a nivel estatal? ¿No es un contraste a la vista, por ejemplo, de que en la Diputación de Cádiz no se repite ese acuerdo de gobierno?
–No creo que sea un contraste. Todo lo contrario, eso es el pluralismo y lo mejor de la política. Ese pacto a nivel estatal era una emergencia nacional porque o era eso o era abrirle la puerta a la ultraderecha. Después cada municipio tiene su propia coyuntura política. Y en la Diputación existe buena sintonía con el PSOE, aunque no gobernemos. La actual Diputación no lo está haciendo mal. Cuando la he necesitado, la he tenido ahí.
–¿Y qué saca usted de la Diputación, donde es diputado desde junio de 2019?
–Allí te enteras antes de todas las cuestiones, inversiones, planes y ayudas que van a salir y puedes actuar con más agilidad. Además, los cinco diputados de Adelante y de IU representamos un proyecto político común. En ese grupo estoy muy cómodo, las relaciones son muy buenas, cada vez estamos mejor coordinados y estoy aprendiendo muchas cosas que después intento aplicar en mi pueblo.
El historiador y portero del Betis que gritó no a la guerra
Cuenta el alcalde de Bornos que se hizo comunista con apenas 14 años, cuando cursaba Secundaria en el instituto de Bornos. Por aquella época, Aznar gobernaba ya con mayoría absoluta en España y el PSOE disfrutaba de una hegemonía insultante en Bornos, con el histórico Juan Sevillano en la Alcaldía. En ese contexto Hugo Palomares se hizo mayor viendo cómo el regidor bornense era inhabilitado en 2002 por un delito de prevaricación y, sobre todo, participando activamente en todas las manifestaciones que se planteaban contra el Gobierno de Aznar. “Nos movilizávamos contra el Prestige, contra la Ley de Educación que impulsó la ministra Pilar del Castillo, contra la guerra de Iraq... eran tiempos en los que uno tenía buenas voces para gritar y en los que aún teníamos fuerzas para irnos de fiesta después de cada manifestación”, recuerda entre risas.
Hugo Palomares es el segundo alcalde más joven de la provincia –sólo supera en edad a la regidora de El Bosque– y presume de una clara mayoría absoluta obtenida en las urnas. Si en las municipales de 2015, cuando accedió a la Alcaldía bornense, la lista de IU logró siete de los 13 concejales con los que cuenta esta Corporación, en los comicios locales del año pasado, Palomares creció hasta los 10 ediles, aunque en esta ocasión al frente de ese experimento junto a Podemos que se llamó Adelante.
El alcalde de Bornos, que desde junio de 2019 es también diputado provincial, es licenciado en Historia por la Universidad de Cadiz (UCA), un título que logró en 2009. Un año después obtendría el Máster en Patrimonio Arqueológico. Pero al poco estalló la crisis y, como otros muchos jóvenes, tuvo que buscarse la vida. Y elló le llevó a ser guía turístico en la Sierra de Cádiz y a trabajar incluso repartiendo pan por las calles de Bornos. Y es ahí cuando sorprende al afirmar que en esa época de su vida “llegué a ser portero del Betis, y además en Primera División”. Y de inmediato aclara que la portería que tenía que defender no estaba en el césped “sino en el torno que hay en el Gol Norte, puerta 7, del estadio Benito Villamarín”. Y sigue explicando: “Era auxiliar de seguridad e iba de Bornos a Sevilla a trabajar. Y cuando había fútbol estaba en el torno y luego veía el partido, un lujo”.
Sin tradición política en su familia, Hugo Palomares se afilió al Partido Comunista en torno a 2007. Cuatro años más tarde, en 2011, IU dio un buen estirón en Bornos, pasando de uno a cuatro concejales en las municipales de ese año. Palomares, que iba el cuarto en la lista, debutaba así como edil, alcanzando la portavocía del grupo poco después. Y de ahí a la cabecera de la candidatura de IU en las municipales de 2015, con el éxito ya conocido.
Hoy, cuando disfruta de su primer hijo de apenas diez meses de edad, Hugo Palomares reconoce que no se pone fecha de caducidad como alcalde “aunque tengo muy claro que aquí se está de paso”, reflexiona.
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