“¿Es un tren, es un avión? ¡Es el Hyperloop!”
Hyperloop
Carbures estrena nombre e imagen corporativa aprovechando la épica puesta en escena de la cápsula del tren supersónico en su hangar de El Puerto
El Puerto/Carbures ya no es Carbures, sino Airtificial. Rafael Contreras, el fundador gaditano de la firma que ha hecho de la fibra de carbono su seña de identidad, ha convertido en una brillante operación de marketing la presentación en sociedad de la cápsula Quintero One, que el entramado empresarial Hyperloop quiere hacer 'volar' por el desierto de la península arábiga en un futuro muy cercano.
Con la presidenta de la Junta, Susana Díaz, como madrina del artefacto, y la cúpula de la multinacional que desarrolla esta tecnología del transporte del nuevo tiempo presente, Contreras diseñó una puesta en escena no exenta de suspense antes de descorrer el telón que mostraba el supositorio que debe deslizarse por un tubo a más de mil kilómetros por hora. “¿Es un tren, es un avión? No, es el Hyperloop”, dijo eufórico el ex presidente de Carbures, hoy presidente de Airtificial, que es lo mismo pero con un nuevo socio, la antigua Inypsa.
Así se hizo la cápsula
Quintero One pesa cinco toneladas, tiene una longitud de 30 metros y una longitud interior de cabina de quince metros. Para construirla han sido necesarias 21.000 horas de trabajo del equipo de ingenieros y 5.000 horas de montaje de los 82 paneles de 7.200 metros cuadrados de fibra de carbono fijados con 75.000 remaches y equipados con 72 sensores. El equipo de Carbures aceptó quedarse sin vacaciones este verano para tenerlo terminado a tiempo.
“Cuando empezamos el proyecto nos dijeron que nos llevaría años y millones terminarlo. No han hecho falta ni tantos años ni tantos millones”, explicó Javier Moreno, ingeniero de Carbures, el capitán de un equipo que tenía el reto de llevar el dibujo de Paul Priestman, creador de una de las empresas de diseño más cotizadas del mundo, a la realidad.
“Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible”, afirmó satisfecho Contreras ante su gran obra. Susana Díaz le regaló su bendición: “Este es un hito que en el futuro unirá Cádiz con Barcelona en una hora, ¿no, Rafael?”. Este recorrido tan montañoso a través de un tubo posiblemente no lo veamos nunca (contando con que aún no tenemos ni AVE), pero lo cierto es que, como dijo Díaz, “la ingeniería andaluza ha demostrado estar en el primer nivel”.
La cápsula sale en las próximas fechas de Cádiz hacia Toulouse, donde el Hyperloop debe seguir creciendo. Pero la primera parte, la carcasa, el origen del tren del futuro, “un avión que va por tierra o un tren que vuela, no sé”, como lo definió Moreno, ha partido de la provincia. Un hecho que a Contreras le sirvió para reivindicarse ante un público local e internacional, ante clientes y futuros clientes, ante políticos y empresarios. “Aquí fabricamos de todo... de todo lo que sea de fibra de carbono, quiero decir. Si usted quiere una cápsula para el jardín de su casa, se la fabricamos”, bromeó.
El futuro del Hyperloop
Quintero One, nombre que se le ha dado en homenaje de un trabajador de Carbures, es ya la mejor carta de presentación de lo que de ahora en adelante llamaremos Airtificial. Han cumplido con éxito con el pedido de Hyperloop Transportation Technologies, una empresa que nació de la fábrica de ideas de Tesla y que va a comercializar un tren supersónico.
Su presidente, Bibop Gresta, un antiguo disc jockey italiano, estuvo ayer en El Puerto para celebrar la entrega de la cápsula: “En 2019 esta cápsula estará completamente optimizada y lista para los pasajeros. Desde que tomamos medidas para resolver las regulaciones gubernamentales, con nuestras pautas de certificación y de seguridad y marcos de seguros estamos más cerca que nunca de llevar Hyperloop al mundo”.
Acompañaba a Gresta, Dirk Ahlborn, cofundador de HTT y un gurú de las energías alternativas con varias startups a sus espaldas. Ahlborn se obsesionó con una idea lanzada por el empresario Elon Musk sobre un transporte futurista que uniría Los Ángeles y Nueva York en seis horas.
Aceptó el reto y no cabía en sí de gozo ante el telón negro que ocultaba la cápsula porque “en sólo cinco años hemos resuelto y mejorado toda la tecnología necesaria para Hyperloop con nuestro nuevo sistema de levitación, bombas de vacío, baterías y compuestos inteligentes. Esta cápsula forma pare de de uno de los sistemas de transporte más eficientes jamás creados”.
Antes de la intervención de los dos mandatarios de HTT, el actor portuense Joaquín Perles se convirtió en maestro de ceremonias de una reunión con más de un centenar de invitados, entre los que se encontraban los alcaldes de El Puerto y Jerez (David de la Encina y Mamen Sánchez) y la ex alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, cuyo equipo siempre estuvo muy cercano a Rafael Contreras.
También estaba Javier Sánchez Rojas como máxima representación empresarial y Eduardo González Mazo, rector de la UCA, la Universidad que vio nacer a Carbures en los despachos del catedrático Manuel Galán, que fue obligado a saludar, pese a su timidez, por su antiguo alumno. "Sin él, nada de esto hubiera sido posible".
"Endemoniadamente difícil"
La tarea de Perles era conducir la conversación entre el diseñador, Paul Prestman, el ingeniero Ignacio Moreno y Andrés de León, el español que es jefe de operaciones de HTT. Prestman es el autor del dibujo “y aquel vehículo autónomo que suponía el transporte del futuro era un regalo para un diseñador”, pero aquel dibujo había que convertirlo en realidad. Carbures se quedó con ese paso crucial, convertir un dibujo en realidad por su experiencia en complejas estructuras empresariales en composites.
Aún así, Moreno reconoció que, nada más verlo, le pareció “endemoniadamente difícil de fabricar. El dibujo era maravilloso, pero partíamos de la nada para hacerlo realidad. Hemos acabado exhaustos, pero nos hemos divertido mucho haciéndolo”. Por último, De León se felicitó por haber participado en una fórmula de trabajo donde “importa tanto el cómo se hace como el qué se hace. Hay libertad de creación, es una nueva forma de levantar una compañía. Nos dicen que más que una compañía somos un movimiento”.
Y el movimiento se demuestra volando. A las 13,15 del 2 de octubre de 2018, “five, four, three, two, one”, cayó el telón y la cápsula se hizo hecho ante los presentes al ritmo de una banda sonora épica que podía haber salido de cualquier disco de Europe. Sólo le faltaba el humo y las luces estroboscópicas.
Hubo un murmullo de admiración. Una empresa gaditana se reivindicaba como vanguardia de la ingeniería mundial y con ella esa provincia que, como dijo Contreras, “está a poco más de trece kilómetros de África, pero que sabe hacerse global. Queremos formar parte de un nuevo mundo, un mundo mejor y más limpio, un mundo en el que la robótica no sea nuestra enemiga sino nuestra colaboradora. Un 85% de la cápsula es fibra de carbono y eso significa menos consumo energético y eso significa menos emisiones y eso significa un aire más limpio. También queremos eso, no es un modelo de empresa; es un modelo de vida”.
Y repitió la frase que le enseñó su catedrático de la Universidad de Cádiz, una frase que esta en el germen de Quintero One y de la propia Carbures, aunque hoy se llame Airtificial: “Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible”.
Hasta llegar a Airtificial
Se notaba que era un día muy especial para Rafael Contreras, fundador de Carbures partiendo de una pequeña start up en la Universidad de Cádiz en el año 99 y que en este tiempo ha vivido en una montaña rusa cuyos raíles no parecía siempre que fueran a sostener el viaje. Una atracción al límite. Reconoció Contreras en su discurso que el cambio de nombre de la firma, ahora que se ha aliado con Inypsa, tenía que estar para la presentación de la cápsula del Hyperloop. “Cuando el otro día quitamos de la fachada la última letra, la 'ese', a buena parte del equipo se nos escapó un lagrimón. Pero también quiere decir que nos hemos hecho mayores. Y como somos mayores nos hemos cambiado el nombre y el apellido”.
De Carbures se ha pensado de todo y lo reconocía Contreras. “Dijeron que no podríamos dedicarnos a la industria aeroespacial con la fibra de carbono, que no podríamos competir y lo hicimos; que no podríamos salir al extranjero, crecer en Estados Unidos o en China, y lo hicimos gracias a mi primo Iván; dijeron que no podríamos salir de Bolsa, que nadie querría nuestras acciones, y subimos como la espuma en la Bolsa, dijeron que nunca podríamos caer, y caímos hasta lo más bajo. Hemos estado en el cielo y en el infierno”.
El fundador de la compañía reconoció que hubo un tiempo en que se encontraban a la deriva, “ que estábamos con nuestro barquito en el mar a merced de las olas y hacíamos señales de SOS para que nos rescataran y todos pasaban de largo, hasta que llegó el que yo digo con cariño que es mi pirata, con su pata de palo y su parche en el ojo”. Su 'pirata' fue Black Toro, un fondo dedicado a reflotar empresas en crisis. En la presentación de la cápsula se encontraba uno de los artífices que evitaron el naufragio de Carbures, Ramón Betolaza. Este empresario fue el que confió en Carbures pese a “su deriva” y gracias a sus contactos pudo llegar el pedido de HTT y, posteriormente, la empresa de ingeniería con la que se iba a fusionar Carbures, Inypsa. Ahora Black Toro ya deja a Carbures que siga navegando a su aire. “Sé que está mal visto en este país hablar bien de un financiero pero yo tengo que hablar bien de Ramón Betolaza porque es el hombre que ha hecho posible que nosotros siguiéramos con nuestra actividad, que podamos mantener empleos, lograr pedidos y hacer lo que sabemos hacer y que, gracias a un magnífico equipo, lo sabemos hacer muy bien”.
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