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El fiscal pide 20 años para tres acusados de intentar asesinar a dos hermanos en Chipiona

Tribunales

Una de las víctimas recibió un tiro por la espalda y la otra fue golpeada en la cabeza con una pistola por un ajuste de cuentas tras un robo de drogas, sostiene la Fiscalía

Un resto de sangre que quedó en el terreno tras el tiroteo. / Fito Carreto

Cádiz/Hoy se celebra en la Audiencia Provincial de Cádiz el juicio a tres acusados de intentar asesinar a dos hermanos en Chipiona en 2017 por un supuesto ajuste de cuentas tras un robo de drogas. Una de las víctimas recibió un tiro por la espalda y la otra fue golpeada en la cabeza con una pistola, maniatada y arrastrada para que revelase dónde estaba escondida la droga, según sostiene la Fiscalía en sus conclusiones provisionales.

El Ministerio Público imputa a los tres procesados los delitos de asesinato en grado de tentativa, intento de robo con violencia en casa habitada, lesiones, tenencia ilícita de armas y amenazas. Por todos ellos, solicita la pena conjunta de 20 años de prisión. Además, pide que los encausados indemnicen a los dos chipioneros en 2.539 y 8.510 euros, respectivamente.

El escrito de calificación fiscal recoge que el 4 de abril de 2017, sobre las diez de la mañana, los tres acusados, puestos de común acuerdo para la ejecución de un plan y con el propósito de ajustar cuentas con dos hermanos con motivo de un supuesto robo de sustancia estupefaciente del que habían sido víctimas, se dirigieron en un vehículo marca Daewoo a una vivienda situada en el Pago Abulagar, en el término municipal de Chipiona.

Según el fiscal, uno de los procesados golpeó con la culata a una tercera persona que pidió auxilio

En el trayecto, apunta la Fiscalía, los encausados M., J.M. y J. se detuvieron en una finca ubicada también en el Pago Abulagar, muy próxima a su destino y propiedad de uno de los acusados. Allí se hicieron con dos armas de fuego cortas: una Astra-Unceta & Cía, semiautomática y calibre nueve milímetros y un revolverSmith & Wesson del calibre 32 y con el número de serie limado. Ambas se encontraban en condiciones aptas para ser utilizadas.

A su llegada, mientras J. permanecía en el interior del vehículo para asegurar la posterior huida realizando labores de control y vigilancia, los otros dos acusados, M. y J.M., se bajaron portando sendas armas de fuego, completamente cargadas y montadas, con las que comenzaron a golpear en el rostro y en la cabeza a uno de los hermanos, al que maniataron y llevaron a rastras al tiempo que le exigían la entrega de todos los objetos de valor y la droga que tuviera guardados.

Según el fiscal del caso, en ese instante salió para su defensa el otro hermano, a quien M. disparó por la espalda sin mediar palabra con la intención de acabar por su vida. Mientras ello sucedía, el otro procesado, J.M., encañonaba al chipionero maniatado para que no pudiera defender a su hermano.

Tal y como recogen las conclusiones provisionales de la Fiscalía, el ruido de la detonación despertó a una tercera persona –pariente de los hermanos– que comenzó a pedir auxilio. Dicha persona fue sacada de la vivienda encañonada por M., quien efectuó un segundo disparo hacia la pared con la intención de intimidarla para, acto seguido, golpearla con la culata en el rostro.

Ante el temor de que los descubrieran, expone la acusación pública, los tres encausados salieron huyendo en el vehículo en el que habían llegado. En su huida, M., J.M. y J. escondieron las armas, se limpiaron y ocultaron parte de la ropa en la misma finca en la que poco antes habían recogido las pistolas. En el interior de esa parcela se hallaron un total de 14 cartuchos sin disparar del calibre nueve milímetros junto con otros seis del calibre 32, todos ellos en buen estado de conservación y funcionamiento.

Un acusado estaba cumpliendo condena

En el momento de los hechos, el acusado J.M. se encontraba cumpliendo condena en el CIS de Jerez en virtud de una sentencia firme dictada por la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz por un delito contra la salud pública a la pena de seis años y un día de prisión y por un delito de depósito de armas a la pena de tres años de prisión.

El escrito de acusación del fiscal señala también que cuando tuvo lugar este suceso los tres procesados carecían de licencia y guía de pertenencia que les autorizara legalmente al uso de armas.

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