El longevo 'Contramaestre Casado', al pie del cañón
Unidades de la Armada en Cádiz
El buque más veterano de la Armada después del ‘Elcano’ está en obras de mantenimiento en La Carraca
El mercante de los años 50 hace transportes logísticos
El buque mercante Leeward Islands se construía en Suecia en 1951 por encargo de la naviera sueca Trelleborg Angfartygs junto a otro barco gemelo. Por entonces, quizás nadie imaginaría su longeva vida, a la que aún le queda recorrido. “No me atrevo a decir cuanto pero sí tiene unos años por delante todavía”, comenta el capitán de corbeta Luis Vázquez Quintanilla, comandante del Contramaestre Casado, que en estos días se pone a punto en el Arsenal de la Carraca para poder seguir operando.
Y es que el Leward Islands y el Contramaestre Casado son el mismo buque 67 años después. Aunque ya ha cumplido su “teórica edad de jubilación”, ha pasado de transportar frutas en sus bodegas frigoríficas a transportar municiones y otros materiales entre las principales bases de la Armada del país. La marina española lo adquirió en una subasta pública en 1983 y desde entonces, “continúa funcionando muy bien”, encargándose de estos traslados logísticos, pero también haciendo “de los malos” en los adiestramientos en la mar y llevando a los Legionarios desde Almería hasta Málaga para los tradicionales actos de la Semana Santa.
El Casado es hoy por hoy el segundo barco más veterano en servicio de la Armada después del Juan Sebastián Elcano, con quien comparte casa en San Fernando. Es único en su clase, sin que tenga aún relevo previsto y le debe su nombre a contramaestre José Casado, héroe de la guerra de Cuba.
Como cualquiera que ha vivido muchos años, su historia encierra muchas curiosidades. “Cuando vamos a Canarias, todavía los antiguos del lugar, sobre todos los prácticos, recuerdan cuando, bajo el nombre de Bajamar, se encargaba de la exportación de plátanos y tomates desde las islas”, manifiesta su comandante.
Pero luego dejó la fruta y verduras por cargamentos ilegales. De hecho, fue capturado en 1982 frente a una ría gallega por la patrullera Vencedora en el transcurso de una operación conjunta contra el contrabando con el Servicio de Vigilancia Fiscal y Aduanas.
Fue ese el principio de su largo servicio a la Armada. Intervenido, sin que sus armadores se personasen, fue declarado como abandonado por sus propietarios, incautado por el Ministerio de Hacienda y sacado a subasta pública el 22 de noviembre de 1982, momento en que fue adquirido por el Ministerio de Defensa y transferido a la Armada Española, que lo dio de alta en su lista oficial de buques, según reflejan en los datos de su web.
Ahora, a dique seco
Diario de Cádiz ha visitado el buque, que ahora se somete a los trabajos de mantenimiento programado en su base de La Carraca, después de un ciclo operativo que ha durado año y medio. “Son unas obras un poco más importantes. Vamos a poner el buque en dique seco, para ponerlo al día”, explicaba su comandante. Al fin y al cabo, las buenas calidades de construcción junto con este mantenimiento “es lo que ha permitido que sea tan longevo”. “Hay que tratarlo con cariño”.
En el viejo mercante se mezclan elementos ya históricos con modernos. En el puente de mando, por ejemplo, hay elementos originales como el timón manual pero también tiene ayudas a la navegación modernas como el radar. Vázquez Quintanilla – que en diciembre dejará el mando a otro compañero– apunta que quizás, en este sentido, las principal diferencia con buques más actuales estén en las maniobras portuarias (que se hacen con el manual aunque también tiene el timón automático para alta mar). “Son más complicadas, pero el barco es noble y hace lo que tiene que hacer. Hay que conocerlo bien y demostrar la pericia”, cuenta su comandante.
Pero por otros compartimentos de este abuelo gris de los años 50 continúan las peculiaridades. Tiene cuatro bodegas, dos a proa y dos a popa y además están refrigeradas, “con lo que tiene mucha capacidad de generación de energía”. Puede transportar hasta 2.000 toneladas, “aunque no llegamos a esas cantidades” y tiene una cubierta de vuelo que le añadió la Armada en las obras de modernización.
En la actualidad, la dotación del buque la forman 58 personas, 12 de ellas mujeres y pasan unos 90 o 100 días del año fuera de casa. “La actividad normal son tres transportes cada semestre, con navegaciones de dos semanas, a las principales bases saliendo de Rota a Ferrol Cartagena, las Islas Baleares y Canarias. Este año han participado en los ejercicios Marsec, “precisamente haciendo de buque que realiza un tráfico ilegal”.
Porque su configuración de mercante lo convierte en perfecto para hacer adiestramientos de visita y registro, de control de tráfico marítimo y en caso de buques no cooperativos, para asaltos. “A veces, hacemos de una unidad valiosa a la que hay que proteger”, son los buenos.
Valor y abnegación, es su lema, como los que tuvo el contramaestre José Casado. Tiene sus achaques, como abuelo que es, pero estará en diciembre, previsiblemente, listo para volver a navegar. Al pie del cañón.
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