Más informes avalan las acusaciones contra los tripulantes de la narcolancha de Barbate
Un examen de los restos de pintura hallados en la goma en la que viajaban los detenidos, testigos y "exhaustivos" análisis de vídeos confirman que fue la que embistió a la zódiac del Instituto Armado
"¿Vas a darle? Si le das, me tengo que agarrar"
La Audiencia de Cádiz mantiene en la cárcel a los seis detenidos por asesinar a dos guardias civiles en Barbate
Cádiz/Un informe del Departamento de Química del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil sobre los restos de pintura hallados en la narcolancha en la que viajaban los seis detenidos por la muerte de dos agentes en el puerto de Barbate, testigos y "exhaustivos" análisis de vídeos, confirman que fue la que embistió a la zódiac en la que viajaban las víctimas.
Un reciente informe de la Guardia Civil incorporado al sumario desmonta la versión que los seis detenidos han ofrecido en sus declaraciones ante el juzgado.
Todos ellos han insistido al unísono que fue otra narcolancha con cuatro motores, como la suya, la que embistió a los agentes y que ellos se quedaron a entre 300 y 600 metros de distancia y no intervinieron en ningún momento en el hostigamiento a los agentes.
Han asegurado que, al estar a cierta distancia, uno de los ellos pudo grabar la secuencia del acoso a la zódiac de la Guardia Civil desde su móvil, un extremo que las investigaciones parecen, de momento, descartar.
En el vídeo uno de ellos le pide al piloto de la narcolancha, antes de que se produjera la embestida, que le avise si "le va a dar" porque estaba grabando con su móvil.
Mientras las acusaciones interpretan que la frase constata que estaban planeando arrollar a la zódiac de la Guardia Civil, el tripulante ha afirmado en sus declaraciones ante el juzgado que se refería a si el piloto le iba a dar "a los motores" para alejarse del puerto a una zona donde los agentes no pudieran llegar, porque si aceleraba y él estaba con las manos en el móvil, le podía tirar al agua.
Cuatro motores y dos antenas
En un informe remitido al juzgado a finales del pasado mes de marzo, la Guardia Civil explica que, en contra de lo que se pensó en un principio, efectivamente entre las seis narcolanchas que estaban en el puerto de Barbate había no una sino dos con cuatro motores, una de ellas con una antena GPS y otra con dos antenas, una GPS y otra para el Wifi.
Del análisis exhaustivo de vídeos y declaraciones de los testigos, los investigadores constatan que fue la que llevaba dos antenas, en la que viajaban los detenidos, la que embistió a los agentes.
"Son la misma embarcación, además, difícilmente confundible con otra", subraya el informe.
Otros indicios apuntan en la misma dirección. El informe incluye los resultados de los análisis que el Departamento de Química ha emitido y que corroboran que las características morfológicas, la composición química y la propiedad del color de los restos de pintura roja y gris halladas en esta narcolancha "se ajustan" a la pintura de la zódiac de la Guardia Civil, lo que corrobora que ambas impactaron.
"Van a por nosotros"
Un análisis del vídeo grabado por uno de los agentes con una cámara Go-Pro permite apreciar que su zódiac "fue objeto de al menos siete embestidas" a lo largo de 2:42 minutos.
"Las embarcaciones se alternaban en las acometidas", organizándose en "un orden de acción" para no colisionar entre ellas y "fueron de tal violencia" que los agentes decidieron disparar al aire.
"Dios, dios ... van a por nosotros. Disparar al aire. Van a por nosotros", dijeron los agentes en los instantes previos a recibir la fatal embestida, a una velocidad tan alta que "apenas es captada por la cámara".
Varios agentes que estaban en el puerto y otros testigos han declarado que la narcolancha de cuatro motores y dos antenas hizo esa embestida.
En su declaración uno de los agentes que estaba en tierra explica: "Tras realizar un giro de 180 grados a gran velocidad, se dirige en línea recta" a la zódiac "aumentando progresivamente su velocidad" y "sin llegar a efectuar ninguna maniobra para esquivar el impacto".
Ello muestra, explica el informe, "de manera indubitada que su finalidad era precisamente embestir a los agentes" que iban a bordo de la embarcación de la Guardia Civil y a la que el piloto de la narcolancha, en sus declaraciones en el juzgado, llama constantemente "la lanchita", ya que era mucho menor que la suya.
El informe apunta también que embistieron "por la mitad delantera de la eslora", donde estaban los agentes, lo que pone de manifiesto "la intención clara e inequívoca" de asegurar "un resultado lesivo".
El servicio de vigilancia SIVE detectó a las 21:50 horas frente a Zahara de los Atunes a esta narcolancha y la siguió hasta que, poco después, dejó en el puerto de Sotogrande a tres de los tripulantes, tres vecinos de La Línea que se habían subido a la narcolancha esa misma tarde en Barbate para arreglar una avería del motor.
Uno de ellos llamó a su padre para que acudiera a recogerle a ese punto. Acudió acompañado del novio de su hija. Ambos relataron en el juzgado que estaban con sus parejas esa tarde en un hotel en el que habían quedado para celebrar el Día de San Valentín en familia y por adelantado, porque el precio del hotel era más barato.
Aseguraron que no sabían nada de lo que había ocurrido momentos antes en Barbate y que pensaban que el chico estaría en algún bar de la zona, y no a bordo de una narcolancha.
Ambos fueron también detenidos, como los seis tripulantes de la narcolancha, y quedaron después en libertad provisional, acusados de encubrimiento.
La Audiencia Provincial de Cádiz ha confirmado esta semana la prisión provisional para los seis tripulantes por dos delitos de asesinato, cuatro de asesinato en grado de tentativa, seis de atentado agravado, uno de contrabando y uno de resistencia grave a agente de la autoridad.
El tribunal ha afirmado que, aunque ellos sólo reconozcan el delito de contrabando por estar en una narcolancha, la investigación ha apreciado "con claridad" que con ella embistieron a la zodiac causando la muerte de los guardias Miguel Ángel Gómez González y David Pérez Carracedo.
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