El mejor olfato para los incendios

Un grupo de investigadores desarrolla en la UCA la llamada nariz electrónica, pionera a nivel nacional, que servirá para detectar sustancias como la gasolina o el diésel en un fuego

La investigadora de la UCA, Marta Ferreiro, posa junto al aparato capaz de descubrir los culpables de un fuego.
La investigadora de la UCA, Marta Ferreiro, posa junto al aparato capaz de descubrir los culpables de un fuego. / Fito Carreto
Manuel Galvín Serrano

05 de febrero 2018 - 02:12

Cádiz/En un fuego en el bosque, en un edificio, en un garaje, siempre hay más de un elemento que, en simbiosis con el entorno, causa la tragedia. ¿Y si contáramos con un aparato que rápidamente nos identificara los elementos causantes de un maldito incendio? Quizá parezca ficción de Blade Runner o de cualquier libro distópico lo que viene a continuación, la cuestión es que unos investigadores de la UCA ya han conseguido esto.

El mencionado instrumento es la nariz electrónica, que es capaz de percibir diferentes compuestos en un incendio y podrá agilizar investigaciones para dirimir si un incendio es provocado o no. Dicho de otro modo, este inteligente invento es capaz de percibir si hay gasolina o diésel, o cualquier otra sustancia, en un lugar abrasado por las llamas.

Así lo explica a este diario Marta Ferreiro, profesora investigadora del departamento de Química Analítica de la UCA. En primer lugar, responde automáticamente a una pregunta que debe de ser universal entre todos los que le preguntan por su labor. "La nariz electrónica, como su nombre indica, lo que hace es imitar el sistema olfativo humano", anticipa. Una vez desvelada la primera duda típica, avisa sobre el punto débil de esta nariz electrónica, o "espacio de cabeza detector de masas", en su nombre técnico. "Cuando la coges por primera vez, sin que la hayas alimentado con olores, funciona como si fuera un niño inexperto que no ha olido nada en su vida", admite la investigadora.

La forma de hacer que esta nariz sea efectiva e infalible en futuras situaciones de incendio es alimentándola a través de muestras. "Le damos muestras de gasolina, diésel, queroseno e incluso muestras de madera quemada con gasolina. Vamos enseñándola y dándole muestras de diferentes tipos de situaciones y le decimos qué es", comenta Marta Ferreiro. Un software que funciona a modo de cerebro es el que se encarga de crear una base de datos que permite a este ensayo ganar en efectividad. "Crea un modelo de reconocimiento de los olores, le damos las muestras sabiendo qué es sin indicárselo y así vemos dónde nos la clasificaría para ver si falla o no", reconoce. La finalidad no es otra que conseguir que ante "una situación real le puedas dar una muestra desconocida" y que el olfato acierte.

"Quemamos en diferentes situaciones. Le damos líquidos intactos, gasolina de diferente octanaje, de hecho ya puede diferenciar perfectamente si es de 95 o 98", detalla la investigadora. Ahora están en una fase de complicar más aún las pruebas para comprobar la viabilidad de este experimento.En esa tarea de poner las cosas difíciles, han optado por muestrear y no analizar al momento, probando así cómo funciona la nariz electrónica con los análisis a destiempo, ya que hasta ahora ha demostrado su eficacia al momento. Además, a los incendios simulados en el laboratorio también se están sumando diferentes componentes químicos resultantes de la intervención de los bomberos en un escenario. "La ventaja que se presenta para un futuro con respecto a los métodos que se usan actualmente es que la técnica es muy rápida", subraya Ferreiro.

"Cuando nosotros olemos tenemos una sensación global de todos los aromas y compuestos químicos. La nariz funciona igual, da una sensación global. Proporciona una huella dactilar característica de cada olor", apunta Ferreiro como otra de las claves de este detector de masas.

Asimismo, defiende que esta nariz electrónica permitirá una nueva forma de captar los acelerantes del fuego de manera más sostenible, rápida y objetiva, al estar controlada a través de un software. Igualmente, enfatiza el bajo coste que supondrá. "En un futuro se podría aplicar en el propio incendio, ya existen narices electrónicas portátiles. La idea en un futuro es ir al incendio y allí mismo poder tomar muestras y además sin toquetear nada", declara a este diario. En resumen, "nuestra investigación va para detectar esos acelerantes de incendio y para detectar incendios presuntamente provocados". Una técnica, hasta ahora, pionera en España.

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