¿El mejor plan para Navantia?

Navantia tiene por delante años de cambios. La compañía es consciente de que su principal accionista, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), está preparando un plan industrial a cinco años vista (2016-2020). Ese plan, por tanto, está en manos del Gobierno y, precisamente, la ausencia de Gobierno (el del PP está en funciones) hace que su aplicación no se concrete, al menos en fechas.

Según ha podido saber este periódico, ese plan tiene dos puntos de partida. El primero, la necesaria reestructuración de la plantilla debido a su elevada edad. El segundo, consecuencia lógica del primero, es que esto tendrá que ser consensuado con el comité intercentros, donde están los representantes sindicales de todas las factorías españolas. Desde Navantia se es consciente de que esa alta edad media de la plantilla deberá ser un factor determinante, incluso que haga posible, la negociación sindical. Sin embargo, esa ausencia de poder en Madrid deja en el aire dos aspectos: el primero, la fecha en la que al menos arranque la negociación sindical; el segundo, de qué forma se realizará esa reestructuración de la plantilla "para hacer a la compañía más competitiva", indicaron fuentes consultadas por este periódico.

Esas mismas fuentes detallaron que, incluso, dentro de la compañía ya se ha elaborado un análisis exhaustivo por áreas que determinarán las necesidades de mano de obra en los próximos años, siempre en función de las necesidades que se plasmen en el documento. Sin embargo, esa edad de la plantilla no será el único criterio, dado que la compañía no quiere perder capital humano ni, aseguran estas fuentes, "repetir errores del pasado", por lo que elaborará planes de sucesión y de rejuvenecimiento, eso sí, negociados.

Además, el plan que ultima la empresa tiene otros pilares. Uno de ellos es el plan comercial y de producción, en el que ya parece estar claro que la Armada española seguirá siendo la prioridad de la compañía, seguida de la exportación militar internacional, la consolidación del sector civil y la venta de servicios. El otro pilar será la consolidación de la transformación de la empresa, que pretende modernizar los astilleros en base a la digitalización para llegar al llamado Astillero 4.0, o astillero del futuro, como ya se le empieza a conocer a nivel interno.

Mientras todo esto ocurre, la pelea política sigue. Ayer, el diputado nacional del PSOE por Cádiz Salvador de la Encina, anunciaba la presentación para su debate hoy en el Congreso de la que calificó como "primera iniciativa parlamentaria relativa a la provincia" de la presente legislatura. Pidió a todos los grupos que la apoyen "para garantizar la viabilidad de los astilleros", que sigan siendo públicos y para lograr el rejuvenecimiento de la plantilla. Al respecto, recordó que "un tercio de la plantilla -aproximadamente 600 trabajadores- tienen más de 55 años". Y también dejó claro que "el PSOE apoya el contrato con Arabia Saudí para la construcción de las cinco corbetas. Las ONG's tienen que tener claro que la defensa de los derechos humanos es compatible con el futuro de los astilleros".

Su propuesta tuvo respuesta pocas horas después. La diputada nacional del PP por Cádiz, Teófila Martínez, explicaba que "el Gobierno de Mariano Rajoy ha dado un giro de 180 grados a la estrategia industrial en Navantia garantizando carga de trabajo para los próximos años. Por mucho que a algunos les cueste reconocerlo, el Gobierno del PP ha garantizado estabilidad, viabilidad, futuro y empleo a los astilleros gaditanos; no hay mejor plan industrial para las plantas de la Bahía que los siete millones de horas de trabajo aseguradas, que se ampliarán con nuevos contratos".

Pese a que el socialista De la Encina pidió al Gobierno que aprobase este nuevo plan industrial "aunque esté en funciones", vista la posición de Teófila Martínez, parece que la decisión de hoy en el Congreso no será unánime.