"Como está el mercado civil, el futuro debe pasar por otras actividades"
El presidente de Navantia está convencido de que la construcción militar ha de combinarse con la industria eólica marina. Además descarta que en un futuro se cierren diques en la Bahía de Cádiz

Nunca antes un presidente de Navantia se había mostrado tan cercano con los trabajadores y había visitado con tanta frecuencia los astilleros de la Bahía de Cádiz. Llegó a la empresa pública de construcción naval tras ser máximo responsable del ICO (Instituto de Crédito Oficial). Ahora, analiza el presente y el futuro en una entrevista concedida a Diario de Cádiz.
-Llegó a Navantia en una época dulce y agria a la vez. La carga de trabajo era (y es) histórica, pero la crisis ha acabado con el mercado de construcción civil. ¿En qué medida la empresa que preside ha sabido sortear esa crisis?
-Yo no hablaría de dulce ni de agrio, es simplemente el momento que ha tocado gestionar. Momento que tiene elementos positivos derivados de una carga de trabajo a niveles históricos y, por otro lado, unas distorsiones graves que tienen raíces muy complejas, derivadas en parte de una inadecuación entre carga de trabajo y dimensión optima como empresa. Eso se agrava por el hecho de que es ahora, en el periodo de la entrega, cuando afloran muchos de los problemas del proceso productivo. Por otro lado, es evidente que el mercado está en crisis, especialmente en lo que respecta a la construcción naval civil y ello se deduce viendo que, durante el año pasado, Europa en su conjunto contrató menos de un 8% del total mundial, mercado mundial de la construcción naval civil que, a su vez, se redujo un 61,5% sobre el año anterior. Por ello, si de algo hay que hablar es de retos. Vivimos una época de reto y para mantener a Navantia en el lugar en el que creo que debe estar, tenemos que hacer las cosas bien y posicionarnos con solidez en las actividades para las que estamos especialmente bien capacitados: la construcción naval militar, los sistemas navales, el apoyo al ciclo de vida, etc. Al mismo tiempo, hay que buscar un cierto nivel de diversificación mas allá del sector naval militar, donde la generación eólica marina parece ofrecer oportunidades para una empresa cuya especialidad es la construcción de elementos navales que incorporen cierto nivel de complejidad tecnológica.
-En su reciente visita a Cádiz, dejó la puerta abierta al futuro: la industria de energía eólica marina. ¿No cree que es un proyecto aún muy verde por parte del Gobierno de España?
-Hemos seguido con atención lo que está ocurriendo en algunos países europeos, como Dinamarca y Alemania, y estamos convencidos de que algo similar se puede repetir en España. El sur de España es una zona de vientos estables, nuestro país es pionero en la energía eólica y ésta tiene mayor expectativa de desarrollo futuro en la generación marina, que puede aportar soluciones más ecológicas y eficientes. Contamos con un buen bagaje en tecnología naval y sabemos de energía eólica ya que Navantia cuenta con una fábrica de turbinas que, entre otras cosas, ha fabricado aerogeneradores. Es decir, sabemos de qué hablamos. Si nuestro Gobierno o la Junta de Andalucía apuestan por la energía eólica naval, Navantia puede aportar soluciones marinas para diseñar las plataformas, los buques de apoyo a los campos eólicos, etc. O incluso puede ayudar a que otros lo hagan, como en el norte de Europa. Con los socios adecuados y el apoyo político necesario, estamos convencidos de que esta nueva tecnología puede hacer que un astillero, como por ejemplo el de Puerto Real, tenga una considerable carga de trabajo y de actividad durante un periodo muy dilatado de tiempo. Estamos trabajando en ese objetivo.
-Los comités de empresa gaditanos alertaron del peligro de llegar a 2014 (cuando finaliza el 'veto' de Bruselas al 20% de construcción civil) sin carga de trabajo. Aseguraban que, si eso ocurre, tal vez la SEPI podría llegar a la conclusión de que sobran diques. ¿Está de acuerdo?
-Recientemente, y ustedes lo han publicado, el presidente de SEPI ha declarado que no hay ninguna reestructuración prevista para Navantia. Ha sido durante una comparecencia parlamentaria y esta declaración me merece la máxima garantía. Mire, si cuando finalice la limitación (no me gusta hablar de veto) de Bruselas, el mercado de construcción naval civil sigue como ahora, y todo apunta a que sí, me temo que el futuro de esta empresa tiene, necesariamente, que pasar por otra actividad, o mejor dicho, por otras actividades. No hace tanto, la competencia era Corea, luego China y ahora está pasando a otros países emergentes de Asia y no podemos competir con su mano de obra ni con sus precios. Tendremos que concentrarnos en aquello para lo que tenemos la tecnología de la que no disponen estos países emergentes. Tenemos que concentrarnos en la construcción naval militar y en buscar nuevas áreas de diversificación como la energía eólica. Estamos intensificando nuestra acción comercial y estamos desarrollando nuevos productos para posicionarnos como uno de los grandes diseñadores, constructores e integradores de sistemas. Hay un dato que siempre me gusta recordar: Navantia es la tercera empresa de España que más invierte en I+D+i, sólo por detrás de Telefónica e Indra. Pero volviendo al principio de su pregunta, le contesto con rotundidad: no estamos barajando ningún plan que contemple que sobren diques. Al contrario, estamos haciendo los esfuerzos necesarios, con todas las dificultades que ello conlleva, para racionalizar las actuales estructuras, mantener la actividad, buscar nuevas áreas de negocio complementarias a las actuales y consolidar un proyecto sólido de futuro para Navantia.
-La noticia del encargo de la nueva serie de los BAM ha relajado, en principio, los ánimos de las plantillas que ya habían anunciado movilizaciones para octubre. Además, es la primera ocasión en la que las protestas sindicales no van contra la empresa sino contra el poco apoyo del Gobierno en las gestiones comerciales que usted realiza. ¿Qué le parece?
-Qué duda cabe de que estamos hablando de una gran noticia que, además, nos dibuja un escenario más largo para que nuestra actividad comercial tenga sus frutos. Pero sobre todo, lo que quiero poner en valor y resaltar es el gran esfuerzo que ha hecho nuestro Gobierno para, en unos momentos económicos muy difíciles, poner en marcha un nuevo programa naval de cuatro nuevos buques que den continuidad a la actividad en la Bahía de Cádiz. Esto es claramente indicativo del enorme apoyo que nos brinda nuestro Gobierno no sólo en este caso, sino también en las constantes operaciones comerciales que continuamente ponemos en marcha. También es indicativo de que nuestras autoridades saben de la gran capacidad de arrastre que tiene Navantia y de que, por cada euro que se invierte en Navantia, se generan otros tres y medio de valor en industrias conexas.
-Hablemos de nuevos pedidos. ¿Qué opciones hay de los diferentes concursos a los que Navantia ha presentado productos?
-Estamos haciendo un gran esfuerzo comercial y estamos literalmente buscando debajo de las piedras para conseguir nuevos pedidos. No le oculto que el mercado es el que es y no está en su mejor momento. A diferencia del civil, en el militar estamos mucho mejor posicionados y Navantia es un referente mundial para muchas armadas a la hora de plantearse nuevos programas. En este momento estamos construyendo buques para cinco marinas distintas y eso, en sí mismo, es indicativo de nuestra posición. Lamentablemente, la forma en que se negocian y adjudican estas operaciones es muy lenta y sujeta a mil eventualidades. No sería prudente por mi parte, e incluso podría ser contraproducente, pronunciarme en estos momentos sobre las posibilidades de ofertas concretas, pero confío que en los próximos meses podamos cerrar algunas de las que en estos momentos parecen estar más avanzadas.
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