El mercado de la vivienda de Cádiz firma su mejor arranque de año desde 2008
La actividad se acerca al nivel del último ejercicio de la burbuja inmobiliaria, auunque los pisos de segunda mano son los que acaparan ahora tres de cada cuatro operaciones en la provincia
El mercado inmobiliario de la provincia de Cádiz acaba de firmar el mejor arranque de año desde 2008, el último ejercicio antes del estallido de la crisis financiera. En el primer trimestre del año se cerraron 4.287 operaciones de compraventa en Cádiz, un 23% más que en el mismo periodo de 2019, el último ejercicio previo a la pandemia, según el Instituto Nacional de Estadística. Pero es que sólo en el mes de marzo se rozaron las 1.500 compraventas (1.496, concretamente), lo que supone el dato más alto en este mes desde 2007, en plena burbuja inmobiliaria, cuando se firmaron 2.034 operaciones.
El mercado no sólo se ha recuperado del impacto de la pandemia, sino que se acerca a las cifras que manejaba en 2008. 2021 se cerró con 16.382 compraventas, un 19% más que en 2019 –en 2020, el mercado se hundió hasta los 11.115 operaciones–.
Sin embargo, la tendencia ahora es inversa a la que se vivía en los años previos al estallido de la crisis inmobiliaria. La vivienda de segunda mano es ahora el motor del mercado, acaparando casi tres de cada cuatro operaciones –en el primer trimestre se vendieron 3.354 viviendas usadas frente a 933 nuevas–. Antes de la crisis de 2008, por cada vivienda usada que se compraba en la provincia de Cádiz, se adquirían dos nuevas.
Con el estallido de la burbuja inmobiliaria, la vivienda usada se convirtió en el motor del mercado hasta el punto de que en estos momentos es totalmente hegemónica. En 2021 se vendieron 12.242 casas de segunda mano en la provincia de Cádiz, lo que supone un máximo histórico. Y la tendencia se mantiene, ya que por primera vez desde que hay registros, se han encadenado diez meses consecutivos por encima del millar de compraventas de casas de segunda mano en la provincia de Cádiz.
El interés que acapara la vivienda usada es una de las consecuencias de la falta de vivienda nueva en el mercado para satisfacer la demanda, tras más de una década en niveles mínimos para digerir el stock acumulado en los años de la burbuja. Hay que recordar que en 2006 se llegaron a terminar más de 16.000 viviendas libres en la provincia de Cádiz, según el antiguo Ministerio de Fomento. En 2021 fueron 1.584, un 31% menos que en 2020, reflejando también el efecto en onda que tuvo la paralización de la actividad en el sector de la construcción por el confinamiento.
La vivienda de tipo unifamiliar está experimentando un auge en los últimos meses, según el Ministerio de Fomento, que utiliza una fuente diferente a la del INE. En 2021 se vendieron 4.824 casas aisladas, la cifra más alta desde los años de la pandemia. Y la obra nueva no puede absorber esta demanda, ya que, de ellas, apenas 350, el 7%, eran de reciente construcción.
El sombrío recuerdo del confinamiento y la necesidad de espacios al aire libre en la vivienda podrían ser algunas de las raíces de este fenómeno. El movimiento al alza de las operaciones de compraventa sobre viviendas unifamiliares –categoría que engloba también a los chalés y viviendas aisladas– comenzó en el último trimestre de 2020, y se ha mantenido a lo largo de 2021, encadenando en la provincia de Cádiz cinco trimestres por encima del millar de operaciones por primera vez desde 2007.
Pese a esta tendencia positiva, el sector de la construcción afronta los próximos meses con mucha incertidumbre marcada por las consecuencias de la guerra de Ucrania. La escasez de materia prima y la escalada de la inflación, que ya habían comenzado antes del conflicto bélico, pueden impactar tanto en la demanda, por la retracción del consumo, como por el lado de la oferta, al dificultar la puesta en marcha de nuevos proyectos inmobiliarios.
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